Qué buena nueva para Torreón la aprobación del nuevo Reglamento de Vialidad. Apenas hace una semana se arrancó la tarea de informar ampliamente de la nueva normatividad que había sido aprobada por el Cabildo y entrará en vigor a partir del primero de enero.
Por lo pronto, la Presidencia Municipal ha iniciado una campaña de concientización a la ciudadanía de las implicaciones que traerán las nuevas disposiciones. Una de las estrategias de comunicación y política es que se pudo apreciar al propio alcalde repartiendo volantes a los automovilistas de manera amable en un crucero de intenso tráfico.
Vale la pena hablar de algunas de las nuevas disposiciones: estará prohibido hablar por teléfono celular mientras se conduce; se infraccionará a la persona que al frente del volante en un carro en marcha se maquille –imagino que el reglamento dice persona, no mujer, porque ya no es exclusivo de su género-; se sancionará a quien lleve niños pequeños en la fila delantera del auto; será penado quien se estacione en los lugares destinados para personas con capacidades diferentes, que normalmente están pintados de azul; multa también para quien arroje basura desde el auto a la vía pública; se elevan las sanciones y se especifican los niveles para las personas que manejen en estado de ebriedad; el peatón aparece expresamente como el sujeto con preferencia, a la vez que se le obliga a cruzar por las esquinas y respetar los semáforos para quienes anden a pie.
Estas novedades que entrarán en vigor deben ser motivo de moderado festejo. Si Torreón quiere desarrollarse en todos aspectos es preciso que su normatividad de su vida interna cuente con disposiciones de vanguardia y la regulación del tránsito es una de la básicas, ya que casi todos los ciudadanos se transportan de un lugar a otro, y por lo tanto, se ven inmersos en los reglamentos de tránsito.
Debe respetarse la decisión del presidente municipal de aplicar las nuevas reglas hasta enero, aun cuando su aprobación fue en octubre pasado. Un requisito legal para que éste entre en vigor es la publicación en la gaceta oficial, responsabilidad del propio edil, así que haciendo uso de sus facultades materiales, decidió tomarse un tiempo para darlo a conocer al público común.
Sin embargo, el compromiso hecho tiene sus implicaciones. El martes pasado en una nota publicada en El Siglo de Torreón, Francisco Torres Suárez, responsable de Ingeniería Vial del propio Municipio, informaba que Torreón carece de los señalamientos suficientes y en general de la infraestructura para poder soportar al nuevo reglamento. Esto implica que el Ayuntamiento debe tomar en cuenta muy en serio este llamado y destinar los recursos materiales y humanos necesarios para que se lleven a cabo todas las acciones y que se lleve a buen puerto las nuevas disposiciones, de lo contrario, torpe habrá sido aceptar reglas que en la práctica no se pueden observar, y peor aún perjudicial.
Nadie puede objetar que es necesario aplicar coerción a quien arroje basura a la calle, ni a quien se distraiga hablando por celular mientras maneja, incrementando el riesgo de accidentes donde se involucre a terceros. Tampoco que se castigue a quien ebrio guíe un auto, y que se endurezcan las penas cuando además lleve consigo niños. Por ello debe verse con optimismo que se vaya a tener este nuevo reglamento, pero a la vez hacer votos para que el alcalde Pérez Hernández, sepa que a la ciudad le urgen acciones y recursos para que se vaya construyendo una cultura vial más civilizada.
El doctor Jorge Galván Zermeño
Yo no conozco personalmente al doctor Galván, quien durante catorce años fue parte fundamental del equipo médico del Santos Laguna. Su despido fulminante trató de ser tamizado con un boletín que decía algo así como que “por conveniencia de ambas partes”. Las razones sólo al interior del club se sabrán, pero es fácil saber que quienes le administran el equipo a Grupo Modelo, han entregado toda la estructura al entrenador Daniel Guzmán, quien en su política clara está desplazar a los locales para traer a los suyos. Miles de laguneros sentimos nuestro al equipo verdiblanco, que hoy se haya conseguido un torneo regular histórico es muy meritorio y se agradece, pero no deja de molestar que los que vienen de paso pisen a personas que han contribuido a la cimentación de este gran equipo. Galván estuvo en los dos campeonatos, tanto el del 96 como el de 2001. Los entrenadores Tena y Quitarte ya se fueron, y Galván seguía, a lo mejor tuvieron que pasar catorce años para que la directiva se diera cuenta que no era capaz.
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