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Un regalo de Día de Reyes

Al visitar los mercados nacionales encontrará piezas invaluables para obsequiar a los niños.

EL UNIVERSAL

MÉXICO, DF.- El tradicional juguete mexicano, mezcla entre lo indígena y lo español, se resiste a morir a pesar de que hoy es ampliamente superado en el gusto de los pequeñines nacionales que prefieren los videojuegos importados con motivo del Día de los Reyes Magos.

Curiosamente, cifras del World Trade Atlas, Mexico Edition, revelan que en Estados Unidos creció la importación del juguete mexicano, y de 1993 a 2001 la tasa media anual se incrementó 8% al pasar de 419 millones de dólares a 791 millones de dólares.

Esto es una muestra de que hay productos como el balero, el trompo, las muñequitas de trapo, las canicas o el yoyo, que lejos de estar en peligro de desaparecer, se mantienen como elementos indispensables en el mundo de la diversión.

Luis Velásquez, Magaí Reyes y Victoria Velasco, distribuidores de estas auténticas artesanías son fieles testigos de cómo el turista extranjero consume más estos productos que el propio mexicano y aseveran que de cada cinco consumidores, tres o cuatro son foráneos, a pesar de la accesibilidad de los precios.

En México cada una uno de los estados se caracteriza por la producción de sus juguetes típicos de la región, pero destacan los indígenas Rarámuri (tarahumaras) de Chihuahua por la creación de bellas muñecas de trapo, o de madera vestidas de trapo.

El Distrito Federal a pesar de ser el mayor receptor de juguetes importados, también es un importante centro productor y uno de los distribuidores más activos del juguete popular.

Destaca su producción de marionetas vestidas con telas de llamativos colores y que representan personajes famosos como Cantinflas, charros o chinas poblanas.

El Estado de México, lugar en el que aún en la actualidad sigue más vigente ?la cartita a los reyes? que ?el regalo de Santa Claus?, también sobresale la venta de juguetes de tejamil como las matracas, sillitas, mesas,camas, trasteros; las perinolas, baleros y trompos torneados en madera y barnizados en brillantes colores, o las famosas alcancías y trastecitos de barro.

Guanajuato se erige como el productor más importante del juguete mexicano, a nivel nacional y distribuye sus productos a lo largo y ancho de todo el país.

Esta entidad conserva el estilo romántico del siglo XIX con la elaboración artesanal de una infinidad de piezas en plomo para las casas de muñecas, muebles y figuras humanas, o los inolvidables soldaditos pintados a mano.

Produce también sonajas con formas de payasos, pericos, tecolotes y calaveras. De ahí proceden los caballitos con sus cuatro patas fijas a una tabla para que el pequeñín ?cabalgue? sobre ellos; y aquellos caballitos que sólo tienen la cabeza de trapo unida a un palo de escoba que le sirve de cuerpo para que lo monten, pero también fabrican muchos baleros, perinolas y trompos.

Uno de los juguetes más conocidos y baratos que además cuenta con movimiento son los boxeadores de madera pintada que con un botón conectado a un sencillo dispositivo mecánico se golpean.

En Morelia son clásicas las muñecas de trapo que arrullan las niñas en sus rebozos y de ahí proceden las muñecas de hojas de maíz.

Oaxaca es otro estado que produce gran volumen de juguetería popular con muñecas de barro natural y figuras zoomorfas de barro moldeado a mano tocando instrumentos musicales.

De ese mismo estado surgió una corriente de talladores que dieron origen a los populares alebrijes, figuras surrealistas a las que se les agregan rasgos de monstruos ?para ahuyentar a los malos espíritus? y que son coloreadas con tonos llamativos.

Pero así como cada entidad produce sus artesanías propias de la región, también hay juguetes que a lo largo de la historia se les encuentra en cualquier parte de la República como: el trompo, el balero, la muñeca de trapo y la de hoja de maíz, la perinola, el títere, el cochinito de alcancía, la lotería, las sonajas, los trastecitos, la serpiente de madera, la flautas de madera y de barro, o el carrito de madera jalado con un hilo.

Estos juguetes son los que mantienen viva la esencia de la diversión mexicana y que seguirán sacando la cara por la artesanía nacional en el extranjero, así que este Día de Reyes es una excelente oportunidad para impulsar las tradiciones mexicanas regalando a los niños un juguete hecho en México.

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