Un solo grito: Felicidades Torreón

El silencio del desierto se vio interrumpido por un masivo movimiento de ciudadanos que acudieron por doquier a festejar a Torreón y dar el Grito de Independencia.

Torreón, Coahuila.- Fue verdaderamente increíble la sensación que producían más de 30 mil personas gritando a los cuatro vientos ¡Cumplimos cien años! El silencio del desierto se vio interrumpido por un masivo movimiento de ciudadanos que acudieron por doquier a la Unidad Deportiva Torreón. Todos con el ánimo de hacer parte de un festejo que será grabado en las páginas de la memoria de la hoy “Ciudad Centenaria”. Familias enteras, rostros sonrientes, palabras alegres, una ciudad en traje de luces, imágenes contando un siglo de historia, calles coloridas y Torreón de gala en una sola fiesta.

Estas situaciones sólo se pueden encontrar todas juntas cuando se cumplen cien años. Un festejo al que asisten los apasionados por esta tierra, los herederos del suelo que hoy se festeja, los que han llegado de otras tierras aportando un granito de arena a ese significado de ser torreonense. Y donde la gente se une en un solo coro, sin importar diferencias para decir jubilosamente: Feliz cumpleaños Torreón.

Las 8:00 de la noche y el banderazo inicial del Desfile del Centenario, el monumento a Hidalgo parecía sonreírle a la caravana de carros alegóricos que se preparaban para darle un saludo a los miles de ciudadanos que se apostaban a uno y otro lado de avenida Juárez, la ciudad se convirtió en un mundo paralelo al de los que se encontraban fuera de estas fronteras, por unos instantes personas de todas la condiciones, edades, religiones creencias y posiciones unieron sus corazones y entonaron cantos, porras y gritos en homenaje a la festejada, no había lugar para la tristeza o los malos pensamientos, todas la calles eran una fiesta.

Todo estaba perfectamente organizado. El recorrido y la difusión de meses antes, dieron un excelente resultado, los carros alegóricos ubicados estratégicamente una tras de otra para animar al público y generar atracción; brindando a los espectadores que no se cansaban de aplaudir, una visión histórica de Torreón, la imagen de los primeros grupos étnicos, jinetes a caballo hablando de la revolución, una reina que mandaba besos con las manos, un baile en lo que fuera el casino de La Laguna que revivió y caminó por el Centro de la ciudad y hasta los militares que parecían escoltar los cien años de historia, que alegraban corazones a su paso.

Sería la primera vez que se organizaba una actividad de esta magnitud y por eso cada día que pasaba era un día menos de expectativa, ansia y preparación. Pero todo valió la pena, no hubo tiempo para pensar en lo que pudo haber sido y no fue, por que en un momento Torreón parecía convertirse en Macondo y del cielo centenario la gente atrapaba los papeles de colores que parecían mariposas amarillas como las de aquella mágica ciudad, que nos describió Gabriel García Márquez en su novela Cien años de Soledad.

Aunque era un evento muy esperado en los últimos días, septiembre, como hace cien años fue la fecha ideal para coincidir, mes de la Independencia y a diferencia de lo que pudiera pasar en otro escenario a lo largo del país, en Torreón se celebraba doble. Las miradas de los transeúntes y población que pasaba tenían un mismo rumbo, el rumbo de los cien años, la ciudad creció para el oriente y los carros alegóricos con miles de personas siguieron ese curso como tratando de imitar la historia, sólo que esta vez con cornetas, sombreros, banderitas que decían “Siente el Centenario” y la música que hacía que la gente bailara a cada paso.

El costo de la entrada, -una sonrisa y la mano en el corazón- símbolo de lo que este 15 de septiembre significaba ser torreonense, también el que pagaría cualquiera de los invitados por ser testigo frente a los tres escenarios que engalanaban la Unidad Deportiva, bajo este cielo de juegos pirotécnicos daba lo mismo estar adelante, a izquierda o derecha, desde artistas, empresarios, políticos, ciudadanos buscaban un espacio para preparar la garganta llegada la hora.

En la tarde, horas antes de iniciarse el festejo, la lluvia amenazó con refrescar la celebración, sin embargo esto no alteró en nada la llegada a la Deportiva y las nubes terminaron por hacer parte de la fiesta cuando a las 11:00 de la noche y después de que la sesión solemne del Cabildo pronunciara el nombre de los ciudadanos distinguidos a quien el pueblo reconoció con aplausos, el señor alcalde de la ciudad José Ángel Pérez, habría de dar apoteósicamente un grito que acompañado de los cañonazos y juegos pirotécnicos, hizo eco en las entrañas de más de 30 mil personas que más que nunca se sintieron orgullosamente torreonenses.