Desde hace más de siete años, Lorena se instala en la esquina del bulevar Constitución y Salvador Creel.
TORREÓN, COAH.- Es domingo y son las once de la mañana. Las calles están solas, sin embargo, Lorena se encuentra desde temprano ofreciendo sus banderas en uno de los cruceros de esta ciudad.
A sus 16 años, cuenta con siete de experiencia en el negocio. Desde entonces, año con año, se ha instalado en el cruce del bulevar Constitución y Salvador Creel.
A tan sólo dos semanas de haberse instalado en este punto, comenta que las ventas, a diferencia del año pasado, no han sido muy buenas.
“Han estado un poco bajas, lo que pasa es que hay mucha competencia”, dice preocupada la joven comerciante originaria del estado de México.
Tan sólo el año pasado, según comenta Lorena, quien trata de cubrirse del sol debajo de un pequeño árbol, era la única que vendía en este cruce, en el cual ahora se pueden observar por lo menos tres personas, ofreciendo la misma mercancía que ella.
Unos cuantos hilos y un poste, son suficientes para que Lorena monte su negocio, en el cual se puede encontrar desde banderas hasta cornetas pasando por pelucas y adornos para los vehículos, todo traído desde el Estado de México.
Su llegada debe ser entre siete y ocho de la mañana para terminar como a las nueve de la noche, tiempo en el que no se debe separar de este punto, comenta.
“Cuando es hora de comer, nos traen algo, así como si queremos ir al baño, pues ahí los vecinos nos echan la mano para cuidar nuestras cosas”.
Pese a trabajar más de 12 horas al día sin días de descanso, Lorena recibe a diario cerca de 150 pesos, “todo depende de lo que haya vendido, si no vendí nada durante ese tiempo, pues no me pagan el día”, comenta la vendedora.
“Sólo es durante esta temporada, ya cuando termine descansaré una o dos semanas”, dice Lorena, quien asegura que retomará sus estudios de preparatoria el próximo año en el Estado de México, lugar de donde es originaria.
Aunque las ventas no han sido tan buenas como en años anteriores, Lorena confía en que repuntarán en uno o dos días ante del Grito de Independencia, situación que la mantiene confiada. “En unos días mejorarán las ventas, casi siempre es así”, señala la joven quien emocionada coloca una banderilla en un vehículo para después regresar a su lugar, tomar su tina como asiento y colocarse sus audífonos para hacer más ameno el rato que pasará en espera de otro cliente.
