Torreón vivió un fin de semana inolvidable. Miles de pobladores celebraron el aniversario número 100 de la ciudad volcándose a las calles y asistiendo a los actos que llenaron de alegría, luz y color los espacios públicos. El júbilo y la civilidad fueron el común denominador durante estos importantes festejos que, gracias a la respuesta masiva y pacífica de la gente, pudieron ser una realidad.
La noche del viernes 14 de septiembre el Estadio Revolución lució abarrotado. Más de 40 mil almas se congregaron para apreciar primero un espectáculo de baile y folclor nacional como sólo el Ballet de Amalia Hernández lo puede ofrecer. Luego, el momento más esperado de la velada: el concierto de las Mañanitas a Torreón, a cargo de una soberbia Camerata de Coahuila que, de la mano del maestro Ramón Shade, orgullo de los torreonenses, acompañó de manera excelsa la imponente, pero cálida voz del tenor mexicano Fernando de la Mora, quien se entregó al público lagunero una vez más y regaló a esta ciudad, ya centenaria, una de las más memorables de sus presentaciones.
El sábado 15, por la mañana, Torreón se convirtió en la capital de Coahuila al ser sede durante unas horas de los tres poderes del Estado. El Teatro Nazas se vistió de gala para ser el recinto oficial de la Sesión Solemne de la LVII Legislatura del Congreso local, en la que se dio lectura al decreto emitido el 13 de julio de 1907 por el cual la Villa del Torreón era elevada a la categoría de ciudad y que entró en vigor el 15 de septiembre de ese mismo año.
En la noche, las calles del Centro lucieron pletóricas de alegría y color con el Desfile del Centenario, en el que a través de carros alegóricos se hizo un recorrido por la Historia de Torreón. Del monumento a Hidalgo, en Independencia y Múzquiz, al Estadio Revolución, en Juárez y calzada Estadio, miles de personas participaron en la gran fiesta callejera gritando eufóricas: “¡Cumplimos 100 años!”.
Más tarde, la Unidad Deportiva se transformó en una verbena popular en medio de la cual se llevó a cabo la Sesión Solemne de Cabildo y en la que fueron entregados los reconocimientos a “Ciudadanos Distinguidos”. Luego, el tradicional Grito de Independencia y al terminar, más música y más fiesta.
Sin duda, una merecida celebración, que es también un homenaje, para Torreón y sus pobladores, quienes en tan sólo 100 años han logrado llevar a su ciudad a alturas que quizá ni los fundadores llegaron a imaginar. El fin de semana que acaba de pasar es simplemente inolvidable, por la alegría y el entusiasmo de los torreonenses, pero también por la civilidad y la unión demostrada. Por eso: ¡Felicidades a Torreón! ¡Felicidades a todos sus habitantes!