En una forma original y romántica, le pidieron matrimonio a Elizabeth.
EL SIGLO DE TORREÓN
En un bello escenario romántico por sí solo, Luis Escamilla Susunaga le entregó el anillo de compromiso a su novia Elizabeth Hernández Villegas, después bajo la magnífica vista que ofrece el Cerro de las Noas le propuso matrimonio teniendo como marco musical un grupo de mariachis.
Todo sucedió así... El ocho de noviembre pasado fue un día de muchas sorpresas para Elizabeth, quien a temprana hora recibió una llamada de un salón de belleza que le informaba que tenía una cita reservada para ella.
Al salir de su casa la novia encontró en su coche su flor favorita y una nota de buenos días; al arribar a la sala de belleza le entregaron ahí otra flor igual a la primera.
La situación no dejó de sorprenderla... más tarde Luis le llama a su prometida para invitarla a una cena entre amigos en un salón de conocido hotel donde le obsequiaron otra flor de la misma naturaleza.
El nervioso novio, le entrega en la cena la cuarta flor, sin embargo esta vez lo hizo de forma personal. Fue en ese momento que Elizabeth se dio cuenta de que todo había sido parte de un hermoso detalle.
Un camino envuelto con pétalos de rosa y velas, hizo suponer a Liz el verdadero motivo del evento: una cena romántica para dos personas, con música y vino, además de una quinta flor por sus cinco años de noviazgo.
Después de la cena, la pareja se dirigió al Cristo de las Noas, sitio en el que hace cinco años se habían hecho novios. A su llegada Elizabeth se sorprendió de una grande lona de petición de matrimonio que lucía colgada.
Y teniendo como marco unos mariachis, él le pidió que fuera su esposa y le entregó el anillo de compromiso.