Hay incriminaciones de ambas partes, que pueden constituir delitos electorales, en caso de que llegaran a comprobarse y la autoridad electoral considere que debe castigarlos. En un ambiente tenso, el Estado de Baja California Norte, realizará elecciones pasado mañana, acudiendo a las urnas los ciudadanos para escoger a su próximo gobernador. Estarán compitiendo por el Partido (de) Acción Nacional, José Guadalupe Osuna quien, se dice, cuenta con la simpatía de la profesora Elba Ester Gordillo, por lo que a la península arribó un puñado de maestros para hacerle el favor de ayudarlo en su lucha por ganar el Gobierno de la entidad. La Maestra, cabe mencionarlo, no esconde sus simpatías a favor del partido que gobierna en el país, sea el que fuere, lo hace ahora con el PAN como antes lo hizo con el PRI. Tan es así que Carlos Salinas de Gortari, con el poder que tiene todo ocupante de Los Pinos, al echar de su cargo gremial a Carlos Jonguitud Barrios le abrió paso para que, sin apuros, recibiera la corona y el cetro que desde entonces le permite liderar esa organización con mano de hierro. Después, después le daría la espalda a su benefactor.
El otrora poderoso Partido Revolucionario Institucional registró la candidatura de Jorge Hank Rhon, presidente con licencia del municipio de Tijuana, cuya postulación fue anulada por el Tribunal Electoral en la entidad considerando aún no concluía su mandato como alcalde, pero que sin embargo posteriormente fue avalada como legal por el Tribunal Electoral federal. Para que se vea el “punch” del hijo del profesor Carlos Hank González, no obstante que el acuerdo del Tribunal Estatal era que suspendiera su campaña y que su partido nombrara un candidato sustituto, ni se interrumpió el proselitismo ni el PRI hizo cambio de aspirante. La resolución del Tribunal, que le restituyó su carnet de candidato, tuvo la consecuencia de que Hank incrementara su popularidad empatándose en las preferencias ciudadanas con su rival panista. Esto ha provocado una cerrada contienda en que ganará la estrategia del más hábil y el que más dinero haya derramado. Es Hank Ron un político fuera de serie, con un capital personal de 3 mil 500 millones de dólares, aficionado a los zoológicos, atrevido al hablar indicando que su vigor viene de tomar diariamente un licuado de falos de león y de tigre, un cuerno de venado, hiel de oso, junto a ocho víboras de cascabel y un puñado de alacranes.
Su pintoresco atuendo no se queda atrás. Usa reloj y hebilla de oro, pantalón negro, camisa roja y chaleco en rojo de piel de lagarto. Un triunfo en la contienda, sería, según sus detractores, una derrota para el sistema político. No lo creemos. Su participación, justo es señalarlo, no es otra cosa que producto de la democracia. Si gana será debido, por angas o por mangas, a que el pueblo así lo quiso. No hay pero que valga. Sus contrincantes pretenden descalificarlo señalando que lleva una vida frívola a la que, por supuesto, le acompaña el escándalo. Agregan que su victoria representaría un enorme retroceso para el sistema político nacional. Ahora bien, los calificativos de deshonestidad pueden aplicarse a todos los candidatos, sean del partido que sean. No hay mucha diferencia. No se trata, como en la lucha libre, de buenos contra malos. Hay ángeles ni duda cabe, pero predominan los chamucos. Es la triste historia de este país, donde la suerte la deciden unos cuantos malandrines.
Que es aficionado a las botas, a los animales exóticos, los autos, los relojes, las chamarras y las apuestas, no lo hace ni peor ni mejor aspirante al Gobierno Estatal.
El pueblo decidirá si lo quiere o no en Palacio de Gobierno. Las elecciones darán lugar a que las autoridades se fajen los pantalones para poner coto a los excesos en que incurran los dos partidos. La importancia que revisten estos comicios reside en saber de cual cuero salen más correas, pues hasta donde se sabe los dos partidos tienen confianza en que los mapaches lograrán inclinar la balanza en su favor. Hank Rhon sabe que la gente votará por el más bronco, por aquello de que pa’ los toros del jaral, los caballos de allá “mesmo”, por lo que estima que tiene más posibilidades de llevarse el triunfo. Las caperucitas sólo en los cuentos. La leyenda negra que sus opositores le atribuyen al empresario puede que le sirva para posicionarlo como lo que en estos violentos días se requiere en los puestos públicos.
En fin, se le ha creado una aureola a Hank señalando que recurrirá a todas las malas tretas a su alcance. En tanto a su oponente, Osuna Millán se le acusa que aplicará la operación de ingeniería electoral que tan buenos dividendos les rindiera a los panistas en la pasada elección presidencial. Es obvio que los aspirantes y sus respectivos equipos consideren que saldrán victoriosos del evento. Esto traerá como consecuencia que haya una apretada elección, dando lugar a que los tribunales tengan que decir la última palabra. Si es que antes no sucede algo inesperado.