El compromiso social y el interés por los ciudadanos es lo que menos importa a la clase política del país. Lo verdaderamente importante es colgarse la medallita de los eventos, las obras y acciones. Sin embargo, cuando dos grupos opuestos luchan por los reflectores los únicos afectados, como siempre, son los ciudadanos.
Ejemplo de esto es la situación que actualmente se vive en Torreón, donde la confrontación entre el alcalde, José Ángel Pérez y el Gobierno del Estado en la figura de Eduardo Olmos, secretario de Desarrollo Regional en La Laguna, no permite que avancen los proyectos de obras.
Los días pasan y la sociedad aún desconoce el destino de los recursos provenientes del Impuesto Sobre Nómina, ya que mientras el Estado propone puentes para desarrollar infraestructura vial, el alcalde pide que los recursos se destinen a parques y plazas cívicas con motivo del Centenario.
Por una parte el Estado ya presentó al Comité Técnico del Impuesto Sobre Nómina los proyectos para destinar una inversión de 76 millones de pesos a la continuación de la antigua carretera Torreón-San Pedro; del ejido Ana a Paso del Águila; la continuación de la carretera La Unión-La Partida en el tramo del ejido Ana hasta El Perú y la ampliación de la carretera a Santa Fe, hasta la Torreón-Saltillo. En contraparte el alcalde no ha presentado ningún proyecto técnico.
Fue a finales de marzo cuando en una reunión del Comité del ISN el alcalde José Ángel Pérez pidió tiempo para presentar los proyectos técnicos de obras con motivo del Centenario, a punto de iniciar el mes de mayo nadie los conoce. Según Alberto Hermosillo Morales, director de Desarrollo Urbano, son cuatro los proyectos sobre los que se trabaja actualmente: el Museo del Algodón, el estacionamiento debajo de la Plaza de Armas, la Plaza Cívica frente a la Presidencia Municipal y el Museo de Ciencia y Tecnología, los cuales, dijo, quedarán terminados en tres meses.
A pesar de que los recursos del ISN son destinados a obras de infraestructura, José Ángel Pérez argumenta que hizo un convenio con el gobernador, Humberto Moreira, para que los recursos fueran destinados a obras del Centenario.
“Ése fue el convenio que hice con el gobernador Humberto Moreira, que los dineros que restan de ejercer del ISN ya están comprometidos prácticamente por el acuerdo entre Gobierno del Estado y el Municipio y hay una acta que ya se firmó donde dice que esos recursos están exclusivamente para los proyectos del Centenario y del Centro Histórico y únicamente pasaría por la anuencia del Comité Técnico del ISN”, declaró hace unas cuantas semanas el alcalde.
Sin embargo, el tiempo pasa y los torreonenses ven con tristeza cómo en Saltillo se inauguran puentes y aquí nada. Alguna vez Eduardo Olmos declaró que era lamentable que debido a las “grillas, no haya rapidez en la toma de decisiones, para definir obras públicas prioritarias”. En esa ocasión se refirió a Saltillo, en donde recientemente se inauguraron cuatro puentes y otros dos están en proceso, mientras que en Torreón la mayoría de los proyectos planeados hace un año aún no se terminan y otros apenas han iniciado.
José Ángel Pérez no puede disimular su enojo con la creación de la Secretaría de Desarrollo Regional de La Laguna, sobre todo cuando su titular es quien fuera su contendiente en las pasadas elecciones. Para nadie es un secreto que Olmos está en esa silla para posicionar su imagen y buscar nuevamente la alcaldía, aunque esto sea negado por el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira.
La molestia en general de los panistas puede ser justificable, sin embargo resulta poco inteligente en materia política promover una controversia en la Suprema Corte de Justicia sobre la legalidad de la Secretaría de Desarrollo Regional. Aunque el alcalde diga que la iniciativa fue de los regidores panistas, la realidad es muy distante.
A media semana el alcalde se reunió con Olmos, mientras los medios de comunicación esperaban “sangre” del encuentro, lo cierto es que sucedió lo predecible: ambos declararon que no había ningún problema, que faltaba diálogo, que ya se pusieron de acuerdo y que de aquí en adelante todo será miel sobre hojuelas.
¿Alguien creerá este discurso? Sobre todo cuando pareciera que la mano del Gobierno del Estado se encuentra detrás de la huelga del Simas que estalló desde el 16 de abril.
Alguien puede explicar ¿por qué el sindicato del Simas perteneciente a la CTM, bastión del PRI, se niega a aceptar un incremento del cinco por ciento?, lo que sí sucedió en la capital con el organismo Aguas de Saltillo. Allá con un alcalde priista un aumento del cinco por ciento es bueno para la CTM, en Torreón lo considera bajo.
Otra mala señal que envía el Gobierno del Estado es la contratación de Raymundo Rodríguez, quien fuera despedido como gerente técnico del Simas en la actual Administración. Es cierto don Raymundo puede ser muy capaz y tiene todo el derecho de trabajar, pero ¿por qué el Estado se empeña en contratar para trabajar junto a Olmos a gente que no es bien vista por José Ángel? Otro caso es el de Gerardo Berlanga Gotés, quien fuera director de Obras Públicas con Guillermo Anaya y ahora está bajo las órdenes de Eduardo Olmos.
Mucho se puede seguir escribiendo sobre el tema, pero lo único cierto es que este pleito nada está dejando a Torreón. El ambiente de fiesta por la celebración del Centenario brilla por su ausencia, los proyectos de obras (sean parques o puentes) no tienen para cuándo iniciar. Por si fuera poco los 20 millones de pesos para el Fideicomiso de Seguridad que corresponden al Gobierno del Estado tampoco han sido entregados. El motivo: Moreira condiciona la entrega a que le digan en qué se va usar el dinero, ya que para variar el Municipio quiere una cosa y el Estado otra.
Ante este panorama uno se pregunta: ¿por qué Moreira y José Ángel no logran ponerse de acuerdo para trabajar por la ciudadanía de la misma forma a la que sí llegan a acuerdos para compartir su imagen en pendones y espectaculares?
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