EL SIGLO DE TORREÓN
Torreón, Coah.- La afición del Santos Laguna y uno que otro Tecolote perdido entre un mar albiverde llenaron ayer el Estadio Corona, en un partido donde más que el orgullo o los tres puntos en juego tenía otro toque emotivo: el regreso de Rodrigo ?Pony? Ruiz.
Es cierto que Santos Laguna y todos los guerreros de corazón querían salir con la victoria, pero enfrente se tenía a uno de los últimos ídolos que defendieron la casaca lagunera como pocos. Antes de entrar, los gritos de ?¡Pony, Pony!? se hicieron presentes dentro y fuera del escenario.
Poco a poco cada persona tomó su lugar con la esperanza del cambio en el rumbo del equipo, el cual por momentos se parece al dirigible que está afuera del coso, que apenas se mantiene en el aire y con la brújula perdida.
Si el partido de ayer hubiera sido una obra de teatro, éste se presentó en tres actos. En el primero se vio un equipo que tenía el control de la pelota, que emocionaba al respetable, con un árbitro metido en lo suyo, dejando correr las acciones y no alocarse con las tarjetas.
La primera mala noticia fue que Vuoso salía del campo por un tirón. Aún con eso el público anima y aconseja a los jugadores, ?tírale... Cepillo?, sin embargo los ataques se quedan en opciones pero no se concretan.
Un poco de distracción en la tribuna: si te comes unos ?taquitos? de botana, tres chicas vestidas de verde te recompensan con un ?taco de ojo?. Un caballero llevó el tambor de una batería musical, lo malo es que no tenía idea de ritmo para acompañar el apoyo local. El elíxir dominical se mueve a ritmo semilento, mientras que en la cancha los Guerreros por primera vez en el torneo juegan como locales.
Hasta el ?Hommie? Castillo se contagia y lanza un fuerte zurdazo desde fuera del área. Los santistas están llegando. En el palco de honor no hay distinción de partido y todos apoyan a los Guerreros. Los alcaldes de Torreón y Gómez Palacio, así como otros políticos, ven la obra con mucha atención. Acaba el acto con un buen sabor de boca, pero aún no convence del todo.
En el intermedio hasta los niños que participaron en el reto del medio tiempo se entregaron en busca de la victoria, así como Cristian Mijares le respondía al ?Travieso? Arce en la misma televisora donde el tijuanense retó al lagunero.
Para el segundo acto salen los mismos actores, pero se desata la emoción cuando el ?Pony? Ruiz empieza a calentar, sin embargo, Oswaldo comienza a levantar al público para que recordemos que nuestra sangre es guerrera.
Y por fin lo que todos esperaban, un gol a favor del Santos Laguna. Otra vez un penal, otra la angustia, pero ahora Vuoso lo veía desde la banca. Juan Pablo Rodríguez lo ejecuta y toda la presión se rompe, el grito de ?¡goooool!? se oye en toda La Laguna. Al fin se vuelve a respirar tranquilamente, todo es alegría en la tribuna, aparece la ola y la cerveza se empieza a mover a un ritmo alegre como no lo había tenido en los juegos anteriores.
Después del gol, el Corona vivió uno de esos momentos imborrables, la entrada del ?Pony? Ruiz a la cancha entre los gritos y los aplausos de un público entregado al chileno-lagunero.
Pero es con este cambio que empieza el último acto, donde el silbante ?Chiquimarco? quiere ser el protagonista, el juez de línea se protege y ante la duda de que lo quemen a nivel nacional marca no tan localista. El ?Pony? Ruiz empieza a darle una desconocida al Santos Laguna, presagio de que algo iba a suceder.
Los nubarrones caen en La Laguna con el gol de Tecos, la lesión de Oswaldo Sánchez y la desesperación por no conseguir los tres puntos. A partir de ahí errores por parte de los delanteros que hasta forman parte del muro defensivo de Tecos. Tocan a la puerta pero no quieren anotar. Pasa el tiempo y no hay respuesta. Nada más faltaba que lloviera para que fuera una jornada de llanto.
Salen las pancartas de repudio al técnico local, ?¡cállate Daniel y siéntate!? le gritan desde sombra. Se va Mijares del estadio y le piden ?Cristian... pártele la m.... al ?Travieso??, nada más que no aclaró si a Arce o a Guzmán. Termina la obra.
Al final, desesperación, ya se dice que es la Maldición de Quirarte, el Subcomandante anda organizando a la raza para llenar toda la barda de veladoras el próximo partido y otros ya están pensando en ir a Plateros. Se bajó el telón, cuando las nubes taparon el cielo lagunero, que en un momento fue azul, y ahora se torna más gris.