En Argentina uno de cada dos hombres usa cosméticos como anti-arrugas, geles o cremas hidratantes de forma habitual, se realiza tratamientos faciales y no se identifica con la imagen del "macho insensible".
Fuera de estereotipadas clasificaciones como "metrosexuales" o "ubersexuales" (varones sensibles y preocupados por su bienestar), en Argentina los hombres comunes y corrientes no ven como una rareza el uso de productos para el cuidado de la piel.
Desde estudiantes a jubilados, el cuidado de la apariencia ha dejado de ser una cuestión de vanidad para convertirse en un "deber ser" y un requisito para el éxito.
De acuerdo con un estudio realizado por una consultora privada para la firma de cosmética L'Oreal, el 73 por ciento de los argentinos considera el cuidado personal como una actividad placentera y cotidiana, frente al 23 por ciento que lo ven como un sacrificio.
El 98 por ciento afirma que el aspecto mejora la autoestima y el 88 por ciento señala que estimula el desarrollo laboral.
Asimismo, un 60 por ciento ha dado el paso de dejar de ver estos productos como algo exclusivo del ámbito femenino.
Pero esto no es todo, el argentino del siglo XXI huye de la imagen de "macho insensible" y aboga por una faceta conciliadora, de caballerosidad y cuidado de la familia y al que le gusta escuchar.