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Usan tecnología para hacer trampa en exámenes

Muchos estudiantes recurren a la “ayuda” tecnológica para no reprobar. (El Universal)

Muchos estudiantes recurren a la “ayuda” tecnológica para no reprobar. (El Universal)

El Universal

La UNESCO advierte que fraudes en los exámenes y casos de sobornos para pasar las evaluaciones están contribuyendo a ‘socavar seriamente los sistemas educativos’.

En época de exámenes algunos estudiantes aplican el proverbio que reza: en la guerra y en el amor todo se vale y urden un sinnúmero de trampas que van desde los obsoletos “acordeones” hasta la aplicación de la tecnología a favor del fraude al utilizar el teléfono celular o el iPod para responder en sus exámenes. Estas prácticas, corruptas más que ingeniosas, son preocupantes al grado de que la UNESCO alerta que están contribuyendo a “socavar seriamente los sistemas educativos”.

Ella, que no se atreve a proporcionar su nombre, es estudiante de literatura en una universidad privada de la capital mexicana y en el baño de la escuela se prepara para la evaluación final. Afina los detalles para que los cables de los audífonos no se noten entre su larga cabellera. Entre sus ropas guarda a su pequeña y moderna conciencia: el iPod (un reproductor digital de música y voz) que le dictará las respuestas de los temas, autores y corrientes literarias a desarrollar. Una semana después está contenta, pasó la materia con 8 de calificación.

A unos cuantos kilómetros de ese lugar, en los pasillos en una universidad pública, Óscar cuenta los billetes ahorrados para la “temporada de emergencia”. Ha logrado juntar los 700 pesos que necesitaba. La transacción es rápida. Otro estudiante le entrega las respuestas correctas y desaparece. Ahora ya está listo para presentar su examen de Química, uno de los más difíciles de su carrera de Medicina.

Son prácticas comunes en las universidades mexicanas. Se trata de fraudes en los exámenes y casos de sobornos para pasar las evaluaciones que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) dice están contribuyendo a “socavar seriamente los sistemas educativos” no sólo en nuestro país, sino que se extiende por el mundo.

La corrupción estudiantil sumada, a la malversación de fondos, las licitaciones públicas amañadas, ascensos dudosas de profesores, cobros ilegales por servicios que prestan las instituciones y los títulos de universidades transfronterizas “virtuales” o ficticias, están provocando que la educación superior no tengan avances significativos, sostiene la UNESCO.

El tipo de actos contabilizados por la UNESCO llevan a ubicar a México en el lugar dos de un total de siete, en el que la séptima posición la ocupan los países con menores niveles de corrupción estudiantil y mayor combate a este tipo de prácticas.

México comparte esta posición con naciones como Nigeria, Senegal, Sierra Leona, Kenia, Turquía, Chile y Perú, según lo detalla el Informe de Escuelas Corruptas, Universidades Corruptas: ¿Qué se puede hacer?, realizado por el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE) para la UNESCO,

No sólo la UNESCO ha registrado el fenómeno de la corrupción en los sistemas educativos. Hace un año en un estudio elaborado por Transparencia Internacional, a petición del IIEP, de la UNESCO y de la Secretaría de Educación Pública (SEP), se dio a conocer que en promedio las familias mexicanas pagan 300 pesos en “sobornos” para asegurar un lugar a sus hijos en las escuelas públicas, lo que refleja “la gravedad del problema de la corrupción en México en el sector educativo”.

Ese estudio, titulado “Robando el Futuro: Corrupción en el salón de clases. Diez experiencias reales en el mundo”, señalaba que a pesar que la educación primaria y secundaria en México es pública, las familias mexicanas pagan más de 102 millones de pesos al año en “sobornos”, “cuotas especiales” por la entrega de papeles o la inscripción de los menores al ser condicionada a la aportación de dinero, materiales de construcción, vidrios, bancas, pintura, cortinas u otros materiales escolares.

Ahora, en el nuevo reporte, la UNESCO señala que uno de los principales desafíos en materia de lucha contra la corrupción lo representa la proliferación de universidades ficticias por internet que ofrecen títulos virtuales.

De acuerdo con el documento entre el año 2000 y 2004, el número de este tipo de “universidades” se multiplicó por 4, al pasar de 200 a 800 “instituciones” fraudulentas.

En el caso específico de México el estudio enfatiza que algunos de los principales problemas que se presentan en la educación superior es el “favoritismo” y el “nepotismo”, que inician a través de las ligas sindicales. El documento identifica que el “favoritismo influye en el ingreso de estudiantes a las universidades o el reclutamiento de personal en servicios administrativos”.

Jacques Hallak y Muriel Poisson, autores del informe, plantean que la magnitud de la corrupción que se vive en términos generales en un país ve replicado en la educación y en el caso de México se estima que se gasta 15 por ciento del Producto Interno Bruto en el pago se sobornos o evasión de trámites por parte de los mexicanos.

Durante un recorrido por la UNAM, el IPN, la Universidad Iberoamericana y la Universidad del Valle de México, los estudiantes detallaron sus mejores tácticas para sacar un acordeón, copiar, pasar un examen, comprarlo o buscar ayuda tecnológica para evitar reprobar.

Al consultarles a Óscar, Adriana, Carla, Angélica, Gustavo, Manuel y Violeta todos opinaron que recurrir a esos métodos no equivale a cometer actos de corrupción. “Es una ayuda”, coinciden.

Las técnicas reveladas por ellos se multiplican. Las estrategias van desde ocultar en la pluma o en la banca el acordeón, que nunca pasará de moda. También los largos listados de claves inscritos en las bancas. Los acuerdos previos para usar el lápiz en exámenes de respuestas múltiples: la goma hacia arriba es A, con la punta hacia arriba equivale a que la respuesta es B, si es C la punta apunta al compañero y en D es a la inversa.

Las universitarias se ayudan de una falda corta para ocultar acetatos o acordeones. Las batas o pantalones son tatuados con fórmulas, palabras clave o extractos completos de temas incomprendidos en clase. Sólo que lo nuevo es el uso de la tecnología: los mensajes por celulares y el uso del IPod.

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