El experto Brian Michael Jenkins advierte que como regla general, nunca se debe excluir alguna forma de diálogo con las guerrillas, lo cual no es lo mismo que las negociaciones. (Archivo)
Advierten que atentados a Pemex pueden beneficiar a cárteles, pues distraen la vigilancia que el Estado les dedica.
La relación entre el Ejército Popular Revolucionario (EPR) y los cárteles del narcotráfico llamó la atención tras los ataques a los oleoductos de Pemex, lo cual significa una mala combinación porque la guerrilla podría obtener flujos de dinero para evitar terminar sus ataques y las organizaciones del narcotráfico comenzarán a actuar como terroristas desafiando directamente al Estado, señaló Brian Michael Jenkins, uno de los más reconocidos expertos mundiales en terrorismo y crimen organizado.
“Los ataques se realizaron fuera de las áreas normales de operación del EPR, fueron sofisticados y los narcotraficantes que han estado bajo gran presión del Gobierno podrían beneficiarse de la desviación de las Fuerzas de Seguridad gubernamentales para proteger los oleoductos”, detalló.
Las alianzas entre guerrillas y narcotraficantes se han observado en Colombia, Perú, Líbano, Afganistán, Burma y Laos, refirió Jenkins quien es asesor del presidente de la “Corporación RAND”, uno de los centros de investigación más importantes de Estados Unidos que asesora entre otros a la Casa Blanca y al ejército.
“Los ataques a los oleoductos se han convertido en una táctica común de la guerrilla en Colombia, en Nigeria, en Irak. Los oleoductos son inherentemente difíciles de proteger y las guerrillas ven cierta justicia en esparcir la miseria económica”, explicó.
Jenkins indicó que no es su posición decir qué debe hacer el Gobierno de México respecto a la guerrilla mexicana, pero comentó que “la estrategia del Gobierno no debe basarse solamente en destruir cada guerrilla, debe competir con la guerrilla por los reclutas”.
En este sentido, expresó que siempre hay una manera segura de que esos reclutas desistan de seguir, incluso para aquellos que ya se unieron a las guerrillas.
“Los bebés no nacieron como guerrilleros, etarras o zapatistas, ellos crecieron en una subcultura de la guerrilla local donde el padre o el abuelo fueron parte de la guerrilla. Ellos fueron reclutados o cohesionados a integrarse a un grupo local y se unieron por justicia, aventura o simplemente porque no había otras opciones atractivas. Pero no nacieron como guerrilleros, ellos se hicieron guerrilleros”, destacó.
Pero la guerrilla también ha cambiado especialmente con la aparición de las nuevas tecnologías, dijo Jenkins, cuyas comparecencias, ante el Congreso y el Gobierno de Estados Unidos han cambiado políticas sobre terrorismo y seguridad nacional.
“En la Revolución Mexicana se veían fotografías de Pancho Villa y sus hombres con carrilleras de balas en el pecho. Ahora la guerrilla viene con laptops y teléfonos celulares. El Internet se ha convertido en un importante campo de batalla”, indicó.
Jenkins comentó que el Internet ha permitido que terroristas y guerrillas lleguen a una mayor audiencia, expliquen sus causas, movilicen a sus simpatizantes, atraigan reclutas y comuniquen su clandestinidad, además ellos explotan el uso de las nuevas tecnologías más rápidamente que los gobiernos.
El primer instinto de los gobiernos, comentó, es tratar de controlar el Internet eliminando las páginas de sus adversarios, previniendo que otros ingresen a ello, pero esto sólo funciona donde el Gobierno tiene control de todas las comunicaciones y aun así el mensaje sale.
“A largo plazo los gobiernos tienen que aprender cómo hacer una forma más sofisticada de guerra política en este nuevo terreno, analizando los mensajes de la guerrilla, contradiciendo sus argumentos, rompiendo su simpatía. Esa guerra es una manera de manipular percepciones que comienza a penetrar formas tradicionales de pensar”, indicó.
Debido a que las guerrillas se han desarrollado en lugares específicos no hay una estrategia única para combatirlas, explicó Jenkins.
“Hay principios estratégicos que deben ser aplicados con base a la situación local: el aspecto humano, la geografía, la estructura social, las condiciones económicas, la relevancia política histórica, sus demandas principales, todo esto puede definir la estrategia”, comentó.
Como regla general, refirió, nunca se debe excluir alguna forma de diálogo con las guerrillas lo cual no es lo mismo que las negociaciones.
“A muchas personas les gustaría pensar que las negociaciones son una alternativa de la guerra, eso no es verdad. Las negociaciones son una extensión de la guerra. Las guerrillas entienden esto y pueden hablar y pelear al mismo tiempo”, mencionó.
En contraparte, dijo, los gobiernos ven a las negociaciones como una manera de obtener paz, y generalmente van sin preparación a la mesa de negociaciones.
En este contexto, agregó, la principal tarea del Gobierno es proporcionar protección a la población, lo cual implica evitar acciones con mano dura que hagan al propio Gobierno una fuente de inseguridad.
“La guerra de las guerrillas es una contienda política, económica y armada, todo al mismo tiempo. Las guerrillas tratan de ganar la lealtad de la gente mientras imponen una pesada carga económica al Gobierno destruyendo la economía local y forzando al Gobierno a gastar fuertes sumas de dinero en defensa local”, detalló.
Las guerrillas, expresó, tratan de demostrar que el Gobierno no puede proporcionar seguridad, que sus Fuerzas son vulnerables y donde la autoridad es débil o corrupta las guerrillas aplican su propia justicia.
Jenkins dijo que los poderes militares tienen un papel limitado en el combate a las guerrillas además de que son menos efectivos que la política y para defenderse de la guerrilla se requiere construir instituciones efectivas así como respetadas, lo cual es difícil en cualquier lugar especialmente a la mitad de una pelea.
“Toda nación democrática que enfrenta una seria amenaza terrorista o de guerrilla está obligada a cambiar las reglas para facilitar la recolección de información de Inteligencia, ampliar la vigilancia policiaca, dar poder a las cortes a pesar de las amenazas. De esta manera se debaten nuevas reglas, se modifican cuando es necesario, se aplican sin negligencia, se defienden a la gente de los terroristas y se mantiene la democracia”, detalló.
Lo importante, destacó Jenkins, es que las cosas se hagan conforme a la Ley, ya que resulta más peligroso para la democracia el dar poderes extraordinarios a la autoridad, suspender las libertades civiles como declarar toques de queda, tener medidas extrajudiciales, operaciones secretas fuera de la Ley y que representan una tentación donde las estructuras sociales son débiles, pero conducen a la tiranía.
Además de la guerrilla, Jenkins abordó las amenazas de Al Qaeda en contra de los países proveedores de petróleo a Estados Unidos, entre ellos México y afirmó que los líderes de la organización terrorista hablan sobre cada conflicto, exhortando a sus seguidores a atacar donde puedan y hacen amenazas en todas direcciones para que cuando ocurra un ataque ellos se lo acrediten aun cuando no tenga conexión operativa.
“Así Al Qaeda crea la ilusión de poder. Actualmente es una organización descentralizada, las operaciones terroristas dependen de la iniciativa local y sus capacidades operacionales, no de la dirección central”, explicó.
La guerra santa que ha desarrollado en los medios Al Qaeda se ha convertido en una parte estratégica para integrar su ejército de creyentes, sus comunicaciones se han incrementado aún cuando sus operaciones fuera de Afganistán e Irak declinaron, comentó Jenkins.
En la estrategia contra el terrorismo, opinó, Estados Unidos ha fallado en impedir el reclutamiento, la ideologización y la radicalización que hace Al Qaeda sobre jóvenes para que se conviertan en terroristas operativos.
Los mensajes recientes de Al Qaeda, destacó, muestran a un Osama bin Laden con la barba obscura lo cual es parte de la cultura árabe entre los hombres de 70 años, y “lo que los líderes de Al Qaeda nos dicen es que si bien se ha degradado su capacidad operacional, no se ha afectado su determinación, la lucha continuará”.