El ex vicepresidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Al Gore, visitó México, a invitación de Marcelo Ebrard, del Distrito Federal, al que se le sumaron empresarios nacionales y una cita para entrevistarse con el presidente Calderón. El día 31 de julio estuvo en Saltillo, Coahuila, una vez que el gobernador del Estado cumplió con los requisitos solicitados, entre ellos, poner a su disposición un coche movido con energía híbrida.
Su conferencia: “La Verdad Incómoda”, denuncia el daño que le hemos estado haciendo al planeta y ofrece alternativas sencillas que ayudarían a disminuir los niveles de contaminación.
Gore, se suma a la llamada de atención que hicieran en el pasado mes de junio, los líderes del G8, cuando alcanzaron un acuerdo para frenar el cambio climático que contempla el compromiso internacional, bajo el amparo de las Naciones Unidas, de reducir de aquí al año 2050, la mitad la emisión de gases de efecto invernadero.
Dicen que “es de sabios cambiar de opinión”, caso de Gore, quien apoyo a Bill Clinton en el ejercicio del “Derecho de Veto” para el “Protocolo de Kyoto”, aceptado desde 1997, en el que 180 naciones del mundo reconocen el impacto negativo provocado en la ecología por la emisión de gases tóxicos. La distinción de la que goza Estados Unidos de Norteamérica, como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, le permite bloquear resoluciones que han sido tomadas por la mayoría de los países en sesiones generales; así sucedió con las históricas 242 y 342, referentes al problema de Oriente Medio, donde se ordenaba a Israel regresar territorios palestinos.
Curiosamente, Bill Clinton y Gore, se refirieron elogiosamente al citado “Tratado de Kyoto” y en su momento, el entonces presidente lo firmó, aunque nunca lo presentó ante el Senado de los EUA, haciéndolo así improcedente, dando oportunidad a que George W. Bush, en marzo de 2001, anunciara que Estados Unidos no lo ratificaría, cambiando finalmente de opinión y signándolo el 23 de junio de ese año. Con anterioridad, en la Cumbre de la Haya de 2000, el mismo Clinton, hizo propuestas de modificación; entre ellas el concepto “sumidero”, que se refería al derecho de contaminar más, en medida del terreno boscoso que se poseyera.
Roberto Montoya, periodista argentino, radicado en Europa, con antecedentes de colaboración en los más prestigiados medios de comunicación de aquel continente, hizo la denuncia en el año 2003: “Estados Unidos de Norteamérica, un país con el 4% de la población mundial es el responsable del 36.1% de las emisiones contaminantes”. Consideró que para 2010, incrementarían la contaminación en 30% y algunos expertos llegaron a calcularla en 36%, lo que les confirmaría como la nación más contaminante del mundo. Debo escribir sobre el Informe Sobre Desarrollo Humano 2005, que informa: EUA ha abatido las cifras pronosticadas, llegando al 24.4% del total mundial de contaminación por CO2.
Curiosamente, existen dos distintas corrientes al interior del país: algunos proponen se cumpla con el objetivo propuesto en dicho tratado, siendo ellos, generalmente, representantes de Estados no contaminantes; otros desean se demore el cumplimiento del acuerdo, políticos de entidades industrializadas, por afectar la economía de sus entidades; dice Montoya: “muchos industriales insisten en que se llegue al acuerdo, lo que les permitiría ampliar el negocio de venta de equipos no contaminantes”.
Es interesante la cifra de 26%, que representa el total de contaminación provocada por la Comunidad Europea, cifra apenas mayor a la producida por los EUA., siendo China el segundo país más contaminante, con 12.1%.
Otro tema de controversia fue la Convención de Basilea, de 1989, cuando se establecieron reglas para controlar la producción, procesamiento y distribución de residuos peligrosos, proponiendo castigos al tráfico ilícito. Igualmente, Estados Unidos se negó a firmar a pesar de ser uno de los principales productores de basura computacional, que representó en 2003, alrededor de 30 millones de computadoras desechadas.
La Cruz Roja Internacional y la Media Luna Roja, atribuyen el incremento de los huracanes y tifones al “efecto invernadero”; en la Conferencia de la Unión Geofísica Americana, declararon que “el mundo sólo tiene una década para frenar el calentamiento global” y James Hanson, uno de los oradores participantes advirtió: “Sólo un grado más de calentamiento sobre los actuales niveles podría llevar al planeta a experimentar cambios climáticos no vistos en al menos medio millón de años.”; Tony Blair, ex ministro de Gran Bretaña, también denunció el grave peligro que representa la contaminación mundial.
Bien por Al Gore, que sabe reconocer errores y enfrenta la realidad de la contaminación con difusión e información, concientizándonos sobre el problema; ojalá sea ejemplo para muchos más, que están en condiciones de influir y de nosotros mismos, que con acciones simples también podremos colaborar haciendo nuestra parte. ¿Se suma al esfuerzo?
ydarwich@ual.mx