Si la forma en que inicia el año es anticipo de cómo pinta, el principio de éste nos trajo una probadita de cómo será la coordinación entre el Gobierno del Estado y el Municipio en 2007: igual que en 2006. Apenas empezó el año, las huestes del alcalde José Ángel Pérez desenvainaron la espada y se lanzaron a hacerle ?correcciones? al proyecto ejecutivo contratado por el Estado para el puente Carretera San Pedro-La Unión, afirmando que el documento no incluía vías alternas, señalización y ancho de carriles. Obvio, las huestes del gober Humberto Moreira salieron más rápido que inmediatamente a desmentir, como se ha vuelto costumbre, al director de Desarrollo Urbano, Alberto Hermosillo. Según el Gobierno del Estado, los señalamientos hechos por el Municipio no fueron solicitados a la empresa proyectista, así que prácticamente le sugirieron a don Alberto leer bien las cosas antes de quejarse. En todo caso, el secretario de Obras Públicas, Eduardo Olmos, dejó de tener vela en el entierro pues el puente será ejecutado por el Municipio. Mientras tanto, el que sufre como siempre es el ciudadano, pues la tardanza en el inicio de la obra hace más evidentes los parches en la carretera a San Pedro, como esos retornos peligrosos y los bordos absurdos en una vía cada vez más transitada y descuidada.
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En Gómez Palacio estuvo bueno el escupitajo para arriba que se aventó el regidor panista Rafael Ramos al admitir que recibió quince mil pesillos (bueno, en realidad eran 14,800) de parte de la empresa Proterra para favorecerla en la asignación del contrato de limpieza. El regidor quiso embarrar a sus correligionarios al acusarlos de que también recibieron dinero y terminó por echarse solito de cabeza. Nuestros subagentes nos dicen que es parte de las grillas internas que se traen en la conformación de la planilla blanquiazul a la alcaldía gomezpalatina, porque don Rafael no recibió la segunda regiduría para uno de sus allegados. Pero en el fondo, la admisión de Ramos sugiere la existencia de una cloaca en la asignación del contrato de limpieza, un proceso rodeado de polémica desde el principio. Y ya que hablamos de la grilla en Gómez, nuestros subagentes disfrazados de pájaros en el alambre nos informan que el candidato del PRI a alcalde, Ricardo Rebollo, anda pidiendo una cita con el alcalde de Torreón, José Ángel Pérez, para solicitarle por favorcito que no vaya a meter las manos a favor del PAN en la próxima elección. Desde aquí le decimos a don Ricardo que don José Ángel trae la mira puesta en otros lares, como Monclava y Piedras Negras y que no tiene nada de qué preocuparse mientras al alcalde no se le ocurra lanzarse para gobernador de Durango.
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Con una rapidez inusitada, trabajadores de Obras Públicas de Torreón se pusieron a reparar el jueves el semáforo en el crucero de avenida Juárez y calzada Antonio de Juambelz, descompuesto desde hacía 12 días. Decimos que con rapidez porque las cuadrillas llegaron el día en que aquí se publicó el absurdo de que el Municipio estaba esperando a que el responsable de descomponer el semáforo en un choque les pagara los daños (ignorando aquella célebre máxima mexicana del ?mañana te pago?). La verdad, esperamos que no haya sido la publicación de la nota lo que motivó a los trabajadores municipales porque eso significa que las autoridades de la ciudad son como los perros y que nomás entienden a periodicazos.
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Ahora que se calienta la elección para presidente nacional del PRI, entre Beatriz Paredes y Enrique Jackson, los gobernadores ya empiezan a tomar partido. Nuestros subagentes disfrazados de fuerzas vivas en la sede nacional del otrora invencible nos informan que el gober Moreira ya se apuntó con doña Beatriz, pero que el gober de Durango, Ismael Hernández Deras, todavía anda deshojando la margarita, a ver quién le habla más bonito para saber de qué lado cabecear. Por cierto, el que va a andar operando a favor de Paredes allá en Chihuahua es el ex alcalde y ex líder del Congreso local, Heriberto Ramos Salas, que ya fue delegado en aquel estado en la elección para gobernador hace dos años. A ver si con esto lo sacan de la congeladora.
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El que ya empezó a despachar como director de Políticas Públicas de la PGR es Óscar Pimentel, que nada más aguantó un año decorando la secretaría de Gobierno de Coahuila, mientras el que movía los hilos era el ?hermano cómodo? Rubén Moreira. Todavía no se anuncia el reemplazo de don Óscar, aunque se dice que ya está amarrado Homero Ramos Gloria, presidente del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana. Obviamente, el requisito principal para ser nombrado es que don Homero acepte sin chistar la autoridad de don Rubén, por lo que muchos se preguntan por qué el gober Moreira mejor no nombra ya a su hermano como secretario de Gobierno y le pone fin a la faramalla.
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