Ya empezaron los operativos del Ejército y la Policía Federal Preventiva para ahorcar el narcotráfico y el crimen organizado en la Comarca Lagunera, con la instalación de retenes en carreteras y cruces a Gómez Palacio. Todavía no somos Michoacán, Guerrero o Tijuana, pero ojalá no estemos en camino de unirnos a tan distinguida lista.
Hasta ahora, los operativos han logrado sacar de las calles a elementos criminales de alta peligrosidad como cinco ?grifos? que traían unos ?churros? de marihuana y un temible cazador de chanates al que le aseguraron un rifle de postas. Pero el operativo confirma que las policías locales están impotentes ante el problema del narcomenudeo, aunque es correcto su objetivo de prevenir que los narcos de otras entidades se desplacen a estos lares. Los retenes fueron quitados tras un día para ?evaluar? resultados y volverán a aparecer, pero sin previo aviso para no ?avisar? a los narcos. Lo que las autoridades, tanto federales como estatales y municipales, deben cuidar es que los elementos militares y policiacos no caigan en abusos hacia la población, que en su abrumadora mayoría no ha cometido ningún delito y, sobre todo, que no atenten contra libertades como la de tránsito. No hay que olvidar que los narcos profesionales son muy adaptables y más largos que la Cuaresma por lo que ya tienen bien medido el impacto de estos operativos para cambiar sus estrategias.
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Por cierto, el tema de la seguridad fue ampliamente discutido en una comida organizada por el empresario y consejero de la PGR, Carlos Delgado, que había planeado una reunión pequeña con amigos, pero a la que terminó colándose la plana mayor de la seguridad regional. Por ahí andaba el alcalde José Ángel Pérez y su jefe de Policía, Alfredo Castellanos, el secretario de Seguridad Pública de Coahuila, Fausto Destenave, la delegada de la PGR, Aurora de la Mora y el jefe de la XI Región Militar, el General Jorge Juárez Loera, quien animó a los civiles ahí presentes a afinar sus planes de coordinación para que el crimen organizado no se aproveche de la frontera entre Coahuila y Durango. Habrá que hacerle caso.
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Hablando de coordinación, sería bueno que las autoridades de San Pedro se pusieran de acuerdo con el gober Humberto Moreira. Resulta que el jefe de la Policía de aquel Municipio, en donde se planea instalar un retén en la carretera a Cuatrociénegas, no tenía la menor idea del proyecto y, al contrario, presumió que San Pedro es un lugar seguro en donde no existe el narcotráfico. Al mismo tiempo, el gober declaraba que San Pedro es el Municipio ?con el mayor conflicto? de Coahuila, un ?foco rojo? en distribución de droga. No cabe duda que con este excelente nivel de coordinación, el operativo de ?blindaje? será todo un éxito.
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Algo raro está pasando en el Departamento de Inspección y Verificación de Torreón, que comanda Heriberto Martínez. Ocurre que los inspectores de Alcoholes andan un poquito selectivos a la hora de repartir las multas a establecimientos que quedan abiertos fuera de horas de venta. Hay algunos a los que a las dos de la mañana les caen con el ?hacha?, mientras que otros siguen abiertos y vendiendo vino hasta las cuatro y como si nada. Al parecer, don Heriberto no ha escuchado aquello de que: ?o todos coludos o todos rabones? y debería cuidarse de cualquier ?arreglito? que tengan sus gentes con los dueños de los antros. ¿Tendrán?
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El gober Humberto Moreira durante su primera gira del año por la Comarca Lagunera, vino a Torreón a inaugurar la clínica oftalmológica con el equipo que le donó su cuate Fidel Castro. El gober cargó hasta con el embajador cubano, a quien se le vio muy contento bajo un gran cartel con las fotos del Comandante Fidel y el camarada don Humberto, quien no cabía de contento. Nuestros subagentes disfrazados de militantes del Partido Comunista, nos informan que el gober quiere planear otro viaje a la isla, no vaya a ser que a don Fidel se le ocurra ?izar las velas? y ya no tenga oportunidad de bajarle algo más para traerse a Coahuila.
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Si alguien ve a los diputados del Congreso de Coahuila sería bueno llevarles unos folletos de ?weight watchers? o alguna otra dieta. Seguro la van a necesitar ahora que nuestros subagentes disfrazados de meseros revelaron que los legisladores se gastaron novecientos mil pesillos en alimentos durante 2006 y que cuarenta por ciento de ellos (trescientos sesenta mil pesos) fueron en postres, café, dulces y pan. No cabe duda que la vida de legislador es una chulada, mientras el pueblo lo pague, pero los diputados deberán de tener cuidado, porque si siguen comiendo así, no van a caber en sus curules.
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En Gómez Palacio, nuestros subagentes disfrazados de judiciales nos comentan que en el mundo policiaco circula la versión de que hay una clave para el esclarecimiento de la ejecución múltiple ocurrida el 14 de enero en la que fueron acribillados el dirigente de taxistas Jaime Meraz, su esposa María de Jesús Medina, su hijo Jaime y el taxista Jorge Alberto Vázquez. La clave consiste en Carlos Meraz Medina, otro hijo del líder, quien estaba detenido y fue trasladado a Durango al día siguiente de ocurridos los hechos y que pidió protección ante el temor de ser ultimado. De todo esto, la Procuraduría General de la República, que atrajo el caso, guarda total hermetismo y se desconoce si actuará o el crimen quedará impune como tantos otros.
