Estuvo interesante el cónclave que sostuvieron autoridades estatales con representantes de empresas de la localidad, incluidos directivos de compañías estadounidenses. La encerrona fue el miércoles en un hotel (horas antes de que dos personas fueran ejecutadas en Lerdo, pero a eso le entramos después). En resumen, los directivos reclamaron con fuerza el clima de inseguridad de la Comarca. Dicen nuestros subagentes, que asistieron disfrazados de jarras de café, que los “güeros” eran los que traían la mayor preocupación, cargaban con la queja concreta del cateo que le recetaron al directivo de una empresa de alimentos hace unas semanas, en el que agentes federales le dejaron la casa como si le hubiera pasado un tornado, sin que el susodicho estuviera ahí y cuando regresó nomás le dieron el clásico “usted disculpe”. (Por cierto, nuestros subagentes dicen que el ejecutivo prefirió largarse de La Laguna). Total, que los empresarios querían exigir explicaciones, sobre todo a la delegada de la Procuraduría General de la República, Aurora de la Mora. El detallito fue que doña Aurora ni se apareció en la reunión. Los pobres funcionarios estatales nomás trataron de dar explicaciones, las típicas: que atenderán el problema y que el gober Humberto Moreira está muy preocupado, y que va a elevar el reclamo a las altas esferas del gobierno federal (que le hagan caso es otra cosa). Definitivamente, esta es una estrategia impecable para atraer inversiones a la región.
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Y es que, hablando de inseguridad, la ejecución de dos personas en el límite entre Gómez Palacio y Lerdo el miércoles 14, después de dos meses de “blindaje” y operativos, resaltó de nuevo que el crimen organizado opera a sus anchas en la Comarca Lagunera, sobre todo en el lado de Durango. Una persecución a plena luz del día terminó con una balacera de cincuenta tiros de “cuerno de chivo” y R-15 y dos muertos, uno de los cuales, dicen nuestros subagentes, disfrazados de Sherlock Holmes, era de Cuernavaca, Morelos. Más rápido que inmediatamente, el suceso fue ligado a otros episodios que han puesto a la Comarca en la nota roja nacional: la ejecución de dos personas en el vado, la ejecución del líder de taxistas Jaime Meraz y su familia y el hallazgo de cuatro osamentas en Lerdo. Nuestros subagentes dicen que el automóvil “Jetta” donde iban los ejecutados, había estado en una balacera el día anterior en Lerdo; al parecer a los muertos ya los estaban buscando desde antes. Lo grotesco de este caso es que sucedió en una colonia, a la vuelta de una tienda de autoservicio, o sea que ahora hay que cuidarse de las balas cuando uno va al super por el pan y las tortillas, no vaya a ser la de malas. Mientras tanto, los operativos de “blindaje” siguen atrapando a elementos criminales de alta peligrosidad, como conductores ebrios o drogadictos. La frustración ya comienza a manifestarse entre quienes cuestionan de qué ha servido tanto operativo y tanta palabrería si las balaceras pueden armarse en cualquier momento. El problema para el gober Ismael Hernández Deras crece cada día, sin que en Durango se aprecie una estrategia. También para los alcaldes de Gómez Palacio, Octaviano Rendón, y de Lerdo, Antonio Olivas, que nomás llegó a recoger el tiradero que le dejó Rosario Castro quien está muy a gusto gozando de la nómina en su nueva chamba en la capirucha del esmog.
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Hace once meses, el alcalde José Ángel Pérez declaró que iban a atender el problema de asentamientos irregulares en la colonia Zaragoza Sur, después de que un incendio provocado por un “diablito” de la luz acabó con ciento veinte casas y desplazó a trescientas cincuenta familias. Dijo que pedirían al gobierno del Estado ayuda para resolver el problema de posesión ilegal de los terrenos. Lo más importante, dijo el 17 de abril de 2006, es que la desgracia no vuelva a repetirse. Pues bien, el miércoles 14 en la noche se repitió y se quemaron veintisiete jacales. Ahora las autoridades municipales reaccionaron tal como lo hicieron hace un año, alertando que había una “bomba de tiempo” y que era urgente atender el problema. O sea, como si nada hubiera pasado. El año pasado, el Municipio puso el albergue para atender a los damnificados y luego se fueron, mientras los habitantes de la colonia comenzaron a reconstruir sus jacales. El “gobierno de la gente” mandó brigadas de ayuda, pero luego se desentendió. Dicen que hubo una investigación de la Procuraduría de Justicia, pero nadie la ha visto. Nuestros subagentes del archivo buscaron lo que funcionarios declararon hace un año y luego hace unos días y encontraron indicios de un severo caso de amnesia en la administración de don José Ángel, o que de plano durmieron once meses seguidos. Va una perla: El problema, declaró en abril de 2006 Nelson Lozada, jefe de Protección Civil, es la gran cantidad de “colgados” de los cables de electricidad. El riesgo, declaró en marzo de 2007 el mismo Nelson Lozada, todavía jefazo de Protección Civil, es que la gente “siga colgada” de los cables de electricidad. Y en los once meses entre una y otra declaración, al parecer nadie se preocupó, a pesar de varios reportes señalando la situación irregular en la colonia. ¿Qué necesitarán para refrescarse la memoria?
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Quizá es una estrategia para ahorrar dinero en promoción y por eso el gober Humberto Moreira y el alcalde José Ángel Pérez salen juntos en los espectaculares promoviendo la obra (que no ha empezado) del Nudo Mixteco. No conformes con ponerse cada quien por su lado, ahora nos recetan unos espectaculares grandotes con las fotos de los dos. Se fueron a ponerlos hasta la entrada del Periférico, allá por el DVR, que no está ni cerquita de la obra en cuestión. También pusieron un sartal de pendones, sin las fotos, pero con los logos de los dos gobiernos. Quizá por eso don José Ángel dice que no trae ninguna competencia con don Humberto. ¿Será?
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Es de notar el nombramiento de Gerardo Berlanga Gotés como subsecretario de Obras Públicas del Estado en La Laguna. Berlanga, recordarán ustedes, fue director de esa área en la administración municipal de Guillermo Anaya y fue prácticamente el único funcionario que nunca se tragó el cuento de que el DVR estaba bien hecho. Nuestros subagentes, que en aquel entonces merodeaban la Presidencia Municipal, recuerdan que Berlanga quedó raspado con don Memo porque el entonces alcalde no quería entrarle de frente a una bronca con Enrique Martínez. A ver si desde este nuevo puesto don Gerardo le da para adelante al espinoso tema del DVR antes de que celebremos el bicentenario de Torreón.
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