La huelga que desde la semana pasada se veía venir en el Simas de Torreón finalmente estalló el pasado lunes cuando la gerencia del sistema de agua y el sindicato no pudieron llegar a un arreglo sobre el aumento salarial.
Como era de esperarse, el alcalde José Ángel Pérez estuvo al pie del cañón, encabezando personalmente la negociación con el sindicato, pendiente de cada detalle, dedicando todo el peso de su cargo a asegurar que no haya problemas en la empresa, sobre todo en esta época de calor en que los problemas de abasto de agua impactan más. Pero no, no fue así, pues esto sólo sucedería en el “País de las Maravillas”, donde las cosas pasan al revés.
En este mundo “de lágrimas que abate”, como diría el poeta, y en el que vivimos los torreonenses, don José Ángel prefirió irse de fin de semana a San Antonio y el sábado se instaló en una butaca del “Alamodome” para ver la pelea de Cristian Mijares (estuvo junto al alcalde de Gómez Palacio, Octaviano Rendón, como si Gómez anduviera tan bien, pero ésa es otra historia). Nuestros subagentes, envueltos en banderas rojinegras, nos informan que don José Ángel no se involucró en la negociación, sino que nada más estuvo girándole instrucciones al gerente del Simas, Alberto Díaz de León, sobre el tope que el Municipio estaría dispuesto a dar de aumento salarial, un cinco por ciento, cuando el sindicato pedía seis y medio. Total que no hubo arreglo y Simas dice que la huelga no afectará los trabajos de mantenimiento porque se quedó una cuadrilla con cuarenta y ocho trabajadores para lo que se ofrezca. Pero si con más de trescientos no se dan abasto para que el sistema funcione bien, mejor nos ponemos a rezar.
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Por cierto, las malas lenguas, de ésas que abundan, ya andan diciendo que la mano del gober Humberto Moreira se ve detrás del sindicato de Simas, que está afiliado a la CTM, el pilar (bastante desgastado) obrero del PRI. Dicen por ahí que el gober le quiere meter un calambre a don José Ángel para que se sepa de qué cuero salen más correas. Los dirigentes del sindicato fueron la semana pasada con funcionarios del Gobierno del Estado, según esto para que intervinieran, pero las huestes de don Humberto amablemente les echaron un rollo que en pocas palabras se reducía a decirles que no era su bronca y que allá ellos. Pero esta película ya la hemos visto varias veces y siempre resulta que es nomás el pretexto para hacer como que se trató de arreglar la cosa, cuando en realidad los andaban “cilindreando”. Lo mismo pasó con la bronca del Autotransporte hace unos meses. Ésta era una razón de más para que don José Ángel se aplicara de tiempo completo al problema, pero el box es más entretenido. A ver si cuando tenga que “boxear” con Guillermo Anaya por la candidatura al Gobierno de Coahuila, le aprendió algún buen golpe a Cristian, porque le va a hacer falta.
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Hablando del gober Moreira, el lunes se fue a darle una vuelta al alto mando allá por la capirucha del esmog. Ahora que los militares parecen ser la salvación del país, el gober fue invitado a dar una plática al Colegio de la Defensa Nacional donde funcionarios civiles y oficiales militares se educan (es un decir) en cuestiones de seguridad nacional, que ahorita francamente anda muy mal. Dicen nuestros subagentes disfrazados de sargentos, que el gober fue a disertar sobre el programa “Cero Marginación”, la economía coahuilense y esas cuestiones. Ojalá no les haya ido a contar de su pasado de revolucionario marxista-leninista del que presumió hace unos días en una gira, porque los de verde olivo le hubieran echado el guante ahí mismo y no volveríamos a saber de él. Por cierto, don Humberto ya prepara maletas para irse a visitar a otro de verde olivo, el comandante Fidel, para arrancar la semana cultural de Coahuila en Cuba. Quién sabe si Fidel vaya a estar en condiciones de recibirlo, pues ya sabemos que no goza de muy buena salud y las visitas están restringidas a verdaderos anarquistas como Hugo Chávez. Por cierto, uno de los temas del evento cultural sería cómico si no fuera trágico. Dicen que un objetivo es promover los atractivos turísticos de Coahuila. Y esto está muy bien, pero el único detalle es que los pobres cubanos la tienen un poquito difícil para salir de su país a hacer turismo. ¿Ya lo sabrá don Humberto?
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De regreso a Torreón, los trabajos de la ampliación en el bulevar Juan Pablo II allá por el rumbo del aeropuerto van muy avanzados, pero otra vez se les olvidó alumbrar la obra en la noche para que se vean las zanjas sobre la calzada Ávila Camacho. La empresa constructora “Jibe”, atendió el llamado de las autoridades y colocó señalamientos, el problema es que no se ven, porque el alumbrado público no funciona. Al parecer, no aprenden, porque lo mismo les pasó desde que empezaran las obras. La constructora trató de medio arreglar el problema con luminarias, pero el alumbrado por toda la calzada no brilla, por su ausencia. Esto demuestra de nuevo que el jefazo de Servicios Públicos, Carlos Gregorio Martínez, no sale de su casa después de que se pone el sol. Nuestros subagentes se preguntan por qué si la constructora cumplió con poner señalamientos ante la amenaza de ser multados, el Ayuntamiento no cumple con el alumbrado público. Está fácil la respuesta: al Municipio no hay quién lo multe.
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Allá en Gómez Palacio, el boxeador Cristian Mijares se lleva una felicitación calurosa de este su 007, no nada más por haber retenido su campeonato mundial de boxeo, sino por haber mostrado un talante democrático, plural e incluyente en los calzoncillos que se puso para la pelea del sábado. Llevaba por igual al candidato del PRI a la alcaldía de Gómez Palacio, Ricardo Rebollo, que al Ayuntamiento panista de Torreón. Claro que con lo que cuesta (¿a quién le costará?) poner la publicidad en la cintura y las piernas de tan ilustre deportista, la democracia y la pluralidad se dan sin problemas. Cuentan por ahí que a alguien se le ocurrió que Cristian se pusiera un sello con la “O” naranja en un guante y la cara de José Ángel Pérez en el otro, para que el “Travieso” Arce saliera con la cara tatuada de propaganda, pero eso ya hubiera sido un exceso.
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Políticos de diversos calibres se dieron cita en la boda de los hijos de conocidos empresarios de la localidad. Desde el panista Juan Antonio García Villa hasta el diputado priista Javier Guerrero y el ex gobernador de Coahuila Rogelio Montemayor, que anduvo bailando hasta las seis de la mañana del domingo. Qué bueno que don Roge ya puede soltar el cuerpo a gusto después de años de batallas legales. Por lo menos ahora, el ex gober andaba bailando y no (como le pasó el sexenio pasado) se lo andaban bailando.
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