Nuestros subagentes, que dobletean de terapeutas familiares, dicen que cualquiera que le diga “compañero” a su hermano es paciente de especial cuidado y tienden a sufrir de una rara enfermedad que se llama “disonancia ideológica”. No queremos pensar que el gober Humberto Moreira padece de semejante cosa, pero la forma tan cariñosa en que se refirió a su hermano Rubén el otro día da pie a pensar que en la familia Moreira las cosas no son como en otros hogares.
El gober, que por lo que se ve quiere mucho a su hermano, ya le dio luz verde para que busque la dirigencia estatal del PRI, refiriéndose a él como “el compañero Rubén”. Don Humberto quiere jugar a que todos nos hacemos patos para creer que en el tricolor las cosas son bien democráticas y que el compañero Rubén sólo llegará a dirigir el ex partidazo si cuenta con el apoyo de la base. Pero seguramente no olvida que hay formas de hacer que la base se ponga necia. Y ya se está poniendo necia, como lo mostraron los consejeros estatales en su reunión del jueves y como en los buenos viejos tiempos todos se deshicieron en porras para el compañero Rubén y resolvieron que ellos decidirán la nueva dirigencia, lo cual ya es mero trámite. Como se sabe, el compañero Rubén pasaría a relevar al camarada Samuel Rodríguez, quien perdió siete de nueve elecciones en el proceso de 2006 y que deja al ex partidazo en un estado más lamentable que las obras viales de Torreón. Restaurar el tricolor y amarrar el moreirismo para las elecciones de 2008 y 2009 es la lógica de la llegada del hermano cómodo a la dirigencia del PRI. Y es que el gober dice que el hermano-compañero ha hecho muy buena labor en la vicegubernatura (perdón, subsecretaría de Asuntos Políticos) y pues eso ha de contar para algo. El compañero Humberto luego añadió que “me dolería mucho su partida”. Como diría el gran Pompín Iglesias, “qué bonita familia”.
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Ahora que se ha comentado que el alcalde José Ángel Pérez, prefirió salir de viaje a ver el box antes que quedarse en Torreón a ver si arreglaba la huelga de Simas. Pues aprovechando que ese viaje fue comentado en este espacio, algunos quisieron aprovecharse de la buena fe de su 007. Resulta que gente allegada al senador Guillermo Anaya contactó a uno de nuestros subagentes para decirle que el jueves pasado, mientras la huelga en Simas seguía sin resolverse, don José Ángel había viajado a Monclova para hacer el cabildeo previo a la asamblea en que se decidirá el consejo estatal del PAN y donde el alcalde le lleva buena ventaja a su antecesor don Memo. Nomás que nuestros subagentes procedieron a hacer una pequeña verificación y resultó que el alcalde no salió de la ciudad, sino que andaba atendiendo varios compromisos, entre ellos la sesión solemne de Cabildo para marcar el 50 aniversario de la Universidad Autónoma de Coahuila. Ojalá que esta balconeada les sirva a las malas lenguas para aprender a no enredarse.
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Los que el jueves se sentaron a partir el pan fueron el gober Humberto Moreira y los del Comité del Centenario de Torreón, encabezados por Ramón Iriarte. Los del comité le fueron a decir al gober que a menos de cinco meses de que Torreón cumpla 100 años nomás nadie en el Estado y el Municipio se han puesto las pilas con el dinero para las obras que según esto se iban a hacer. Dicen nuestros subagentes disfrazados de jarras de café que el gober les preguntó por los proyectos que tenían y los del comité le señalaron varios, en concreto el Museo del Algodón y el Jardín Botánico. Faltaba más, dicen que dijo el gober, la semana que entra tienen el dinero. Además les dijo que las obras se las podían aventar sin esperar la luz verde del Municipio. A reserva de creerle a don Humberto, pues ya sabemos la facilidad que tiene para prometer, lo cierto es que ayer los miembros del comité fueron con el alcalde José Ángel Pérez, quien al parecer no quedó muy contento. Y es que varios de los proyectos que el comité quiere impulsar son los que el alcalde quería meter por la vía del Impuesto Sobre Nóminas. Así que regidores panistas se encargaron de llamar una sesión extraordinaria de Cabildo donde se esperaba que le dieran con todo al vicegobernador Eduardo Olmos por andarles creando broncas en sus terrenos y poner a los del Centenario contra el Municipio. La verdad es que si el Estado y el Ayuntamiento fueran eficientes y realmente avanzaran con las obras, este episodio no pasaría de ser de risa. Pero el problema es que si siguen con esas “grillas”, las obras van a empezar a hacerse cuando Torreón cumpla 200 años.
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Y hablando de los frentes que se le abren al sufrido don José Ángel, mención aparte merece el caso de los vecinos de El Tajito que hace un mes, cuando se definían las rutas alternas al Nudo Mixteco, hicieron una manifestación para exigir que se cerrara un retorno sobre el bulevar El Tajito entre el Constitución y el puente Periférico-La Unión. Encantados de la vida, trabajadores del Municipio taparon el retorno con bloques de concreto, pues a final de cuentas esto convenía a mejorar el flujo de esa vialidad que se ha vuelto clave en el desfogue del tráfico en esa zona. Pero resulta que el miércoles pasado los mismos vecinos volvieron a salir a la calle para exigir ¡que reabrieran el camellón! En lo que seguramente es la primera vez en la historia moderna en que alguien hace un plantón porque “dice mi mamá que siempre no”, unos 30 manifestantes se apostaron en el bulevar para exigir el retiro de los bloques. Total que llegó la fuerza pública dispuesta a desalojar por la ídem a los manifestantes, pero la cosa no pasó a mayores porque de Atención Ciudadana le mandaron decir al jefazo Alfredo Castellanos que no había bronca, que se reabriría el retorno. Con esa firmeza en la toma de decisiones, no cabe duda que vamos por buen camino. Y en el departamento donde se les pasa un poquito la firmeza es en el de Tránsito, pues continúan las quejas sobre agentes prepotentes que andan parando automovilistas por sus pistolas y luego con lujo de amenazas les endilgan una multa. O sea que el mundo está al revés.
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Los que ayer se dieron su primer llegue, fuera del combate callejero que se traen con sus espectaculares, fueron los aspirinos a la alcaldía de Gómez Palacio, el priista Ricardo Rebollo, el panista Augusto Ávalos y el perredista Miguel Ángel Orozco, que llamó más la atención por su “look” rockero que era una combinación de Alex Lora y Rigo Tovar. Su presencia era casi de trámite y de hecho, don Augusto y don Ricardo se intercambiaban papelitos cada vez que hablaba el perredista y se reían cuando los leían. Pero lo interesante, reportan nuestros subagentes que tuvieron dificultad para no quedarse dormidos, fue que los organizadores de la Universidad La Salle tuvieron que cancelar la ronda de preguntas y respuestas pues operadores de los candidatos andaban filtrando preguntas “a modo” de los suspirantes. El debate en sí no pasó de los lugares comunes y en algunos casos mostró resistencia de los candidatos para entrarle a asuntos incómodos, como cuando hablaban de seguridad y apenas si mencionaron el tema de las ejecuciones y el narcotráfico en Gómez Palacio. Nuestros subagentes reportan que Rebollo apareció mejor preparado para el foro, llevaba propuestas y siempre habló de pie, mientras que sus oponentes nunca abandonaron la cómoda silla. Ávalos pecó de cauto y para ser candidato de oposición, le faltó agresividad y severidad en la crítica a gobiernos priistas. Al final, el debate se suspendió abruptamente y, obvio, priistas y panistas se acusaron mutuamente de arreglarse las preguntas. Como siempre, el perjudicado resultó el elector, pues los alumnos de la universidad ni oportunidad tuvieron de expresar sus inquietudes. Ya se sabe que para los políticos, eso es lo de menos.
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