Nuestros subagentes disfrazados de excavadores en el Nudo Mixteco nos informan de un sospechoso descenso en el ritmo de trabajo en la megaobra. Según cuentan, el Gobierno del Estado no le ha pagado ciertas cosas a la constructora. Dicen en la Secretaría de la Función Pública que no hay bronca, pero lo cierto es que la obra va medio lenta. Resulta que la constructora había obtenido el concurso para hacer los puentes, pero como se cambió el proyecto a túneles, pues ya es otra obra y hay que hacer los ajustes burocráticos necesarios. Súmele este asunto a la cadena de problemas que ha traído esa obra, porque éstos no parecen acabar. Luego resulta que tres meses después de iniciada, es fecha que el Municipio no conoce el proyecto ejecutivo, después de pedirlo de manera verbal, por escrito, por correo, por e-mail y por paloma mensajera. Para más señas de cómo está la comunicación entre el Municipio y la vicegubernatura (o Secretaría de Desarrollo Regional) basta decir que nuestros subagentes vieron el proyecto antes que las huestes del alcalde José Ángel Pérez quien, sin embargo, dio su aval para el inicio de la obra. Y es que el contacto entre Estado y Municipio anda en un nivel tan bajo, que allá en la Presidencia Municipal andan desesperados con el vicegobernador, Eduardo Olmos, porque cada mes le solicitan conocer las obras de pavimentación que realiza el Estado, para no repetir obras, sin que hasta ahora se tenga respuesta alguna. A veces parece que Torreón ni siquiera está en Coahuila.
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Allá en la tierra del sol naciente, nuestros subagentes japoneses nos reportan que fue todo un éxito el viaje del diputado Jorge Zermeño, probablemente su última aventura de turismo legislativo. Don Jorge estuvo departiendo con legisladores y empresarios japoneses, incluyendo directivos e empresas que tienen importantes plantas del sector automotriz, allá en el rumbo de Mieleras. Empresas que, como ya se había comentado, andan medio molestas con el Municipio porque no los pelan. Quién sabe si los empresarios en cuestión compartieron este asunto con don Jorge, aunque dudamos que pueda hacer algo porque acá tampoco lo pelan a él. Pero la cuestión es que no es bueno quedar mal con las empresas que luego le pueden hacer mala publicidad a la ciudad.
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El otro que andaba de viaje es el gober Humberto Moreira que se fue un par de días a Los Ángeles a promover algunas inversiones (a ver si cae alguna para Torreón.) Al parecer, el gober quiere demostrar que hay relaciones exteriores más allá de Cuba. Don Humberto aprovechó para reunirse con el alcalde Antonio Villaraigosa, uno de los políticos hispanos más influyentes allá en el “gabacho”. Nuestros subagentes disfrazados de inmigrantes, nos comentan que don Humberto y don Antonio tienen historias similares, al venir ambos de la llamada “cultura del esfuerzo” y tener a los sindicatos de maestros entre los apoyos políticos que les permitieron avanzar en su carrera. La diferencia es que don Antonio casi hunde su carrera política por enfrentarse al poderoso sindicato de maestros de California para poder meter en cintura el complejo sistema educativo de Los Ángeles y aunque no lo logró, sí pudo al menos conseguir ciertas concesiones de la hegemonía sindical. Mientras, de este lado, don Humberto más bien se encuentra a gusto en la élite sindical que es el azote de la educación en México y no quiere tocar a sus colegas ni con el pétalo de una evaluación. Este dato viene a cuento por el asunto de las escuelas descuidadas y el caso, que habían comentado nuestros subagentes, de la escuela “Agustín Melgar” en donde el turno matutino recibe más recursos y equipo que el vespertino. El conflicto surgió a raíz de que las computadoras del turno vespertino están arrumbadas en una bodega mientras que los alumnos de la mañana gozan de un laboratorio envidiable, que no prestan. El subsecretario de Educación para La Laguna, Jesús Rentería, mandó una cartita, al igual que su hermano, Ismael, que dirige el turno matutino en esa escuela, diciendo que no es cierto y que todos reciben igual trato. Nuestros subagentes informan que las autoridades ya tomaron cartas en el asunto en la “Agustín Melgar”. No las tomaron para remediar la situación, claro que no, pues eso sucede sólo en países normales. Las tomaron para ir en contra de los maestros y padres de familia del turno vespertino que se atrevieron a denunciar la situación. Ojalá las autoridades no piensen que ésa es la ruta de la mejora educativa del país, porque nos podemos pasar unos siglos más tocando el teponaxtle y la chirimía.
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Allá en Gómez Palacio, el candidato del PAN a la alcaldía, Augusto Ávalos, estuvo bordeando los límites de la ley electoral el otro día que, según él, tuvo que ir a hacer un pago a la Tesorería, pero se apersonó en la Presidencia Municipal con su séquito y repartiendo pulseritas de propaganda. Algo hay de quijotesco en la misión de ir a meterse a un bastión priista, como lo es la Presidencia Municipal gomezpalatina en donde, por alguna extraña razón, no conocen el concepto de la alternancia. Ya quedan menos de dos semanas para la elección y los candidatos se preparan para cerrar sus campañas. Nuestros subagentes disfrazados de “O naranja” nos cuentan que el priista Ricardo Rebollo anda ya confiado en sentarse en la silla que ahora calienta Octaviano Rendón, por lo que considera la campaña como mero trámite. Por cierto, el que ya apareció fue el candidato del PAN a la alcaldía de Lerdo, Carlos Morales (al que no conocía el líder de su partido), después de haber dejado plantados a nuestros subagentes en dos ocasiones para una entrevista. Esperemos que don Carlos tenga un poco más de formalidad con los lerdenses si llega a sentarse en la silla.
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Ya se sabe que los del PRD son medio revoltosos, pero en el caso de San Pedro la rebelión se la pueden hacer al perredista. Resulta que el alcalde Arturo Babún, de las filas negroamarillas, enfrenta un pequeño problema de 12 millones de pesillos. Ésa es la cifra que, según nuestros subagentes, debe el Ayuntamiento a la Comisión Federal de Electricidad. Por ahora, don Arturo va pagando la deuda en abonos, pero sobre él cuelga la amenaza de que la CFE le puede cortar la luz cuando quiera, por lo que San Pedro quedaría sin alumbrado y, peor, sin agua. El alcalde, que carga la pesada experiencia de tener veinticinco años de edad, al parecer no aprecia el problema pues se pasa gastando dinero en repartir balones y despensas. El joven Arturo ha de pensar que gobernar San Pedro es como ser presidente de la sociedad de alumnos y mientras tanto el Municipio se hunde en la pobreza y la emigración, pues su población poco a poco se va vaciando de jóvenes que vienen a Torreón o se van a Estados Unidos.
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