Resumen de la telenovela Bodas de Odio, estelarizada por Humberto Moreira y José Ángel Pérez, que se transmite de lunes a lunes en horario continuo y en todos los canales: Humberto dijo que sólo había un culpable por lo del DVR, pero no dijo cómo iban a recuperar los doscientos millones de pesos que quedaron bailando.
Los amigos de José Ángel se reunieron para criticar a Humberto y dicen que no cumple. Jesús, el abogado de Humberto, fue a ver a José Ángel. “Eres un ignorante”, le dijo. “No es personal”, le respondió José Ángel, “es que Humberto no ha cumplido”. También salió por ahí Rodolfo, el abogado de José Ángel, que dijo que Rubén y Lalo, hermano y ahijado de Humberto, se estaban aliando con los enemigos de José Ángel y que no se valía. Sin tiempo para que nadie se serenara, José Ángel le mandó decir a Humberto que si seguía ocultando las cosas, no le iba a dar permiso de meterle mano al DVR. Humberto tronó y acusó a José Ángel de que hasta ahora se ocupa del problema, que nunca le había importado y que en cambio él, Humberto, sí se preocupaba. Su ahijado Lalo también se metió en la confrontación. “No seas irresponsable, José Ángel”, le dijo cuando regresaba de grabar un anuncio de televisión. José Ángel le respondió que no se metiera, y luego le mandó decir a Humberto que a él sí le importa el DVR desde antes, sólo que había confiado en que se iba a arreglar el problema, pero que de ahora en adelante sólo tratará con Humberto por escrito, para que papelito hable. Hasta aquí el resumen. No se pierda los próximos capítulos de esta apasionante telenovela.
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Nuestros subagentes, disfrazados de guionistas de la telenovela Bodas de Odio, nos reportan que el gober Humberto Moreira anda enojado con el alcalde José Ángel Pérez, al que acusa de ocuparse del DVR hasta ahora porque le encontró una raja política, por aquello de que el alcalde se lanzó duro contra la investigación que hizo el “Gobierno de la gente”. Se rumora por ahí que don José Ángel se reunió en Saltillo con el senador Ernesto Saro (que en los últimos días ha sido el blanco favorito del gober) para armar un frente común y cargarle al Estado el “muertito” del DVR. Ese “muertito”, sobra decirlo, ya lo carga el Estado que hasta ahora sólo ha dicho (pero sin hecho) que van a actuar contra las empresas involucradas para recuperar el dinero de la obra. El gober tiene razón en decir que él es el que más ha insistido con el tema, pues don José Ángel no había querido agarrar la “papa caliente” fuera de declaraciones de cajón. Nuestros subagentes infiltrados en las reuniones que han tenido empresarios de la zona con autoridades estatales, para evaluar el impacto al tráfico y las vías alternas, dicen que ningún funcionario del Municipio se ha parado en esos encuentros, entonces como que mucho interés que digamos, nomás no se ve. Claro que la responsabilidad está toda en el Gobierno del Estado, pues fue la instancia encargada aunque hubiera sido la administración anterior. El nuevo elemento que se introduce es que el gober Moreira anda enchilado con la amenaza de José Ángel de que no lo va a dejar tumbar el DVR hasta que no tenga más datos sobre la investigación y la reparación del daño. En efecto, es necesario más información, sobre todo del rol de las empresas, pero la apuesta de don José Ángel es elevada, pues ya hay quienes se preguntan si el gober Moreira no terminará abandonando el DVR y echándole el paquete al Municipio para que el alcalde se las arregle. Si quieren tener su bronca, adelante, al cabo que la única que pierde es la ciudad.
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Por cierto, el que no ha dicho “esta boca es mía” es el ex alcalde, senador y “primer compadre” Guillermo Anaya, bajo cuya gestión se construyó el DVR y cuyo nombre adorna la placa que anunciaba que la malograda obra iba a depositar a Torreón en el siglo 21 (para como van las cosas, deberían cambiarlo por siglo 22). Se recordará que don Memo rechazó recibir la obra de manos del ex gober Enrique Martínez, aunque sí desembolsó la lana que le correspondía al Municipio. Hasta ahora, el alcalde José Ángel Pérez se ha cuidado de lanzarse directamente contra su antecesor y contendiente para la gubernatura, pero allá en la peronera capital la impresión es que don José Ángel quiere politizar el caso precisamente para tronar a don Memo. Claro que en Saltillo la ecuación ha cambiado desde que don Memo fue visto en un hotel de la capirucha del esmog con el hermano cómodo Rubén Moreira. Dicen las malas lenguas que ambos lograron un arreglo, sobre todo en cuanto a las broncas que trae don Memo con el Congreso del Estado, que le quiere ver con lupa las cuentas y el Simas. Se dice que don Rubén consiguió el apoyo del PAN para la reforma electoral y que don Memo sacó la promesa de que no va a haber problema con las cuentas. Esto parecería un mero chisme pero hay dos hechos que parecen confirmarlo: por un lado, el PAN está totalmente a bordo de la reforma electoral y, por el otro, el propio Simas ya admitió que la auditoría que le envió el Congreso local nomás es “por encimita” y que en realidad los auditores no le están haciendo la lucha. ¿Qué les parece?
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No cabe duda que los alcaldes de Gómez Palacio y Lerdo necesitan repetir el curso de Ciencias Naturales. En Torreón está bien aprendido, dado el éxito de la campaña del Municipio para repartir árboles a cambio de material reciclable. Pero en Gómez, festejaron el Día del Árbol tirando a machetazos catorce árboles alrededor de la nueva Torre Eiffel sobre el bulevar Miguel Alemán. Hasta ahora nadie en el Ayuntamiento ha sabido explicar por qué los pobres árboles se fueron, literalmente, a la basura, pues no se pudo transplantarlos. Nuestros subagentes disfrazados de jardineros dicen que la tala fue furtiva, la noche del miércoles, y la única autoridad de Gómez Palacio que ha dado la cara es una funcionaria de Ecología que criticó severamente la tala y que, cuando los árboles amanecieron caídos, estaba dando una plática a niños sobre la importancia de cuidar los árboles. Al parecer a don Octaviano no se le da mucho la cuestión ecológica. Y en Lerdo, al alcalde interino Antonio Olivas no se le ocurrió cosa mejor para decir después de las fuertes lluvias que azotaron al municipio, que pedir que ya no lloviera en el mes y medio que queda de su Gobierno. Quizá don Antonio ignora que Tláloc no es militante panista (por el tipo más bien parecería del PRD) y por ello no le puede pedir así como así que ya no mande lluvia. Don Antonio fue explícito en aclarar que la petición era “en lo que resta de mi administración”, lo que se puede interpretar como que si llueve después de septiembre, pues que el priista Carlos Aguilera se arregle con las nubes y con los que anden nadando en las calles de la Ciudad Jardín. Pero además de actualizarse en la ciencia, al alcalde también le hace falta un cursillo de filantropía: luego de pedir que no lloviera, pasó a criticar a funcionarios de Gómez Palacio por haber violado la autonomía municipal de Lerdo cuando mandaron unos hules a los pobres habitantes de Nazareno que les había caído el diluvio el martes y no habían recibido ayuda de su propio Gobierno. Ya no sabemos si llorar o reír.
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Allá en la peronera capital los regidores le están agarrando el gusto al turismo a cuenta del erario. Ahora al menos seis ediles del PRI y el PAN (en esto no son muy distintos) se apuntaron para aventarse un viajecito a París, que a unos cursos sobre cómo gobernar municipios. El caso es que la administración de Fernando “el diablito” de las Fuentes se va a apuntar con la módica cantidad de cuarenta y siete mil pesillos por regidor de viáticos para irse a la Ciudad Luz. Todo a cuenta del pueblo, por supuesto, si no qué chiste tiene viajar; pero los regidores saltillenses ya andan desbocados, pues apenas acaban de regresar de Cuba a donde fueron, según esto, a un festival cultural. Ahora que si el curso es sobre cómo gobernar municipios, debieron haber ofrecido el viaje a sus colegas de Torreón, no sean egoístas.
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