Menos de cuarenta y ocho horas duró el renovado cariño que se encontraron los gobiernos del Estado y el Municipio y las mieles que se prodigaron el gober Humberto Moreira y el alcalde José Ángel Pérez el lunes pasado se endurecieron en dos días. Para el miércoles, don José Ángel ya había abierto fuego contra el vicegobernador (perdón, secretario de Desarrollo Regional) Eduardo Olmos, al acusarlo de que puso mal las vías alternas del DVR, que ya a estas alturas es el villano favorito de la telenovela. Don Lalo empeoró las cosas revirando con que el Municipio tomó parte en las decisiones para cerrar la parte de abajo del distribuidor. Al principio era difícil de creer, pues el principal reclamo de las huestes de don José Ángel es que nunca les avisan de las decisiones que toma la vicegubernatura. Pero las minutas de las reuniones muestran que, efectivamente, los funcionarios del Municipio estuvieron presentes e incluso propusieron las actuales rutas alternas que el alcalde ahora critica. El caso es que ya volvieron a las andadas, como se había pronosticado aquí, aunque ni las más malas lenguas previeron que la tregua se iba a desmoronar tan rápido. Claro que del lado del Estado también pusieron su granito de arena para hacer enojar al alcalde, como el hecho de que desde hace días el Municipio pidió el dictamen de la demolición del DVR y en la oficina de don Lalo los han mandado por un tubo. La cuestión no es que se dejen de señalar los errores y la falta de comunicación, sólo que los funcionarios no anden litigando la cosa en los medios, sino que se sienten a platicar. Es decir, don Lalo puede ser más efectivo si de veras atiende al Municipio y don José Ángel puede ser más efectivo si levanta el teléfono y le habla a don Lalo (o si se comunica con sus propios funcionarios) en lugar de estar soltando los golpes. Porque según esto ya se habían puesto de acuerdo en que iban a llevar la fiesta en paz y a trabajar juntos. ¿Alguien tiene una sugerencia para nuevo título de la telenovela?
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Ya parece que hay un “síndrome DVR” en las obras que se realizan en la Comarca. Lo decimos porque apenas en junio el gober Moreira se dejó venir a inaugurar con bombo y platillo el necesario puente de Matamoros sobre la carretera a Saltillo y un mes después ya tuvo que ser cerrado para que le hicieran una reparación en el pavimento. No importa de qué tamaño sea la reparación, sino que cuando uno construye un puente, se esperaría que dure mínimo unos años antes de meterle mano al mantenimiento, no treinta días. O sea que en eso de la eficiencia de las obras, las administraciones de don Humberto y don José Ángel ya se parecen en algo. También se parecen en el uso de eufemismos para justificar las metidas de pata, como aquel que sacó el subsecretario de Obras Públicas, Virgilio Verduzco, cuando dijo que el puente tenía detallitos en una “pequeñísima área”, pero que tienen que reponer todo el pavimento. Quién sabe qué entienden por “pequeñísima”. Lo curioso es que el constructor de la obra es uno de los empresarios que en las reuniones del Impuesto Sobre Nóminas propuso poblar a la ciudad de puentes, obviamente para que ellos mismos los construyeran. Y la empresa contratada para reparar el de Matamoros se llama Acolsa. ¿Les suena? Es la que hizo el DVR.
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El que andará en Torreón en su primera visita de trabajo, ya no de “sociales” (de las cuales lleva dos), es el Presidente Felipe Calderón. Viene al encuentro de la Cámara Nacional de la Vivienda que se hace por motivo del Centenario de la ciudad. Ya las malas lenguas andaban diciendo que don Felipe no tenía a qué venir porque no había nada que inaugurar. En este caso, se extrañan aquellos viejos modos de las administraciones priistas, que en cada visita presidencial mandaban pavimentar las calles y pintar los camellones para que se vieran bonitos. A ver si la visita de perdido acelera las obras que han destripado a la ciudad, pero se ve difícil. Don Felipe estará aquí el 26 de julio, seguramente con su compadre Memo Anaya, el alcalde José Ángel Pérez y el gober Humberto Moreira, pero como ese día se celebra el aniversario de la Revolución Cubana, quién sabe si podrá venir. Hasta ahora, no se sabe de un bautizo, boda, primera comunión o quinceaños de algún panista prominente al que también pueda asistir el “preciso”, por lo que parece que la visita será estrictamente de chamba.
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El que ya parece que quiere comprar casa en Torreón es el hermano cómodo y jefazo del PRI estatal, Rubén Moreira, que se la vive aquí atizando a las bases tricolores para recuperar la ciudad en las elecciones de 2008 y 2009. Don Rubén la trae contra la Administración de José Ángel Pérez con el discurso de que los servicios de la ciudad son muy caros y que aquí gobierna la ultra-derecha reaccionaria. Ahorita la trae contra el Derecho de Alumbrado Público, organizando manifestaciones en las que ya andaba embarcando al vicegobernador Eduardo Olmos. Pero nuestros subagentes disfrazados de burócratas en el “Gobierno de la Gente” nos dicen que el compañero Rubén anda medio enojado con el secretario de Finanzas, Jorge Torres, por andar promoviendo el aumento del Impuesto Sobre Nóminas. Y es que a don Rubén no le cuadra cómo si él anda criticando impuestos, en el Gobierno proponen subirlos. Por ahora la pugna es de baja intensidad, pero habrá que estar atentos a los movimientos en el Palacio Rosa de Saltillo y ver qué opina de todo esto el gober Moreira. Por cierto, los paleontólogos que descubrieron un dinosaurio en Ocampo todavía analizan los fósiles a ver si no son los del PRI.
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En Gómez Palacio, el alcalde electo Ricardo Rebollo prefirió darse (y darnos) un respiro después de las elecciones y se tomó una pequeña vacación. Pero amenaza con regresar a organizarse un tour de agradecimiento por colonias y ejidos que incluyen tres comidas multitudinarias, de unas mil personas por evento, que para darles las gracias por el voto. Las vacaciones de don Ricardo explicarían por qué no ha definido bien el equipo de trabajo que empezará a cobrar el primero de septiembre. Nuestros subagentes que deambulan en Gómez nos informan que se equivocan los que ya andan soltando nombres, pues todo sigue en el aire. También se comenta que ningún funcionario de la actual Administración debería hacerse ilusiones de quedarse agarrado al hueso. Por lo pronto, sería bueno que don Ricardo diera algo de color al menos en el campo de la seguridad, para que antes de iniciar su Gobierno haya claridad sobre esa área crítica. En Lerdo, el priista Carlos Aguilera, que todavía no da crédito a su victoria, tampoco ha dado mucho color, pero es obvio que los principales funcionarios de la actual Administración (panista) deben estar preparando sus currículums para ver qué chamba agarran ahora. Algunos se han puesto a rezar, pero probablemente no les servirá de mucho, pues ya se vio cómo la petición del alcalde Antonio Oliva de que no lloviera de aquí a septiembre no fue atendida y Tláloc le dio el avión.
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