La telenovela que protagoniza el gober Humberto Moreira y el alcalde José Ángel Pérez puede ya tomar el nombre de “El Maleficio”, por ése que le cayó a Torreón al tener autoridades que no pueden llevar la fiesta en paz, alejada de sus obsesiones electorales.
A estas alturas todavía seguimos en el debate sobre si era necesario meter a la Suprema Corte en el choque de gober y alcalde por la Secretaría de Desarrollo Regional o vicegubernatura. Pero eso es académico, pues lo peor es que el encontronazo entre Estado y Municipio por la orden de la Corte para suspender obras públicas todavía persiste. Don José Ángel quiso extender una rama de olivo al decir que no había bronca con que el Estado continuara las obras como el Nudo Mixteco, pero el gober Moreira vio moros con tranchete y reviró con que es la Corte la que tiene que decidir sobre el aval del Municipio y nos quedamos atorados otra vez. El gober la tiene fácil, sólo dice que acata la ley y hace declaraciones incendiarias. Pero es don José Ángel el que tiene la carga de la prueba y hasta ahora no ha mostrado que se toma este asunto con la seriedad debida. Nadie quiere revelar cuál es la estrategia jurídica del Municipio, a pesar del cinismo con que le dijeron a la Corte del daño a la autonomía municipal en obras que se terminaron hace más de un año o en otra que no existe, aunque luego dicen que esto no tiene importancia. También dijo el alcalde que esas obras eran “irrelevantes” y qué bueno que lo aclara, porque ya estábamos pensando que tapar aguas negras o desfogar el tráfico del Periférico eran cosas de mucha importancia. Nuestros subagentes dicen que la “estrategia” está guardada en una caja fuerte en el sótano de la Presidencia Municipal y que nomás don José Ángel, el secretario del Ayuntamiento y el jefe de la Policía saben la combinación. Pero los poderes de deducción de cualquier mortal pueden notar que el alcalde se puso en una posición cómoda y convenenciera al impugnar obras “fantasma” cuya suspensión no le hace daño. Es decir, no impugnaron obras que tienen en construcción y donde también participa dinero del Estado, porque ésas de por sí se han visto afectadas por pifias y retrasos continuos y no las iban a poner a merced de un litigio. El alcalde ha sido inescrutable. Declara que “obviamente no quiero perder el apoyo del Estado” cuando la Suprema Corte ordenó que se le retirara. Reclama que el Estado haya movido cincuenta y ocho millones de pesillos a otros programas porque “ese dinero ya está amarrado con convenios”, después de que le dijo a la Corte que la bronca con el Estado era, precisamente, que no había convenios. El problema es que don José Ángel ha caído de lleno en la provocación del gober Moreira, que obviamente no mandó la vicegubernatura y a su cabeza, Eduardo Olmos, nomás porque quiere mucho a La Laguna. Abogados disfrazados de subagentes apuntan que las inconsistencias en la forma en que se hizo la demanda podrían echar por la borda el fondo de la controversia, que es la cuestionable legitimidad de la vicegubernatura y la forma unilateral en que opera. Urge que don Humberto y don José Ángel encuentren la manera de vivir en paz pues todavía les quedan dos años y medio en los que, les pedimos encarecidamente, no traten de llevarse a la ciudad entre las patas.
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El gober Humberto Moreira y por extensión, toda la burocracia estatal y del PRI, se quedaron picados con la conferencia que vino a dar Al Gore y ya todos se apuntaron para sacar programas ecológicos. Parece que todos reconocieron al “ecoloco” que traemos dentro. El gober anunció que buscará cambios en la construcción de vivienda para hacerlas más ecológicas y un programa de reforestación. No queriéndose quedar atrás, se apuntó el líder de la CTM, Tereso Medina, que dijo que sus agremiados van a exigir el cuidado del medio ambiente a las empresas con las que tienen contratos colectivos (o sea, Altos Hornos, Peñoles, Comisión Federal de Electricidad y todos esos que embellecen nuestro estado). Luego salió el rector de la UA de C, Mario Ochoa, con que va a poner a sus estudiantes a programas de servicio social en conservación y reforestación. Luego alguien más agarró de moda lo que don Al dijo sobre créditos para compensar emisiones de carbón y pues como aquí producimos mucho carbón –y mucha contaminación— no sería mala idea ver con qué se come eso. El caso es que todos agarraron la onda, lo cual lleva a pensar por qué no se les había ocurrido antes y fue necesario pagarle casi dos millones de pesillos a mister Gore para que viniera a jalarnos las orejas. El gober Moreira, dado a la hipérbole, andaba tan eufórico que hasta marcó la visita como un parteaguas en el cuidado del medio ambiente. Todo esto es bienvenido, sin duda, siempre y cuando le entren en serio al rollo de la conservación y reducción de contaminantes que, por cierto, no sale barato y que no quede nomás para la foto con un ganador del Óscar. Por cierto, el gober no se pudo aguantar la tentación de ponerle un espectacular de bienvenida a don Al, pero nomás uno, porque el invitado dice que contaminan mucho. Si de veras van en serio, ¿no sería buena idea que por ahí empezaran las autoridades a cuidar el medio ambiente, dado que los científicos advierten sobre los daños que causa al sistema nervioso la contaminación visual?
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Los curulecos del Congreso local aprobaron ya la reforma electoral hecha a modo del PRI, que comanda el hermano Rubén y del PAN, que comandan como cincuenta grupos distintos. Este aparente consenso es simplemente utilitario o sea, que los dos principales partidos del Estado le van a sacar la mayor raja. La reforma tiene la saludable medida de recortar cuatro camas (también llamadas curules) en el Congreso local y un buen número de huesos en los cabildos. Esto, obviamente, cerraría la puerta a los partiditos que viven de las plurinominales, pero no contentos con darles ese llegue a los “bonsái”, tricolor y albiazul, también le aumentaron a tres por ciento de votos el mínimo requerido para conservar el registro y por supuesto, la lana que viene con eso. Lo curioso del asunto es que dos partiditos, el Verde y la Unión Democrática, le dieron el aval a la reforma, dejando al PRD y al PT chiflando su oposición en la loma. Otro blindaje que se dieron PRI y PAN fue la ley contra el “chaqueteo”, para que los candidatos que no son favorecidos por el dedazo (perdón, por la militancia) para una candidatura se pasen a otro partido, como sucede ahora. También aumenta a cuatro años el periodo de los diputados, a partir de 2013, no sólo para que pasen más tiempo cobrando en la nómina, sino para empatarlos con los alcaldes y darle algo de sensatez al ridículo calendario electoral que nos tiene con comicios casi cada año. Ahora ya con las nuevas reglas en su lugar, comenzará la batalla por los huesos (diputaciones) para el año próximo y el tricolor y el albiazul apuntarán sus baterías mutuamente. Se va a poner bueno.
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El ex gober Enrique Martínez está próximo a instalarse en Toluca, donde no hay DVRs ni nadie que se lo recuerde (ni tampoco le recuerde a su familia), para hacerla de delegado del PRI en el Edomex. Claro que don Enrique va con otra intención aparte de tratar de revivir al otrora invencible en el estado más poblado del país, que fue vapuleado por el PAN y el PRD en las elecciones del año pasado y últimamente se ha visto bajo la lupa con eso de que Zhenli “Coopelas o cuello” Ye Gon tenía ahí su fábrica de químicos donde supuestamente importaba seudoefedrina y no precisamente para hacer desenfriolitos. Pero ya nos desviamos. Decíamos que don Enrique va con otra encomienda, reportan nuestros subagentes que venden chorizo de Toluca y es la de empezar a preparar la candidatura del gober de allá, Enrique Peña Nieto, para “la grande” en 2012. También se dice por ahí que la jefaza del PRI nacional, Beatriz Paredes, le va a dar un huesito de secretario de vinculación con empresarios o algo así con título elocuente para que “apantalle”.
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