Muy escondido tenía el alcalde José Ángel Pérez a su director de Planeación, Jorge Núñez, quien ha resultado ser uno de los funcionarios que más se aplican en la nómina municipal.
Luego de la andanada de políticos que se apresuraron para tomar el crédito por la asignación de doscientos cincuenta millones de pesillos para la zona metropolitana de La Laguna, nuestros subagentes lograron encontrar que gran parte del mérito estaba en la oficina de Don Jorge, que a la chita callando se metió a revidar el programa federal para zonas metropolitanas y encontró la oportunidad para bajar recursos.
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Don Jorge fue el encargado de explicar el mecanismo a los alcaldes de Gómez Palacio y Lerdo en una reunión hace unas semanas, cuando ni Ricardo Rebollo ni Carlos Aguilera tenían idea de con qué se comía lo de la zona metropolitana. Por cierto, ya están saliendo algunas discrepancias entre los alcaldes, pues mientras el de Gómez Palacio, Ricardo Rebollo, dice que quisiera usar el dinero para la Policía Metropolitana, don José Ángel insiste que ese dinero es para infraestructura. Ojalá que los desacuerdos se arreglen en la reunión que tendrán los ediles la semana próxima y que al menos en Gómez y Lerdo se pongan al tanto de lo que significa el convenio para que estén al mismo nivel de los vecinos. Por lo pronto, las coincidencias que han aparecido tienen que ver con vialidades comunes como el bulevar Laguna y el Periférico, dos vías a las que mucha falta les hace una manota de gato.
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El gober Humberto Moreira no se aguantó las ganas de poner un desplegado publicitando los doscientos cincuenta millones de pesillos que se amarraron para la zona metropolitana de La Laguna. Nomás que nuestros subagentes que andaban analizando la información notaron que los escribanos del gober prácticamente se fusilaron el comunicado que puso su colega de Durango, Ismael Hernández Deras, nomás que agarrando todo el crédito para don Humberto y su gestoría, sin notar que el dinero fue conseguido por diputados del PRI y del PAN. Nuestros subagentes cuentan que el Gobierno de Durango le mandó a la oficina de prensa del de Coahuila el boletín que habrían de difundir, como una cortesía, y para su sorpresa, encontraron frases completas y casi idénticas en el desplegado del gober, quien luego salió con que él le quiere entrar a proponer proyectos para usar el dinero. Como siempre, la batalla es por el crédito y no por plantear y arrancar proyectos que, por cierto, aún están ausentes en las alcaldías de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo.
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Por cierto, hablando de la promoción, tristes deben andar el gober Humberto Moreira y el alcalde José Ángel Pérez (y muchos gobernadores y alcaldes más) porque la nueva ley electoral les arrebató la posibilidad de poner sus caras por todos lados. El gober Moreira, como se sabe, combatió con denuedo la reforma electoral, y puso a sus diputados locales a votar contra ella. Pero tuvo que apechugar, aunque dicen nuestros subagentes que los abogados de don Humberto ya están viendo con lupa la nueva ley para ver cómo se puede armar propaganda, aunque de cualquier forma la imagen, voz y nombre del gober van a tener que estar ausentes, cosa que debe dolerle mucho. De su lado, don José Ángel dice que no necesita fotos para que lo conozcan, que eso se hace con el trabajo. Claro, es muy fácil decirlo luego de que se pasó el año poniendo espectaculares por todo el Estado con su fotografía. O sea que ya lo conocen y ya puede prescindir de la foto, ahora nomás falta que se ponga con el trabajo.
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El alcalde José Ángel Pérez ya cuenta las horas para 25 de noviembre cuando se elegirá la nueva dirigencia municipal del PAN y pone veladoras para que nada descarrile a su “gallo” y regidor preferido, Manuel Villegas. Pero nuestros subagentes disfrazados de panistas en la nómina municipal comentan de las quejas de algunos funcionarios sobre la mano algo dura de Manuel Villegas, que no tiene reparo en exigir la salida de alguien que no esté de acuerdo con él o de meter en puestos técnicos a gente que no tiene idea, pero que son sus cuates. El problema es que esto le ha acarreado broncas con el vicealcalde y primer amigo, Ricardo Muñiz, que sigue cobrando sin tener chamba definida. La bronca, dicen las malas lenguas, es porque don Ricardo también tiene cuates y ambos quieren controlar las contrataciones, y pues la nómina no da para que los dos puedan servirse con la cuchara grande.
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Dos de las dependencias federales más señaladas en la desgracia ocurrida en Tabasco son las secretarías del Medio Ambiente y de Desarrollo Social. La primera, por no supervisar el deterioro de áreas que servían como contenedores naturales de agua. La segunda, por su escasa eficiencia en manejar la ayuda para los damnificados. Es curioso que esas dos dependencias salgan a la luz acá en Coahuila como el abrigo de los operadores políticos del senador y primer compadre Guillermo Anaya. Uno de ellos, Fernando Gutiérrez, ya agarró el hueso de delegado de Medio Ambiente, y nuestros subagentes comentan que ya está amarrada la llegada del ex diputado Luis Fernando Salazar a la delegación de Desarrollo Social. Ni don Fernando tiene experiencia en el área del medio ambiente, ni don Luis en la de manejar programas sociales, pero al parecer en el Gobierno Federal ven la tempestad (literalmente) y no se hincan, ni aprenden lo que pasa cuando ponen a improvisados al frente de las delegaciones.
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Los diputados del PAN salieron buenos para el turismo legislativo y no les estorban cosas triviales como los principios y la congruencia cuando se trata de aventarse un viajecito. Resulta que después de que los panistas han sido los más críticos sobre el acercamiento que el gober Humberto Moreira tiene con Cuba, amarraron tres de los ocho lugares en la delegación de curulecos del Congreso local que se fue a la isla, según esto, a un foro sobre agricultura que empezó el jueves. Originalmente iba a ir nomás uno, pero a final de cuentas se apuntaron tres, entre ellos el torreonense José Ignacio Máynez quien ni siquiera está en alguna comisión relevante al tema, como Fomento Agropecuario o Medio Ambiente. Pero ésas son minucias cuando se trata de disfrutar las bellezas de La Habana. Por supuesto, hasta ahora el Congreso no ha dicho cuánto dinero le va a costar al erario el viaje.
