Y salieron de todos lados, de debajo de las piedras, de los rincones, de las sombras, esperaban con el “se los dije” guardado en el cajón. Su espera fue amarga y larga, su frustración fue creciendo y... al fin el antisantista lagunero y foráneo encontró el momento de celebrar y burlarse de los seguidores de los Guerreros. No importa que sean americanistas, Chivas, Rayados o Tigres, o incluso el prototipo de “loosers” en liguillas, los cementeros. Todos se unen para gritar a los cuatro vientos que el sueño del tercer campeonato se ha desvanecido.
Sólo que faltan noventa minutos amigos. Que hay que ganar por tres de diferencia, todos los sabemos, que si hay un Santos en la historia capaz de hacerlo es precisamente este. Veamos, los Pumas recibieron tres goles en la once en el Corona contra los laguneros, en la trece los Gladiadores también les encajaron tres, en ambos casos los del “Tuca” respondieron con dos tantos, estadística nada alentadora.
Por otro lado, ¿cuántos partidos los felinos se fueron sin gol?, tres ocasiones: en la dos perdieron en Cancún 1-0, en la cuatro mismo marcador en el Tecnológico, en la quince igualaron a cero en Toluca. Como se puede ver, tampoco ayuda, se necesitan tres de diferencia, de hecho perder por tres goles de diferencia el cuadro universitario no lo sufre desde el cinco de febrero de 2006, cuando cayó en el Alfonso Lastras tres-cero contra el San Luis, sólo que en aquella ocasión el técnico puma era Miguelito España. A “Tuca” ganarle por tres es como si le pidieras sensatez a un perredista capitalino.
Pero este es el torneo de lo inimaginable, el torneo de imponer marcas y lograr lo imposible, por eso lo decíamos, si hay una versión del Santos que aspira a esta proeza es la versión Apertura 2007.
En este torneo, en veinte juegos Santos sólo ha dejado de anotar en dos y ambos contra felinos, Tigres en aquel empate a cero de la 16 y el pasado jueves en C.U.
La mayoría de los laguneros nos vemos unos a otros y esperamos que alguien diga, “¡claro que se puede!” para secundarlo.
Hagamos esto, impregnemos de verde la Comarca, que a los Guerreros les quede claro que el amor no ha disminuido ni un ápice, que los que usan la 12 van a estar con ellos hasta el último suspiro, que la historia sea testigo de la comunión entre un grupo de futbolistas y toda una región (antisantistas regresen a sus agujeros, esta no es su pelea) que a los Pumas cuando pisen suelo lagunero no les quede duda que están en Territorio Guerrero, que el aliento de miles empuje a once guerreros a escribir una de las grandes hazañas en la historia de las liguillas.
Verde que te quiero verde, debe ser la consigna, lo bailao ya nadie no los quita, pero la Región Lagunera quiere seguir bailando al son de la Gran Final. Difícil de a ma..., nadie lo duda, pero qué bonito andar en estos menesteres y no como otros que no saben qué hacer con la bazofia que se les quedó y planifican con gran cuidado el próximo fracaso.
