Las noticias que hoy nos traen los periódicos, representan una afrenta para el estado de Coahuila.
Mientras las elecciones de rector de la Universidad “Autónoma” de Coahuila fueron un asunto interno de esa institución, solamente nos enterábamos por los informes de los medios como un evento normal sin que, dada la historia de esa universidad, dejáramos de pensar que siempre habría fallas al sistema democrático y que a pesar de su “autonomía” casi siempre se dan.
Que fuera Juan o Pedro no era de gran importancia, sobre todo por la inutilidad de cualquier inconformidad; pero cuando los medios nos sorprenden informando cuál es el currículum académico del ganador por “aplastante” mayoría, realmente encontramos inexplicable que las cosas hayan alcanzado tales inauditas situaciones.
¿Cómo es posible que el rector de nuestra Universidad Autónoma de Coahuila sea un verdadero carente, no sólo de méritos académicos, sino de una mediana educación, ya que es tan pobre, que casi puede decirse no pasa de la preparatoria, pues el “título” que se dice que recibió hace días de una escuela del Distrito Federal, que actualmente no es de ninguna importancia en el escenario educativo y ha venido decreciendo notablemente y más aún, que sus estudios fueron a “distancia”, es decir por correspondencia o virtual como se dice ahora.
¿Quién fue la autoridad de la Universidad Autónoma de Coahuila, encargada de verificar que se cumplían los requisitos para ser rector? ¿Qué papel asumió el Consejo Universitario para garantizar la legalidad y el cumplimiento de los estatutos universitarios?
No parece sino que dichos comicios fueron una de las llamadas elecciones de Estado, a la que por intereses personales o por otras razones, todos se subordinaron.
Mala forma de celebrar los cincuenta años de vida de nuestra máxima casa de estudios de Coahuila.
Ante los componentes y representantes de las diversas universidades de la Asociación Nacional de Universidades, (Anuies), todos con grandes méritos académicos que ostentan grados de doctorado, maestría o licenciaturas bien ganados, ¿qué papel va a desempeñar nuestro flamante rector?, ¿no es esto penoso, máxime si se considera el prestigio bien ganado de la educación en nuestro estado representada principalmente por el Ateneo Fuente, la Normal y otros muchos planteles y organizaciones culturales?
En verdad, es de suponerse, que ni siquiera lo tomarán en cuenta.
Creemos que este grave error no puede prevalecer por elementales consideraciones, pues su permanencia pone en evidencia la cultura de Coahuila.