Chien-Ming Wang lanzó con una precisión de casi el 100 por ciento. Wang tuvo un juego perfecto hasta la octava entrada, cuando Ben Broussard pegó un jonrón con un out, y los Yanquis de Nueva York aplastaron ayer 8-1 a los Marineros de Seattle.
El venezolano Bobby Abreu empujó la primera carrera de los Yanquis con un elevado de sacrificio en la tercera entrada.
Enfrentando a unos Marineros que lograron marcas de temporada con 15 carreras y 20 hits la noche anterior, Wang (1-2) mantuvo el control con un dominio casi absoluto.
Logró que Richie Sexson le regresara la pelota con una rola para su primer out en la octava, pero Broussard siguió con un jonrón entre el jardín derecho y el central.
La multitud reunida en el estadio de los Yanquis le dedicó a Wang una larga ovación de pie. El lanzador diestro se paró detrás del montículo quitándose la gorra, luego apretó la mandíbula y se quitó el sudor de la frente. El catcher puertorriqueño Jorge Posada se acercó entonces para hablar con él.
El puertorriqueño José Guillén fue el siguiente al bate y conectó un sencillo. Kenji Johjima dio una rola de botes altos para una doble matanza que finalizó la entrada. Wang caminó entonces, con paso lento, al dugout, mientras sus compañeros pasaban junto a él, dándole una palmada en la espalda.
Wang buscaba lograr el decimosexto juego perfecto en las mayores desde 1900. Entre ellos se destaca el de Don Larsen para los Yanquis en la Serie Mundial de 1956.
Los últimos dos juegos perfectos en las mayores ocurrieron precisamente en el estadio de los Yanquis, por cuenta de David Cone, en 1999, y David Wells, en 1998.
Randy Johnson tiene el juego perfecto más reciente en las mayores, trabajado para Arizona en Atlanta el 18 de mayo del 2004.
Brian Bruney pasó al montículo en sustitución de Wang al iniciar la novena y terminó el juego de dos hits.
La noche del martes, el novato Phil Hughes condujo para los Yanquis un juego sin hit hasta la séptima entrada en Texas, pero tuvo que dejar de lanzar por una lesión en el muslo.
La derrota fue para Jeff Weaver (0-5), quien tuvo problemas de control y terminó por trabajar cinco entradas y dos tercios contra los Yanquis, a los cuales les toleró seis carreras y nueve hits.
Por los Marineros, el dominicano Guillén, de 3-1; el cubano Yuniesky Betancourt, de 3-0, y el venezolano José López, de 3-0.
Por los Yanquis, los dominicanos Melky Cabrera, de 4-2, con una anotada y una empujada, Robinson Cano, de 3-0, con una producida; el venezolano Abreu, de 4-1, con una registrada y una remolcada, y el puertorriqueño Posada, de 4-2, con una timbrada y una empujada.
