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VIDA Y SERVICIO / 'ABRAHAM”

GUILLERMO RODRÍGUEZ RIZADO

Mientras recargaba su fusil, vio cómo un compañero suyo era abatido por tres certeras flechas, disparadas por aquellos bravos guerreros pertenecientes a la tribu de halcón negro. Poco a poco la batalla fue creciendo en intensidad, teniendo que luchar valerosamente por su vida, pero contando con una superioridad numérica y con mejor armamento la balanza se fue inclinando a su favor. Y por fin aquellos bravos guerreros fueron vencidos. Corría el año de 1832, aunque había ascendido de soldado raso a capitán Abraham, no dejaba de sentir compasión por aquellos feroces enemigos cuyos cuerpos yacían inertes en el campo de batalla. Con sus escasos 23 años ya había vivido una vida con muchas experiencias.

El 12 de febrero de 1809 quedó registrado en la historia como el nacimiento de este gran hombre. Muy pequeño aprendió de su padre el oficio de la carpintería, sus padres Tomás, y Nancy Lincoln, lo instruyeron desde muy pequeño en el cristianismo, sus lecturas preferidas en la niñez fueron la Biblia y las fábulas de Esopo así como la vida de George Washington.

Un día mientras recorrían el Missisippi observó cómo castigaban a un esclavo negro por una falta hecha a su amo; el negro aquel en un estado casi de inconsciencia y atado de sus manos a un tronco recibía fuertes azotes en su espalda de los cuales brotaba la sangre que poco a poco fue tiñendo de rojo el piso de tierra. Pudo Observar además la cruel condición en que trabajaban esos esclavos cosa que le dejó una profunda marca en su alma durante toda su vida.

A los nueve años, sufrió con gran dolor la pérdida de su madre, quien provista de gran religiosidad, acostumbraba leer la Biblia y cuando Sara la hermana de Abraham y él aprendieron a leer tenían, como tarea participar por turnos en la lectura dominical. Después del sermón dominical le gustaba repetir el sermón a los demás niños cosa que los entretenía y a la vez daba muestras de su gran capacidad para la oratoria. Su padre volvió a contraer matrimonio con una mujer llamada Sarah Bush, quien con gran amor también guió sus pasos por el amor hacia los demás.

Terminada la guerra contra Halcón Negro, intentó participar en varios negocios pero sin un éxito contundente. Y se afilió como miembro del partido whig de los Estados Unidos. Se casó con Mary Tood quien iba a ser su mujer hasta su muerte. Con quien procreó cuatro hijos pero una dura prueba estaba por venir; su segundo hijo contrajo difteria y muere en 1849, por lo que acude con más asiduidad a la iglesia presbiteriana (aunque jamás se hizo miembro de ninguna iglesia).

A sus 38 años fue elegido representante o diputado del congreso de los Estados Unidos por el Estado de Illinois de 1847 a 1849. Fue para beneplácito nuestro un serio opositor de la guerra México E.U. cosa que le costó caro pues no pudo reelegirse por segunda ocasión al puesto de diputado.

A los 45 años de edad funda; junto con otros miembros, el Partido Republicano que es en la actualidad uno de los dos partidos más fuertes de los E.U.

En 1860 a la edad de 51 años gana las elecciones como candidato oficial de su partido para la presidencia del país y el seis de noviembre fue nombrado como ganador de las elecciones para presidente de los E.U. al año siguiente sufre una atentado del cual salió ileso. Pero al año siguiente en 1862, su hijo Guillermo cae gravemente enfermo y mientras estaba al lado de la enfermera que cuidaba a su hijo comento: “Esta es la prueba más grande de mi vida. ¿Por qué ha de ser inevitable que esto tenga que suceder? ¿Por qué?”. Al escucharlo aquella mujer le dijo:

“Sr. Presidente yo he perdido a mi esposo y mis dos hijos pero yo creo ahora más que nunca en la providencia de Dios y tengo más fe que nunca”.

¿Cómo pudo usted hallar paz? –Simplemente confiando en Dios–. Creyendo que todo lo que Dios hace obra para bien.

Al morir el pequeño Guillermo la enfermera asistió a sus funerales y le dio las condolencias. El agradecido le comento:

“Procuraré poner mis pesares en las manos de Dios. Ojalá que tuviera esa fe de niño que usted menciona, mas confío en que Dios me la dará”.

“No me había dado cuenta de esas cosas sino hasta que falleció mi Guillermito”.

Posteriormente como presidente de ese país lanza su famosa proclamación de la emancipación. Que no era otra cosa que dos enmiendas a la constitución de los Estados Unidos donde abolía la esclavitud en los estados del sur del país, o sea los confederados. Lo que provocó el enojo de éstos y fue el mejor pretexto para la guerra de secesión donde dichos estados se separaban del resto del país, para no acatar la disposición presidencial.

Esta guerra no fue del agrado de Abraham Lincoln. Mas no le quedó de otra que enfrentarla. En el inicio de dicha contienda nombró al general George Brinton (Jorge para nosotros). Quien simplemente no dio el ancho por lo que lo sustituye por el general Ulises S. Grant. Quien llevó a los estados del norte al triunfo total de la contienda.

Del uno al tres de julio de 1863 los confederados al mando del famoso general Robert E. le atacaron la población de Gettysburg. Siendo ésta la más grande batalla de la historia de la guerra civil estadounidense. Con más de 22 mil bajas para el ejército de la unión (los de Lincoln y más de 30 mil de los confederados (los del sur). Después de la batalla se consagró un gran cementerio donde Abraham dio su famoso discurso de Gettysburg, y después de varios oradores (que como “buenos” políticos) hablaron durante horas al tocarle su turno él comentó:

“El mundo notará poco, ni mucho tiempo recordará lo que decimos aquí”.

Al triunfo de la guerra por parte de la unión o los estados del norte, acudió a la población de Richmond que era la capital confederada. Y se sentó atrás del escritorio de Jefferson Davis (quien era el presidente de los estados confederados durante la guerra), dando a entender con esto que los estados del sur quedaban bajo el mando de su presidencia. En esa población fue recibido como un héroe principalmente por la población de esclavos comentando uno de ellos:

“Sé que soy libre, porque he visto la cara del padre Abraham y lo he sentido”.

En noviembre de 1864 fue reelecto nuevamente como presidente de los E.U. por aplastante mayoría, iniciando su segundo mandato en marzo de 1865. El mismo definió su gobierno como: “el gobierno de la gente, por la gente, y para la gente” expresión que le quedaba a la medida. (No como otro que anda por ahí diciendo lo mismo. ¿No le habrá copiado?).

Desgraciadamente las cosas buenas no pueden durar para siempre; el 14 de abril de 1865 al asistir junto con su amada esposa Mary a una comedia musical en el teatro Ford. Un veterano actor de nombre John Wilkes Booth y simpatizante del sur del Estado de Virginia al grito de: “Sic semper tyrannis!”. Lema del Estado de Virginia disparó por detrás, a la cabeza de Abraham. Con una pistola de bala redonda (sabía lo que traía el maldito) hiriéndolo de muerte segando para siempre la vida de un gran hombre.

No alcanzaría este espacio para comentar todas las anécdotas así como frases celebres de Abraham Lincoln, pero nos queda claro que hombres como éstos son muy pocos y que la justicia y su liderazgo basado en su actuar y proceder es un digno ejemplo para todos nosotros.

El pasado martes 20 de noviembre asistimos a la presentación del lanzamiento de la obra del gran historiador y escritor lagunero Francisco José Amparán. “Historia Ligera de un Siglo Pesado” que saldrá a la venta todos los miércoles con su voceador durante cinco semanas, la recomendamos ampliamente (con cinco estrellas), no se la pierdan. ¡Felicitaciones ingeniero!

¡Hasta luego¡

Comentarios y sugerencias al correo electrónico:

lavidayelservicio@yahoo.com.mx

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