Hace tiempo en la televisión salía un comercial que decía; no corras tras el éxito... ¡manéjalo! Y se veía a un grupo de personas corriendo atrás de un automóvil.
La televisión así como la mercadotecnia actual nos hacen suponer que para que una persona sea exitosa debe de tener o alcanzar bienes materiales tales como un negocio, una gran residencia, los mejores automóviles, desde luego una jugosa cuenta bancaria y por qué no decirlo buena compañía femenina. ¡Nada más alejado de la realidad! En su libro La Búsqueda del autor De Lara Castilla (que lo recomiendo ampliamente) nos habla de una comunidad de águilas que parodiando a los seres humanos se dedican a diferentes actividades y el personaje principal que es otra águila llega en su búsqueda a encontrar a una águila sabia que le transmite un mensaje importante sobre el éxito y que es la realización en la vida.
El éxito no es poseer bienes materiales ni todo lo que nos dicen los comerciales con el afán de vender un producto o vendernos la idea de que si no posees esas cosas (desde luego endeudándote con la tarjeta de crédito) entonces no eres exitoso.
En la historia de la humanidad han existido grades ejemplos de éxito de personas que nada tienen que ver con la obtención de lujos o bienes materiales. Ejemplos como Hellen Keller que habiendo quedado ciega y sorda logró sobresalir dándonos un claro ejemplo de que no hay imposibles en la vida, Watson y Creek quienes desentrañaron la estructura del DNA. Pasteur, Jener, Platon, Sócrates, Amado Nervo, etc., etc. todos ellos fueron personas exitosas. ¿Pero entonces qué es el éxito? El éxito puede obtenerlo cualquier persona incluso personas con capacidades diferentes, cuando se logra en la vida la realización de sus grandes aspiraciones, es decir cuando hacemos o nos desenvolvemos en lo que deseábamos ser en la vida, tal vez ser maestro de primaria, comerciante, vendedor, médico, o cuando desempeñamos cualquier oficio o actividad en la que nos sintamos felices al realizar dicha actividad. Hemos llegado a escuchar a personas decir; ¡hago lo que me gusta y todavía me pagan por hacerlo! Ellos son verdaderos ejemplos de éxito. Hace tiempo vi en un noticiero a un barrendero de la Ciudad de México, quien feliz hacía su labor y saludaba a toda la gente que iba pasando por el lugar, al interrogarlo la reportera sobre qué le hubiera gustado ser en la vida, él le respondió sin vacilar que lo mismo que estaba haciendo y que si volvía a nacer se dedicaría sin pensarlo dos veces a ser de nuevo barrendero de calles. La semana pasada me enteré que una niña con síndrome de Down, había obtenido medalla de oro en natación. Éstos son ejemplos claros de éxito en la vida y no el estilo de vida que nos quieren imponer en la actualidad. Desde luego nada tiene de malo el ambicionar cosas materiales pero siempre y cuando éstas no nos desvíen del objetivo principal que es el alcanzar nuestra realización y el ser felices con lo que deseamos hacer de nuestra propia vida. ¡HASTA LUEGO¡
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