A orillas del río Volga, aquellas dos humildes campesinas miraban con asombro y temor a aquel hombre vestido de manera extraña para ellas. Y que momentos antes había descendido desde el cielo, quitándose la escafandra él les comento: “no tengan miedo soy uno de los vuestros” pero al ver el temor reflejado en sus ojos, recordó los de su madre cuando en su niñez unos hombres armados y con gruesos overoles entraron tumbando la puerta de su humilde vivienda, y hablando en un idioma que él no comprendía, tomaron por la fuerza a dos de sus hermanas, sintiéndose impotente al igual que su padre ante tal brutalidad observó en los brazos de aquellos hombres una banda con la swástica nazi. Hijo de un humilde pero hábil carpintero y de una madre inteligente, ávida lectora de libros su infancia había transcurrido tranquila en aquella aldea situada a 160 km. de Moscú. Ellos al igual que muchos otros campesinos que fueron expulsados de su aldea por los nazis durante la II Guerra Mundial, tuvieron que emigrar a la provincia de Gziatsk. Un día escuchó el estruendo cercano de unos motores de un avión caza que se precipitaba a tierra, aterrizando forzosamente el aparato cerca de donde se encontraba levantando el mismo una gran polvareda por lo que igual que muchos chiquillos que corrieron en dirección del aparato él quedó impresionado al ver a aquellos dos hombres que descendían del avión portando en sus pechos varias medallas ganadas en combate, por lo que al igual que muchos otros niños soñó entonces en convertirse en piloto. Como todo ciudadano soviético tuvo que trabajar como obrero metalúrgico y en 1954 ingresa a un instituto técnico de metalmecánica donde inició sus estudios, pero antes de terminarlos ingresa al aeroclub de la ciudad de Saratov donde aprendió a volar realizando su primer vuelo en 1955. Tras terminar sus estudios técnicos entra a la escuela militar de pilotos de Oremburgo, y contrajo matrimonio en 1957 antes de graduarse. Después de conseguir sus alas de piloto en 1959 y decidido a conseguir lo más alto en su carrera concursa para cosmonauta, siendo elegido junto con otros 20 jóvenes quedando en primer lugar. Su nombre Yuri Alekséievic Gagarin.
Yuri Gagarin, al igual que Gherman Titov, fue sometido a rigurosas pruebas físicas y psicológicas quedando como primer cosmonauta seleccionado para iniciar la primera gran proeza del hombre en el camino hacia el espacio, y aquella madrugada del 12 de abril de 1961 se dirigió al cosmódromo de Baikonour en Kasajitán, acompañado de Titov, a quien se le designó como piloto sustituto, para tripular el Vostok I una nave cuyo habitáculo de apenas más de dos mts. de diámetro. Durante el recorrido del autobús que lo llevaría a la nave y ya enfundado en su traje espacial le ordenó al conductor del autobús que se detuviera pues tenía ganas de orinar cosa que realizó en uno de los neumáticos del autobús quedando esto como tradición por sus predecesores.
A las 7:30 hrs. de aquel día su nave impulsada por un poderoso cohete A1 de 20 millones de caballos de fuerza despegó sintiendo entonces una gran opresión contra su cuerpo que lo aplastó literalmente contra su asiento de piloto. Tiempo después en la ingravidez del espacio y sin control sobre la misma nave ya que era automática pudo observar la negrura del cielo, por lo que asomándose por la ventanilla de la misma exclamó: “Veo la Tierra... ¡es tan hermosa!”. Siendo éstas las primeras palabras de un hombre desde el espacio. Poco después comentó: “el cielo se mira muy oscuro y la Tierra tiene un tono azul” desde las alturas la tierra se ve nítidamente y se distinguen las islas, las costas y las montañas.
Tras 96 minutos de vuelo orbital a una velocidad de 28 mil kms. por hora después de completar una vuelta a la Tierra la nave comenzó a descender y después de estar en una temperatura congelante súbitamente la temperatura se elevó sintiendo el calor de las llamas al entrar la nave en nuestra órbita encendiéndose al rojo vivo y antes de tocar tierra la misma sintió un fuerte empujón y salió disparado de ésta en paracaídas, aterrizando a orillas del Volga donde se encontró a las dos mujeres a quienes les comentó “No tengan miedo soy uno de los vuestros. Soy un soviético que ha descendido el espacio. Y tengo que encontrar un teléfono para llamar a Moscú”.
Tiempo después los equipos de rescate dieron con él y la agencia TASS emitió un comunicado anunciando el éxito de la misión. Cancelando dos más que tenían preparados en los cuales se informaba sobre el estrellamiento de la nave y la solicitud para recuperar los restos y en otra, anunciarían la muerte de Yuri. El presidente ruso en ese momento Nikita Kruschov se encontraba sumamente nervioso cuando recibió la noticia de parte del diseñador de la nave Koroliov anunciándole “¡está vivo!”.
A partir de aquel día Gagarin se convirtió en un héroe nacional y en el más importante personaje a nivel mundial. Recorriendo el mundo, pero la fama va acompañada de la pérdida de paz, ya que dondequiera que él se paraba era reconocido y no podía dar un paso sin que la gente se le acercara. Comenzó a tener problemas con su matrimonio y a esto hay que agregar que como era considerado un símbolo nacional para no ponerlo en peligro le impidieron seguir volando, situación que provocó en él una honda depresión y afición a la bebida y desde luego a las mujeres. Por lo que el día tres de octubre de 1961 cuando trataba de seducir a una enfermera en un hospital de Crimea fue sorprendido por su mujer y al tratar de escapar de ella cayó de un segundo piso (vaya que le tenía miedo) sufriendo una herida de gravedad sobre la ceja izquierda que le perforó el cráneo por lo que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente y estuvo a punto de perder la vida (no sabemos si su mujer lo perdonó o la enfermera se quedó a consolarlo) después le realizaron una cirugía plástica para quitar el mal aspecto de su herida.
En 1962 fue elegido diputado del soviet supremo y más tarde regresó a la ciudad de las estrellas en ruso ÿÿÿÿÿÿÿÿ ÿÿÿÿÿÿÿ en donde se dedicó a diseñador de naves espaciales reutilizables, pero en 1967 fue invitado a participar en el lanzamiento de una nave soyuz pero el paracaídas de la misma no se abrió falleciendo el cosmonauta Vladimir Komarov. La Unión Soviética no quería que su héroe volviera al espacio ya que era muy valioso y era considerado un símbolo nacional. Pero después pudo volver a pilotear aviones y aquella mañana del 27 de marzo de 1968 él y un instructor de vuelo llamado Vladimir Sirioguin abordaron un MIG-15 para emprender un vuelo de rutina, ese día estaba de buen humor y mientras bromeaba con el instructor encendieron los motores y en medio de un gran estruendo despegaron de la pista. Poco tiempo después la nave empezó a vibrar intensamente preocupado Gagarin trató de controlar el aparato pero los mandos no le respondían, con angustia vio que el aparato perdía altitud en un instante toda su vida pasó delante de él, recordó a sus dos hijas que había procreado con su esposa Valya, cuyos nombres eran; Dalya y Lena, en el último instante observó que su nave se precipitaba hacia una escuela por lo que con coraje y haciendo un tremendo esfuerzo él y el instructor lograron desviar el aparato. Acción que salvó la vida de miles de niños pero eso no les dio tiempo para saltar de la nave, sintiendo luego una fuerte sacudida al estrellarse contra el suelo. Al morir contaba con 34 años de edad. Fue enterrado como un héroe junto a una de las paredes del Kremlin. Las palabras que pronunció después de regresar a la tierra del espacio, y que resonaron durante mucho tiempo fueron:
“Estoy inmensamente feliz de que mi querida patria lograra hacer este vuelo antes que ninguna otra nación. Fuimos los primeros en salir al espacio”. ¡Hasta luego!
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