Primer ministro canadiense, Stephen Harper entregando una 'kata', la tradicional mantilla blanca símbolo tibetano de bienvenida o respeto, al líder espiritual del Tíbet, el Dalai Lama, durante el encuentro que mantuvieron en Ottawa, Canadá. (EFE)
La reunión privada que mantuvieron en Ottawa el primer ministro canadiense, Stephen Harper, y el Dalai Lama amenaza con empeorar las relaciones entre Canadá y China, dañadas desde la llegada al poder en el 2006 del Partido Conservador canadiense.
Aunque la reunión no es la primera de un dirigente canadiense con el Dalai Lama, que en el 2006 recibió la ciudadanía honoraria del país, sí es la primera vez que un primer ministro recibe al líder espiritual tibetano en su oficina oficial, lo que da al encuentro un tono que no ha sentado bien a las autoridades de Pekín.
Hoy el periódico The Globe and Mail señaló que las autoridades chinas enviaron numerosas protestas al gobierno canadiense oponiéndose a la visita del Dalai Lama, cuyo nombre es Tenzin Gyatso y que tiene 72 años de edad.
"Solicitamos a los canadienses que claramente entiendan la naturaleza de las actividades separatistas del Dalai Lama y que traten de forma seria las graves preocupaciones de China y que no le permitan utilizar el territorio canadiense para actividades que dividan China", señalaron las autoridades chinas en un comunicado.
La visita del Dalai Lama a Canadá se produce días después de que fue recibido en Washington por el presidente estadounidense, George W. Bush -quien asistió a la ceremonia en la que recibió la Medalla de Oro del Congreso-, lo que causó nuevas tensiones entre Estados Unidos y China.
Pekín y Ottawa han sufrido un creciente distanciamiento desde que en febrero de 2006 llegó al poder el Partido Conservador de Harper, que criticó con dureza la situación de los derechos humanos y las reformas democráticas en el gigante asiático.
Tras llegar al poder Harper afirmó que "no vendería" los derechos humanos a cambio de obtener ventajas comerciales en China. En respuesta las autoridades de Pekín cancelaron una reunión con Harper a finales de 2006.
Entonces, el ex primer ministro canadiense, Jean Chrétien, afirmó que él se había reunido "18 veces con el presidente de China", con quien dijo que cada vez discutía "los derechos humanos", y recomendó que lo que Ottawa tiene que hacer es hablar con los dirigentes chinos y "no insultarles".
Pero meses después Harper tuvo que mandar a Pekín dos de sus principales ministros, Finanzas y Comercio Internacional, para intentar recomponer las relaciones ante el temor de sectores empresariales canadienses de que la retórica del primer ministro estuviera afectando las relaciones comerciales.
Entre enero y mayo de este año el comercio bilateral entre los dos países sumó 18 mil 725 millones de dólares, pero Canadá exportó sólo tres mil 462 millones de dólares a China, lo que aumentó su déficit comercial con el país asiático.
El director del Instituto de China de la Universidad de Alberta, Wenran Jiang, dijo hoy a la televisión pública CBC que las relaciones chino-canadienses probablemente se encuentran en su momento más bajo desde los años 1970.
A pesar de la tirante diplomacia entre Ottawa y Pekín, hoy Jason Kenney, secretario de Estado para Multiculturalismo, afirmó que las relaciones entre los dos países no resultarán afectadas por la reunión.
Por su parte, el Dalai Lama afirmó que la reunión con Harper no contenía "una agenda particularmente política".
"Mi principal interés o principal compromiso es promover los valores humanos y de la armonía religiosa", añadió el Dalai Lama poco antes de mantener la reunión con Harper.
Pero el líder tibetano no tuvo problemas para criticar la política de Canadá en Afganistán, donde el país norteamericano mantiene unos dos mil 500 soldados en tareas de combate, papel que el gobierno de Harper quiere extender con la oposición del resto de los partidos canadienses.
"La no violencia es la mejor forma de resolver problemas", dijo el Dalai Lama ante la evidente incomodidad de Kenney.
El Dalai Lama añadió que, hablando como un canadiense, "utilizar violencia, contra violencia, a veces crea más".