En cuanto pudo se quitó la chamarra color verde olivo y la gorra de campo con cinco estrellas. Felipe Calderón no se veía precisamente convencido del disfraz que vestía.
La cobertura televisiva no pudo haber sido más predecible. Las imágenes de los otrora famosos capos de la droga ?algunos con más de una década dentro de las cárceles mexicanas-, ya dentro de los aviones privados rumbo a suelo americano dando su nombre, origen y delito del que están acusados, no podía haber sido más reveladora. Sólo faltaron los subtítulos en inglés.
Las preguntas obligadas son: ¿Por qué así? y ¿Por qué ahora?
¿Se reconoce así que el Estado Mexicano es incapaz de controlar a los capos incluso dentro de las cárceles Mexicanas?
Si eso es lo mejor que puede hacer el Gobierno me dan escalofríos.
Es conocido que en la lucha contra la delincuencia organizada los mafiosos no han respetado cuarteles, incluso los militares, su infiltración en las altas esferas del poder político y económico, ya olvidémonos de las corporaciones judiciales, así como el grado de sofisticación con que ?lavan? ahora el dinero son alarmantes y presumiblemente Calderón lo sabe.
México necesita invertir muchísimos recursos para combatir el narcotráfico, recursos que no tiene y convencer a los gringos de que ?ahora sí? las cosas van en serio, que ahora las altas esferas del Gobierno mexicano son incorruptibles, requiere de mucho más que montar shows televisivos y vestirse de militar.
Si la intención era mostrar buena voluntad a los gringos, incrementar la popularidad de Calderón entre los mexicanos o bien una nueva perversidad delictiva nunca lo sabremos.
Las reacciones de la prensa americana siguen polarizadas, hay quienes aplauden la decisión de Calderón y hay quienes opinan que sólo se trata nuevamente de un cambio de mandos y territorios con motivo del reciente cambio de Gobierno.
A raíz de los atentados terroristas de Septiembre 11 y preocupados por las formas de financiamiento a grupos terroristas, Estados Unidos ha invertido cientos de millones de dólares para investigar y darle seguimiento al dinero que los extranjeros ?incluidos los mexicanos- tienen depositado en bancos americanos. Como consecuencia de esta nueva limitación, los traficantes mexicanos se han visto en la necesidad de ?lavar? más dinero en México, además de recibir un incremento sustancial de ?pagos en especie?, que ahora tienen que distribuir al menudeo en territorio nacional, generando la violencia por todos ya conocida.
Es así como se ha incrementado la distribución de la droga en las calles mexicanas, donde los jóvenes han sido el grupo más vulnerable, además de un incremento alarmante en la ubicación y posterior integración de fondos provenientes del narcotráfico en el sistema financiero Mexicano.
Visto Fríamente. Las lecturas sobre las primeras acciones que empieza a tomar el Gobierno de Calderón siguen sembrando muchas dudas. Las repercusiones y evaluaciones de sus primeras decisiones no son claras, pero ciertamente la sociedad mexicana no está en su mejor momento de tolerancia, por lo que es muy probable que más pronto que tarde estas decisiones se puedan ver en su correcta dimensión.
luis.flores@rbc.com