Me vienen a la mente las recientes declaraciones de Antonio del Valle, quien fuera alguna vez presidente del Consejo de BITAL y también ex presidente de la Asociación de Banqueros de México.
Don Antonio asegura que fue un error del Gobierno entregar la mayoría de la banca a inversionistas foráneos.
Advierte que si se quiere un país sólido, las decisiones del sector y de los créditos deben tomarse en México... ?no en Londres, Nueva York o Madrid?.
Explica que en caso de ocurrir una crisis bancaria como la de 1995, ?los extranjeros saldrían corriendo porque defenderían sus intereses, tal y como ocurrió en Argentina?.
Reitera que la ventaja de tener un sistema en poder de nacionales es que ?los mexicanos vivirán y morirán aquí; en caso de un problema, no se irán?.
Es interesante ver los juicios que se hacen a posteriori. La re-privatización de los bancos -en su momento de mayor crisis- no fue una decisión fácil. El consenso general de la gente de negocios en México -aun ahora-, es que no había otra alternativa visible que fuera más sensata. Pensar en aquel entonces en una nueva nacionalización y control de pagos al estilo ?Defenderé como un perro?, ponía los pelos de punta y haciendo maletas a todo mundo. Metafóricamente era tratar de caminar sobre el hielo frágil de un lago congelado.
Con lo anterior no pretendo desestimar los ?detalles? de las obscuras y tenebrosas negociaciones que presumiblemente ocurrieron en la venta de los bancos y en donde los accionistas minoritarios perdieron hasta la camiseta, ese es un asunto distinto.
No quisiera acordarme del Fobaproa y el IPAB, ni recordar quiénes fueron realmente los que pagaron los platos rotos porque se me salen la lagrimitas? no cabe duda que recordar es volver a vivir.
Si bien es cierto que la toma de decisiones en los bancos se realiza en distintas partes del mundo, hay que hacer notar que las decisiones sobre México se toman regularmente en México y por mexicanos. Dentro de las estructuras corporativas de esos bancos extranjeros cada vez hay más mexicanos que forman parte de los niveles de alta gerencia, algunos incluso radicados en Londres, Nueva York o Madrid como particularmente lo menciona Don Antonio del Valle ? sin duda éste fue un beneficio de la globalización de la banca- las oportunidades de desarrollo para los mexicanos preparados.
Y bueno, habría que hacer notar que la compra mercenaria de talento mexicano y el comentado ?Síndrome de la Malinche? no sólo existe en la banca, sino en todas las empresas extranjeras que tienen intereses en México.
Nadie quiere ver en México lo que pasó en Argentina, ni los bancos, ni el Gobierno, ni tampoco lo queremos los mexicanos. Pero el solo hecho que la banca estuviera en manos de mexicanos, no garantiza que tendríamos ?dulces y comprensivos caballeros de la caridad? en los accionistas mexicanos.
Paradójicamente es muy seguro que los poderosos bancos extranjeros no se irían de México precisamente por falta de recursos, pero sí por burradas de un mal Gobierno como fue el caso de Argentina.
Yo me pregunto ¿Qué ganaríamos si en caso de una crisis económica los mexicanos dueños de bancos se quedaran en México? ¿Para qué los necesitamos quebrados? ¿Quebrados, pero viviendo en México?
Pocos millonarios mexicanos han mostrado intenciones reales de competir con los nuevos estándares con que se compite ahora en la industria bancaria; ya no es un negocio fácil, ahora se compite con tamaño y con muchos recursos, es uno de los negocios más globales que existen dentro del concepto de la globalización.
luis.flores@rbc.com