Existe en México un síntoma que preocupa: La velocidad con la que crece la brecha entre ricos y pobres.
México ha transitado por los andamios de la concentración del poder político hacia un pasaje aun más pernicioso que la arqueológica hegemonía Priista: La concentración de la riqueza en unos cuantos.
Hace unos días se publicaba una nota de vergüenza para un País en el que 50% de sus habitantes son pobres: la fortuna de un solo Mexicano –el hombre más rico sobre la faz de la tierra-equivale a 10% del PIB de México, y es fácil inferir que el 50% o más del PIB de México equivale a la fortuna de un puñado de familias de sobra conocidas.
Las 7 décadas del presidencialismo Mexicano pasaran pronto a la historia como inocentes fábulas de niños comparadas con la sofisticación maquiavélica con que se mueven los nuevos intereses.
Los obscuros capítulos tras el vergonzoso epigrama de la celebre pero fallida Ley Televisa es solo una pequeña muestra de la sagacidad y perversidad de los nuevos dinosaurios Mexicanos.
“Los políticos al servicio de nuestros negocios”.
En este nuevo maridaje es indiferente el linaje y doctrina del partido ni el origen y/o destino de los recursos.
Haciendo historia podemos recordar como se favorecía cada 6 años la creación de nuevos ricos –normalmente en detrimento de otros-, favorecidos en cada sexenio a través de contratos millonarios y posiciones en el gobierno, bañados a su vez en ríos de corrupción y componendas.
Parientes afortunados, viejos amigos de la infancia y empresarios oportunistas llegaban pobres y salían ricos cada seis años. “Los negocios al servicio de la política y la política al servicio de un sistema unipartidista”.
En este “nostálgico” pasaje de la historia Mexicana –para el infortunio de otros-, hubo sin embargo muy pocos – entre ellos el propio Slim- con el talento suficiente para poder cimentar en 6 años, empresas de valor que tuvieran estrategias y/o un modelo de negocio que fuera sostenible en el largo plazo.
Su ciclo era relativamente corto, había que “hacer” lo más posible en seis años y esperar a que las fichas del ajedrez político se volvieran a ordenar.
Hoy vemos como existen millonarios intereses -obscuros o claros- atrás de los densos telones del melodrama político.
Invulnerables cuya capacidad para neutralizar cualquier iniciativa gubernamental que afecte sus intereses es incuestionable.
La migración de profesionales y pequeños emprendedores a Norteamérica solo habla de las consecuencias inmediatas de esta nueva odisea en la historia Mexicana.
De acuerdo a datos recientes publicados por “Canada Immigration and Refugee Board”, las solicitudes de asilo por parte de Mexicanos que buscan llegar a Canadá por esta vía subieron en 400% los últimos dos años.
Se trata de profesionales y empresarios mexicanos que llegan a Canadá por avión y con recursos económicos suficientes para vivir una temporada larga –generalmente de un año-, y que argumentan venir de un país que no permite la creación de oportunidades de trabajo a la altura de sus capacidades, ni seguridad, ni educación de calidad para sus hijos.
¿Usted podría creerles?
luis.flores@rbc.co
