¡¿Por qué no te callas?!
Las escenas del abrupto del Rey Juan Carlos de España dieron la vuelta al mundo.
Minutos después de gritarle a Hugo Chávez que se callara abandonaría la cumbre latinoamericana mientras Daniel Ortega tomaba la palabra.
Que Hugo Chávez haga sus “papelitos” no es ninguna novedad, pero es desafortunado para España que los tenga el Rey Juan Carlos.
La inversión española en Latinoamérica es ya importante.
La presencia de gigantes como Abengoa, Acerinox, y Roca en el sector de materiales básicos data de más de una década. Firmas como, Iberdrola o Endesa tienen importantes proyectos de energía en México, Argentina y Brasil, entre otros.
En el sector de textiles firmas como Aldeasa, Zara, Cortefiel, y Adolfo Domínguez . En turismo, cadenas como Sol Meliá, Barceló, NH e, Iberostar tienen inversiones muy importantes en varios países.
En construcción firmas como Dragados y Construcciones, Fomento de Construcciones y Contratas, Acciona, Ferrovial, Isolux Corsam u OHL, dirigen grandes obras en Sudamérica y Centroamérica, y otras firmas de ingeniería y consultoría, como Typsa e Inocsa, están también presentes en Latinoamérica donde tienen grandes contratos ferroviarios y de vías de comunicación. En el sector bancario Santander y BBVA tienen importantes inversiones en México y Centroamérica.
En el sector alimentos empresas como Calvo, Jealsa, Pescanova y Campofrio tienen grandes plantas y distribución en varios países del cono sur.
Y ni que mencionar de Telefónica de España que tiene un clara estrategia de expansión en Latinoamérica.
Parece pues que el mercado Latinoamericano es importante para los Españoles, y la amenaza de gobiernos con ideas extremistas de corte socialista es evidente que también les preocupa.
Pero tratando de ser pragmático yo me pregunto ¿que tan conveniente es que los políticos españoles traigan a la cumbre a un “Rey” en pleno siglo 21 y lo sienten junto a personajes como Hugo Chávez o Daniel Ortega?
Para buena parte del mundo moderno - y particularmente para los socialistas-, las pocas monarquías que quedan en el mundo son una vacilada, un capricho arrogante y un costo absurdo que paga el pueblo con sus impuestos.
Y que venga un “Rey” a callar y levantarle la voz al “Mesías de los pobres en Latinoamérica” de Hugo Chávez, y que se vaya de la reunión intolerante ante los reclamos de un líder guerrillero que gano la presidencia de Nicaragua, no parece una decisión política muy inteligente.
Es evidente que existe una corriente socialista populista que preocupa y que esta creciendo en varios países,- y no solo en Venezuela, Bolivia y Nicaragua-.
Pero enfrentarla de la manera en que su excelentísima majestad lo hizo, no parece un patrón de conducta que seguiría un buen estadista.
Y para no dejar pasar la coyuntura algún pintoresco personaje mexicano se apresuro a felicitar públicamente al Rey.
¿Alguien podría pasarle el mismo mensaje del Rey también a Vicente Fox?
luis.flores@rbc.com