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Vive en el paraíso

Eva Mendes recuerda sus complejos de la infancia. (Archivo)

Eva Mendes recuerda sus complejos de la infancia. (Archivo)

El Universal

MÉXICO, DF.- Si su nombre no fuera Eva, sería Javier. Si los complejos hubieran ganado la batalla en su infancia, Eva Mendes no sería actriz, mucho menos bomba sexual. “Mis dientes eran tan grandes que mis hermanos y amigos me decían ‘Bugs’. Yo me sentía como un abrelatas”, dice entre risas.

Actualmente, quienes la colocan como una de las latinas más poderosas de Hollywood, en lo que menos piensan es en sus dientes. Para Eva sólo está destinado el paraíso.

Desde hace tres años su nombre aparece con frecuencia en las listas de las “más hot” o las “mujeres más sexies”. En 2004 su nombre figuraba entre el sitio 50 y 60. En la más reciente es la número siete.

¿Y lo de Javier? No es broma. En 1973 su madre estaba embarazada y después de analizar el ultrasonido el medico le anunció que su hijo era varón y acordó con su padre que se llamaría Javier. “Soy mujer por accidente… pero ahora estoy agradecida de serlo y tener un físico bonito”, confesó hace un par de años esta actriz, cuyos padres huyeron de Cuba -antes de la llegada de Fidel Castro al poder- a Miami, donde ella nació en 1974, aunque se crió en Los Ángeles.

Eva Mendes empieza a cosechar años de trabajo. Más allá de aparecer en los listados que evalúan su belleza, ha conseguido codearse con lo más grande de la industria hollywoodense. En 2007 protagoniza cuatro películas (privilegio reservado hasta hace poco sólo a consentidas de la industria como Julia Roberts), una de ellas ya estrenada, Ghost Rider a lado de Nicolas Cage.

Además aparece en We Own The Night, al lado de Joaquin Phoenix; Cleaner, con Samuel L. Jackson e incursiona como productora en Live!, donde la historia gira en torno suyo.

Esta carga de trabajo y de proyectos importantes le ha valido ya la entrada a la lista de las latinas más influyentes en EU.

A finales de los años 90, Eva Mendes se decepcionaba cuando acudía a las audiciones y tenía el sentimiento de ser discriminada. “Hace como ocho años, sentí eso muchísimo. Siempre me decían ‘Eva, ¿lo puedes hacer otra vez, pero con acento mexicano o acento latino?’... una vez, en una audición para una película que la hice con los hermanos Farrelly (Stuck on You) me dijeron que era muy cómica, pero querían acento latino y dije que no, aun así me dieron el trabajo”, recordó.

A pesar de los malos momentos, Eva ha tenido claro que no debe estar sentada y quejarse. “He trabajado con los mejores galanes... he hecho una carrera de la nada ¡y miren donde estoy!” y ha reconocido que no se niega a representar a los latinos al evitar caer en los estereotipos porque su objetivo es el de toda actriz: “Meter mano en distintas cosas, hacer comedia, terror, drama”.

Tímida y sensual

Entre sus 24 filmes se encuentran Training Day (2001) con Denzel Washington y 2Fast and Furious (2003), además de una aparición en la exitosa serie televisiva ER, pero se puede ubicar la comedia romántica Hitch (2005) -donde alternó con Will Smith- como su plataforma de despegue.

Con ella, Eva confirmó que lo suyo era la actuación y no el diseño de interiores como pensaba en la universidad, donde tomó clases de teatro con Ivana Chubbuck, que la inspiró a dedicarse al arte dramático.

Aunque ha sabido aprovechar su aspecto físico con incendiarias declaraciones como la de ser una fanática de “hacer todo desnuda… hasta regar el jardín”, como buena latina se divide entre la actitud tímida y la sensualidad sin inhibiciones. En We Own the Night, la historia inicia con una candente escena erótica que le ha valido elogios, pero el día que la cinta estrenó en Cannes, hizo una petición: “Llamé a mi mami y papi y les dije ‘tienen que llegar tarde, por favor, todo el mundo’, no la gente, sino mi familia”, un contraste total con las palabras vertidas a una revista donde se mostró feliz de tener unas caderas tan grandes. “Me siento muy orgullosa de ellas. Cuando era más joven pensé que eran demasiado grandes, quería estar más delgada, pero ahora estoy contenta”, señaló.

Mendes es además una exitosa modelo de la marca Revlon, es activista en la lucha contra el cáncer de mama y ahora está decidida a regresar a sus raíces. Recientemente expresó su deseo de trabajar con directores latinos, como el mexicano Guillermo del Toro y el sueño de ser una chica Almodóvar para ejercitar el fluido español que tiene.

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