Vive Sherlyn una metamorfosis

Sherlyn madura; ahora pasa de la actuación comercial al teatro clásico.

MÉXICO, DF.- En su casa todo es rosa, excepto los libros de Friedrich Nietzche y Franz Kafka que lee desde que era una niña, instada por su padre.

Su teléfono celular es rosa con carátula rosa pero sabe muy bien que Walt Disney nos ha engañado por años: “su visión del príncipe azul en los cuentos de hadas nos ha hecho mucho daño”.

Sherlyn vive actualmente una metamorfosis que le hace pensar inevitablemente en la novela de Kafka La Metamorfosis. No es que haya despertado como Gregorio Samsa convertida en escarabajo, sino que poco a poco se aleja de las actuaciones “comerciales” y se acerca al ideal de una actriz seria.

-¿Qué frase de Nietzche te ha cambiado la vida?

“Que los débiles y los fracasados perezcan y se les ayude a bien morir”. Es la frase con que inicia El Amor a los Hombres... y yo no quiero ser una débil ni una fracasada, por eso trabajo todos los días en ello. Leo a Nietzche como un pensador objetivo y directo; no tengo la impresión de que sea un misógino, sino alguien que le tiene un amor excesivo al hombre y por lo mismo pretende una mejor humanidad. No fue perfecto, distaba de serlo, pero yo he crecido con su pensamiento, creo que mi primer libro fue de Nietzche, y si no fue de él, fue de Kafka.

-¿Cómo es que leyendo a Kafka y Nietzche ahora eres tan “rosa”?

En la medida en que procuras un lado positivo, también surge un lado oscuro en tu personalidad. Resulta que yo soy necia y obstinada; me enojo cuando no consigo mis objetivos.

-¿Leer a Kafka de niña te provocaba pesadillas?

Al contrario, ampliaba mi imaginación. Y ahora entiendo mucho de sus ideas sobre los procesos y la metamorfosis. Sucede que los cambios no son sólo físicos sino que a veces degeneramos en algo horrible por algún sentimiento.

-Ahora mismo, ¿en qué te estás convirtiendo?

En una mujer adulta, ja, ja. Tengo 22 años y todavía conservo algunos aspectos inmaduros: soy muy apegada a mis padres, sobre todo a las faldas de mi mamá pero cada día me descubro creciendo más.

-Como actriz, ¿qué metamorfosis vives?

-Me involucré en teatro clásico, algo que deseaba pero no lo veía cercano porque estaba encarrilada en proyectos juveniles o comerciales.

Sherlyn adquirió notoriedad a los 12 años por la película Elisa Antes del Fin del Mundo. Interpretaba a Elisa, una niña perspicaz y hasta lúgubre que almacenaba cucarachas para alimentar a su familia después del fin del mundo. Actualmente actúa en El Avaro, obra de Moliére que retrata a Harpagón, un hombre que atesora un cofre con diez mil escudos.

-¿Qué harías si tuvieras diez mil escudos?

Construiría una casa hogar para niños de la calle.

-En la sociedad de hoy, ¿somos más Harpagones (avaros) o más Alerios (idelistas)?

La sociedad de hoy es de acumular y acumular. Es difícil encontrar un hombre que persiga el amor antes que una buena cantidad de dinero... y es desolador para las mujeres.

-¿Por qué en particular para las mujeres?

Es desolador porque Walt Disney nos hizo una muy mala idea de lo que debe ser un príncipe azul; la vida real te enfrenta a situaciones que distan mucho de ese ideal. Aunque claro, también habemos muchas Marianas, mujeres interesadas y ambiciosas.

-Si te enteraras de que se acerca el fin del mundo ¿qué harías?

Iría a buscar a mi familia y amigos para irnos juntos a Cancún.

-En el juicio de este fin del mundo ¿cuál actuación pondrías como prueba de que mereces el cielo?

Creo que últimamente he hecho papeles serios que me validan, como en la película Llamando a un Ángel; pero también pondría mi actuación en el musical Vaselina porque era para niños y ya se sabe que los niños tienen las puertas del cielo abiertas. Sería un buen chantaje, ja.

-¿De cuáles actuaciones te arrepentirías?

De ninguna. Hay algunos proyectos que no fueron tan gratos pero me ayudaron a valorar los protagónicos que llegaron luego. Tener tu nombre en el camerino es una tontería pero también el resultado de todo el esfuerzo que has hecho, incluyendo esos trabajos no tan gratos.