Los afectados por el incendio de jacales en Zaragoza sur hace poco más de una semana, vuelven a levantar sus jacales y a colgarse de los postes de la CFE.
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Celia Femat Reyes lleva más de una semana de vivir de lo que los demás le quieran dar. Lo de menos para ella fue reconstruir su jacal con algunas tablas y cartones, lo difícil es no tener dónde cocinar y que su familia, integrada por diez personas, duerma amontonada en dos tarimas sostenidas por unos blocks.
A poco más de una semana de que 27 jacales se incendiaran en la Ampliación Zaragoza Sur, los vecinos comienzan a reconstruir sus casas. Por las noches, las calles sin pavimento se alumbran con los focos que hay en los patios de los jacales.
Celia asegura que los días son muy complicados para quienes lo perdieron todo. Dice que en el Centro Comunitario de la colonia dejaron de repartir alimentos y ahora ningún afectado tiene dónde cocinar porque las estufas ya son chatarra vieja.
“Sí nos han apoyado mucho. El alcalde José Ángel Pérez vino a traernos unos colchones y útiles escolares, además mucha gente de Torreón ha venido a traernos ropa y zapatos, nos regalaron unas tarimas también”.
Sin embargo, comenta que los damnificados necesitan más ayuda: “ahora vivimos de lo que la gente nos quiera dar. En el Centro Comunitario estaban dando comida pero ya no y por eso los vecinos que no perdieron sus casas nos invitan a comer y aunque nos dé vergüenza tenemos que aceptar”.
El jacal que ocupan Celia, su hermana María de Lourdes, su madre y siete niños, comienza a tomar forma aunque el piso sea de tierra. Unas personas les regalaron un sillón, dos tarimas, ropa y juguetes. “Son días muy difíciles para nosotros porque en las noches se siente frío y en el día un calor insoportable, pero nos tenemos que aguantar, no nos queda de otra”.
Amanda López Huerta es vecina de Celia. Ella también lo perdió todo, “gracias a Dios no nos ha faltado ayuda. Nos han regalado láminas, madera y la Presidencia Municipal nos dio unos colchones, cobertores y despensas, también mochilas y útiles escolares”.
Los muebles, dice, es lo que más les hace falta a las familias damnificadas, “ojalá y podamos terminar de construir el jacal en una semana más, lo que pasa es que nos faltan clavos, alambres y madera”.
