El poeta argentino Juan Gelman, que ganó ayer el Premio Cervantes 2007.
Confiesa el escritor argentino que sintió una gran emoción al enterarse de que fue el ganador del Premio Cervantes 2007
MÉXICO, DF.- El poeta argentino Juan Gelman, que ganó ayer el Premio Cervantes 2007, dijo que no siente una responsabilidad diferente a la de elaborar buenos textos porque vive para escribir poesía.
“A mí lo que me importa es el trabajo, no me importo yo, vivo para escribir poesía”, sostuvo el poeta de 77 años, quien confesó que su primera reacción al enterarse que había obtenido el galardón fue “una gran emoción”, que experimentó como una “suerte de conmoción”.
Hace exactamente un mes y ocho días que el maestro Gelman compartió con El Siglo de Torreón no sólo su obra en viva voz, sino su visión acerca de dos temas que han marcado su vida que son la poesía y la actualidad de América Latina: “...Mi hermano mayor tenía un gran amor por la poesía y por la literatura en general, nosotros no nadábamos en la abundancia pero él de alguna manera conseguía libros, y yo aprovechaba para saquearle de la biblioteca cuando él se iba, pero lo más importante en ese sentido es que solía recitarme poemas en ruso de Pushkin, yo tenía cinco o seis años, no entendía ni una sola palabra pero me atraía mucho el ritmo y la música. Lo acosaba cada rato pidiéndole que me recitara algo, todavía me acuerdo de algún verso de los que él me recitó y pasado el tiempo pienso que eso influyo en mí”.
Añadió Gelman en aquella visita a Torreón, que lo que lo hizo tomar la decisión de participar políticamente a favor de la guerra civil española tan manifiestamente fue que: “Cuando empezó la guerra tenía seis años, y ahí los niños juntábamos el papel de plata de las cajetillas de cigarros, el papel de plata de los chocolates y armábamos pelotas inmensas porque nos habían dicho que con eso se fundían balas para los republicanos, y bueno, después me di cuenta que eso se vendía de algún modo y de algún modo se convertía en balas para los republicanos, había pintas en el barrio, irundo, puntos todo eso y en casa también, es decir que mi padre era un republicano ferviente estaba a favor de la república española”.
Ahora, a 38 días de aquella visita a esta ciudad, Gelman se levanta como el ganador absoluto de uno de los premios más importantes de las letras: “Mi primera reacción fue de sorpresa; por lo que leí en los periódicos, los distintos candidatos son todos exitosos y los admiro”, señaló el argentino, quien atendió a una entrevista telefónica desde algún punto de la capital mexicana cuya ubicación prefirió no revelar.
“No encuentro las palabras, es una emoción muy intensa, intensísima”, señaló emocionado Gelman, radicado en Ciudad de México, para quien el Premio Cervantes “coloquialmente” es un “premio Nóbel de las letras españolas”.
Para el literato, el reconocimiento tiene mucho peso porque “significa Cervantes, significa el Quijote y las novelas ejemplares; en fin, muchísimas cosas para un hombre que se ha pasado la vida leyendo a Cervantes”. Gelman sigue escribiendo porque dice que a su edad “más que una vocación, es un vicio”.
“Yo no considero a la poesía como una profesión, la poesía es algo que llega cuando ella quiere y no es que uno la pueda invocar o convocar: nadie se sienta a escribir poemas porque quiere o porque se lo propone”, advirtió el poeta, autor de poemarios como Dibaxu, Salarios del impío, Incompletamente, Valer la Pena y País que fue Será.
A su juicio, la única “verdadera carrera” profesional que ha desempeñado es el periodismo, un medio con el que mantiene una estrecha relación, ya que es columnista de un diario argentino y colaborador de algunos mexicanos.
Nacido en Buenos Aires en 1930, Gelman vivió experiencias terribles, como el secuestro y asesinato de su hijo Marcelo y de su nuera Claudia, durante el régimen militar argentino.
En este sentido, el prolijo escritor reconoció que le tocó vivir una realidad muy cruda y difícil que no muchos han tenido que experimentar, lo que a la postre influyó en su trabajo: “Lo que mueve y crea obsesión en todo ser humano es la realidad misma. Lo que pasa es que cuando la realidad choca con el interior crea una especie de dentro-fuera, y si no... de ahí no sale poesía”.
Sin embargo, estableció que “como dijo (Octavio) Paz, la autobiografía real de un poeta (y la suya propia) son sus obras”.
Por el anuncio del premio no modificará su agenda para los próximos días, aseveró, razón por la cual la próxima semana dictará, como lo tenía pactado desde hace un tiempo, una conferencia en la Universidad de Guadalajara, en el marco de la Cátedra de Literatura Julio Cortázar.
El argentino piensa que “la literatura en lengua española sigue gozando de buena salud”, si bien considera que “hay cierta tendencia al inmediatismo que es casi negadora de la tradición”, la cual, por fortuna, “no es una tendencia general”.
Gelman, que viaja frecuentemente a Argentina a visitar a sus nietos y familiares, manifestó que entre sus obras la que guarda un lugar más cercano a su corazón es “la que voy a escribir algún día”.
El escritor
La memoria y el dolor impregnan con frecuencia la poesía de Gelman, cuya vida ha estado marcada por su militancia política y por las consecuencias que la dictadura argentina (1976-1983) tuvo para él y su familia.
■ Amenazado por la Triple A argentina, Gelman se vio obligado a exiliarse en 1975, primero a Italia, luego a Francia y más tarde a México.
■ El 24 de agosto de 1976, su hijo Marcelo y su nuera fueron secuestrados por militares argentinos cuando ella estaba embarazada de siete meses.
■ Su hijo fue torturado y asesinado por los militares, y tras 23 años de intensa búsqueda Gelman encontró a su nieta en Uruguay, donde había sido criada por la familia de un policía uruguayo.
■ Gelman, que en la actualidad reside en México, desarrolló desde el exilio una labor internacional de denuncia de las violaciones a los derechos humanos cometidas por el régimen militar argentino.
■ Su primera obra de poesía fue Violín y Otras Cuestiones (1956).
■ Luego vendrían títulos como El Juego en que Andamos (1959), Velorio del Solo (1961), Gotan (1962), Cólera Buey (1965), Los Poemas de Sidney West (1969) Fábulas (1971), Carta Abierta (1980), Bajo la Lluvia Ajena (1980), Hacia el Sur (1982), Com/posiciones (1983-1984), y Eso(1983-1984).
■ Con influencias de San Juan de la Cruz en algunos de sus libros, Gelman publicó también Hechos y Relaciones, Si Dulcemente (1980) y Dibaxu(1983-1985).
■ La última etapa de su obra poética refleja el dolor por sus amigos desaparecidos, la tierra lejana y el desarraigo del exilio. De esta época son: Anunciaciones (1988), Carta a mi Madre (1989), Salarios del Impío (1984-1992), La Abierta Oscuridad (1993), Incompletamente (1997) y Ni el Flaco Perdón de Dios (1997). Ha publicado más tarde En el Hoy y Mañana y Ayer (2000), Valer la Pena (2001) y País que Fue Será(2004).