“Nunca voto por alguien: siempre voto en contra de alguien”.
W.C. Fields
Ensenada, Baja California.- En esta ciudad la gente vota tranquila y sin problemas. Ensenada es una ciudad eminentemente turística. Está lejos de los centros más conflictivos de la votación de este día, especialmente Tijuana, que tiene a cerca de la mitad del electorado de Baja California y está más volcada a las fiestas de la vendimia que a la elección. Ayer Monte Xanic lleva a cabo su concierto anual al atardecer.
Pero los ensenadenses salen a votar por doquier. Ignoro en el momento de escribir estas notas cuál será el grado de participación del electorado bajacaliforniano, pero parece haber más interés hoy que en los comicios de los últimos años.
Los reportes desde Tijuana muestran ya los conflictos que pueden marcar este día electoral. Alrededor de treinta maestros han sido detenidos por policías municipales. Las autoridades municipales dijeron primero que el arresto era consecuencia de que los maestros llevaban propaganda política, pero después afirmaron que se habían involucrado en una riña. De hecho, los maestros forman parte del contingente de un millar de profesores que Elba Esther Gordillo ha llevado a Baja California para apoyar el esfuerzo electoral del Partido Nueva Alianza, el Panal, que apoya al candidato panista, José Guadalupe Osuna, de la Alianza por Baja California. Jorge Kahwagi, secretario general nacional de la organización y también boxeador, tiene un altercado con los policías municipales como consecuencia de esta detención masiva. Muchos señalan que estas aprehensiones demuestran la fuerza que Jorge Hank Rhon, candidato de la Alianza Para que Vivas Mejor, que incluye al PRI y al Partido Verde, sigue manteniendo sobre la presidencia municipal de Tijuana.
El viernes 3 por la tarde Osuna tiene una comida para sus colaboradores más cercanos de la campaña en un rancho cercano a Tijuana. Los invitados se muestran entusiastas y seguros del triunfo. El propio candidato se ve más cauto y preocupado. Está consciente de las dificultades de esta elección en la que se enfrenta a uno de los hombres más ricos y poderosos de México. El gran reto será sacar a la gente a votar.
Hank sufraga en Tijuana a eso de las 10 y media de la mañana. En una entrevista la semana pasada él me dijo que permanecería en su casa de Tijuana todo el domingo porque si fuera a Mexicali –“Cosa que tengo perfecto derecho de hacer”— se interpretaría de inmediato como una indebida intervención en el proceso.
A lo largo del fin de semana converso con mucha gente al respecto del proceso. Noto mucho más interés que en cualquier otra elección de los últimos años, más incluso que la de 1989 que llevó al triunfo de Ernesto Rufo, la primera victoria del PAN en unos comicios para gobernador en la historia del país. Poca gente habla de los temas fundamentales de la campaña. Todas las conversaciones se centran en Hank. No hay duda de que es la personalidad que ha dominado esta elección. Como ocurrió en los comicios presidenciales de 2006, cuando los ciudadanos votaron a favor o en contra de Andrés Manuel López Obrador, los bajacalifornianos votan a favor o en contra de Hank. El otro candidato no parece ser realmente significativo.
Entre la clase media, mucha gente manifiesta su preocupación acerca de la posibilidad del triunfo de Hank, cuyas declaraciones generan escándalo y a quien acusan de estar coludido con el narco sin mostrar nunca pruebas concretas. En los barrios populares, no obstante, hay mucha admiración por un hombre al que se percibe como poderoso. Incluso en la clase media, algunos señalan que ante la falta de cambios después de 18 años de gobiernos panistas, quizá haya que darle nuevamente una oportunidad al PRI.
Al terminar este artículo no hay, por supuesto, ningún resultado disponible: ni siquiera las encuestas de salida, que se darán a conocer al cierre de las casillas, a las seis de la tarde hora local, que son las ocho de la noche del centro de la República. La tensión es grande. Todos los participantes se dan cuenta de que éstas pueden ser las elecciones más importantes de los últimos años en el estado.
Casi todo el mundo dice que el proceso no terminará este domingo. Suponiendo que se registre una distancia suficiente entre el primer y el segundo lugar para que se adelante un ganador, es de esperarse que haya impugnaciones ante las autoridades electorales. Lo más probable es que las protestas lleguen al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Quizá la parte más positiva de lo que está sucediendo en Baja California es que pueda surgir una sociedad más politizada. Como consecuencia en parte del arribo constante de inmigrantes del centro y el sur de México, los cuales tienen muy poco arraigo en sus nuevas comunidades, hay poca participación en la vida pública. Estas elecciones, con la atención que han generado, podrían convertirse en catalizador de esa mayor participación en la política que es indispensable para construir mejores sociedades.
QUEMA DE CASILLAS
Un grupo radical prendió fuego a cuatro casillas electorales en Juchitán, Oaxaca. Los manifestantes quisieron justificar la acción diciendo que las autoridades no cumplen con sus promesas. El resultado, sin embargo, es impedir que los ciudadanos ejerzan su derecho a elegir a sus diputados locales en un distrito en el que el PRI parecía destinado a ganar. Qué fácil forma de impedir que la gente vote. Lo peor de todo es que la Policía municipal no impidió la quema.