Se encontró a trabajadores del Municipio afinando algunos detalles en la Plazuela Baca Ortiz, que fue entregada este lunes.
Se dieron los últimos toques a la Plazuela Baca Ortiz ya que este martes trabajadores del Ayuntamiento se encontraban realizando trabajos de jardinería. En un sondeo realizado con los comerciantes de la zona, éstos se mostraron satisfechos por la remodelación aunque declararon que sí les afectó la obra ya que –argumentaron- “no se tenía ni para comer”.
En un recorrido que realizó este matutino por la recién reinaugurada plazuela, se constató que aún quedan detalles por afinar, por ejemplo, terminar de barrer la tierra del piso que se hizo con la remodelación así como algunos detalles en la jardinería.
Este martes, como desde febrero, los peatones que pasaban tradicionalmente por este lugar se volvieron a sentar en las bancas y admiraron la obra de remodelación, ya sin máquinas que levantaran polvo y piedras.
En este sitio había las personas que usualmente se quedan en la plancha de este lugar: comerciantes, personas de la tercer edad, indigentes e indígenas, además de personas que vienen de los poblados que se encuentran cerca de la ciudad.
Muchos de ellos comentaban sobre las obras; solamente decían que se veía limpio y recién pintado, además de que los jardines ya no eran los mismos porque había nuevas plantas y barandales.
A pesar de que es temporada vacacional, había movimiento de personas, los músicos situados en donde siempre y los comerciantes acomodándose en los nuevos puestos que les “regalaron” las autoridades municipales.
Se llegaron a contar pocos recipientes para depositar la basura, por lo que debajo de las bancas se observaron envolturas de chicles así como colillas de cigarros, polvo y tierra.
También se logró ver a trabajadores del Municipio trabajando en bombas y jardines, ultimando detalles de la remodelación.
Por su parte, elementos de la Policía Preventiva así como Canina custodiaban la zona perimetral de la plaza, en espera de detectar irregularidades en el lugar, por lo que algunos niños que paseaban se atemorizaban al ver al animal.
A pesar de que algunos querian que la plazuela fuera tipo “Garibaldi” que se localiza en la Ciudad de México, lejos de ello, reunió a todos los refugiados que, como se indica, provienen de diferentes poblados.
Según la opinión de varios peatones, si a la plazuela se le quiere convertir en un lugar turístico, será necesario quitar la estación de camiones mixtos que provienen de estos poblados; de lo contrario, dijeron que la plaza será utilizada como una sala de espera y un hotel para refugiarse del sol o de la lluvia.
Los paraderos de los autobuses lucen saturados de niños que desean sentarse en las bancas remodeladas.
Hay pocos depósitos de basura por los pasillos principales, por lo que esto a la larga generará un problema porque no hay el suficiente espacio para que los visitantes tiren los residuos en dichos contenedores, además de la propia basura que generan los comerciantes.
Las fuentes se encontraban apagadas y aún se podía percibir el olor a pintura fresca, además de los manchones que se dejaron en el piso del color azul que evidencian la premura por terminar de pintar lo más pronto posible.
OCUPANTES
Benjamín Rodríguez, quien tiene 50 años de cantante, comentó que para él no tuvo ninguna afectación la remodelación de la plazuela, por lo que ahora se muestra satisfecho debido a que espera que la gente venga a visitar a los músicos.
“Se ve mejor la plazuela, por lo que se espera que se tengan más visitantes y a nosotros nos pueda ir mejor porque les va a gustar cómo quedó el lugar; a nosotros no nos afectó la remodelación porque tenemos nuestra clientela”, opinó.
Para algunos comerciantes, la donación del puesto que les dio en comodato el Municipio es una gran ayuda aunque no se pueden mover a otro lugar, por lo que esperan que sí se les vendan los productos que expenden.
“Quedó mejor que antes, pero con la remodelación casi nos estábamos muriendo de hambre; muchos de nosotros no podíamos salir a vender porque necesitábamos de un mueble y no lo teníamos por lo que apenas nos estamos acomodando para ver qué reacción tenemos con la gente”, expresó María del Rayo López Veloz, de 47 años, de oficio comerciante.
Otros de los comerciantes dijo que tenían problemas por el lugar en donde los ubicaron por lo que esperan que la gente llegue a comprar sus productos que en su mayoría son fritangas, dulces y comida.
“Todo el día trabajamos para sacar para comer, por lo que espero que la gente venga a comprar debido a que estamos lejos de la pasada; estamos batallando porque nos cambiaron de lugar”, manifestó Socorro Ávalos Rodríguez, de 49 años.
Finalmente, la inversión de la remodelación de la obra fue de 11.2 millones de pesos que sirvieron para colocar 33 arbotantes, siete mil metros cuadrados de piso para andadores, la plantación de 60 árboles de las especies trueno y fresno, además diez palmas, dos bases para los músicos y seis refugiatones; asimismo, se entregaron 34 puestos y diez bolerías, cuyo costo fue de 25 mil pesos por local.