En la última semana los torreonenses hemos sido testigos de la polarización de las relaciones entre Gobierno del Estado y Municipio, el pretexto: el futuro del Distribuidor Vial Revolución (DVR). Desde hace varios meses el pleito entre ambas autoridades era evidente, cuidando algunos matices, sin embargo en los últimos días las formas se perdieron y se hizo público lo que bien pudo haberse solucionado en lo privado.
Dejando a un lado las formas, el procurador del estado Jesús Torres Charles llamó “ignorante” al alcalde, José Ángel Pérez, mientras éste declaró que “papelito habla” y ahora todos los acuerdos con el gobernador, Humberto Moreira, van a ser por escrito para que se respeten. Al ring político se subió Homero Ramos Gloria, secretario de Gobierno del Estado, quien llamó “caprichoso” al alcalde.
Por su puesto en la guerra de declaraciones también estuvo Rodolfo Walls Aurioles, secretario del Ayuntamiento y Eduardo Olmos, secretario para el Desarrollo Regional de La Laguna. Vaya, hasta Rubén Moreira, presidente del PRI en Coahuila, se lanzó contra el alcalde. Todo esto mientras los ciudadanos se preguntan ¿quién va a pagar la reconstrucción del DVR?, ¿cuándo se terminarán las obras pendientes?, ¿cómo van las estrategias de seguridad?, y un rosario de pendientes que tienen las autoridades por resolver.
Los ciudadanos en su mayoría ya están cansados de este enfrentamiento político que no deja nada bueno para Torreón. De ahí la urgencia de que las autoridades estatales y municipales dejen de comportarse como niños que se pelean en el arenero y se pongan a trabajar por el bien de la población. La mejor campaña que puede tener un político es su trabajo y no las grillas, ni los espectaculares.
El pasado sábado en el programa Contextos del Grupo Radio Estéreo Mayrán, el secretario de Gobierno Homero Ramos Gloria, así como Rodolfo Walls Aurioles, aceptaron que el enfrentamiento a través de descalificaciones en los medios de comunicación nada aporta al desarrollo del Municipio. Ambos firmaron la pipa de la paz, comprometiéndose a privilegiar el diálogo. Sin embargo, ambos son subordinados del gobernador y el alcalde, por lo que será responsabilidad de Humberto Moreira y José Ángel Pérez, construir en realidad puentes de comunicación y dejar a un lado un enfrentamiento estéril que como mala telenovela ya comienza a aburrir.
