Charros cargan el feretro de Antonio Aguilar afuera de la catedral, después de la misa en su honor en Zacatecas. (EFE)
Su mundo no era el de los toros, pero realizó el paseillo final por las principales calles del centro histórico de Zacatecas, antes de reposar en lo que será su última morada, el rancho El Soyate, donde nació y ahora regresa.
Antes, a las 11:00 horas, el féretro de Antonio Aguilar salió del teatro Fernando Calderón entre la multitud, para ser trasladado a escasos metros, a la catedral Basílica donde se ofició la misa de cuerpo presente.
Al funeral llegaron amiliares del cantante, así como artistas, entre ellos Vicente Fernández, quien declaró: "cantantes hay muchos pero amigos pocos, y hoy vengo a despedir a un amigo". Después Fernández realizó una guardia de honor de media hora.
El cantautor Guadalupe Esparza, del grupo Gigante de América y ex de Bronco, así como Guadalupe Pineda, también han acudieron a dar el último adiós a Antonio Aguilar.
En las afueras de la catedral de la ciudad se instalaron pantallas gigantes por las que cerca de tres mil personas pudieron seguir la ceremonia religiosa.
La eucaristía fue oficiada por el sacerdote y amigo de la familia Aguilar desde hace más de 50 años, Rafael de la O Collazo.
Durante la ceremonia religiosa los hijos de El charro de México, pidieron al público y a los amigos guardar "una imagen alegre de nuestro padre, no dejen que entre la tristeza".
Algunas asociaciones nacionales de charros llegaron en una cabalgata al lugar.
Después de la misa, el cortejo fúnebre con los restos de Antonio Aguilar recorrió las principales calles del centro histórico, para luego partir a su rancho El Soyate, ubicado en Tayahua, en el municipio de Villanueva, lugar de su última morada.
Las expresiones de dolor y admiración se repitieron desde la llegada de los restos del llamado Charro de México a la tierra que lo vio nacer.
"Hasta el cielo está llorando", decían muchos de los más de 25 mil zacatecanos que en medio de la lluvia esperaron anoche la llegada de los restos de Pascual Antonio Aguilar Barraza -su nombre de pila-, quienes se postraron desde el aeropuerto Leobardo C. Ruiz, ubicado en el municipio de Calera, hasta la capital.
La gente abarrotó las calles del Centro Histórico para poder darle el último adiós al intérprete de "un puño de tierra", en el Teatro Fernando Calderón, donde el cuerpo permaneció expuesto al público toda la noche.
Las florerías no cerraron. "Es más, se me hace que se van acabar todas las flores que hay en Zacatecas", eran los comentarios que se escuchaban de la gente, al ver que casi entrada la media noche seguía el desfile de arreglos florales, justo cuando llegaba uno con la leyenda que decía: "Lucero y mamá".
Dentro de los arreglos más vistosos estaba el enviado por la familia de la gobernadora Amalia García Medina, así como de personalidades del medio artístico a nombre de Guadalupe Pineda, Fernando Familiar, Armando Manzanero y las disqueras Sony y BMG.
Aunado a los cientos de rosas y flores que el pueblo zacatecano depositó.
Esperaron toda la tarde la llegada del "hijo predilecto". Muchos llevaban cartulinas con mensajes de apoyo, otros entonaban la música de Antonio Aguilar y algunos derramaban lágrimas en el último adiós.
Fue hasta las 23:00 horas cuando el cuerpo del cantante arribó al Teatro Calderón, mientras que la internacional Banda de Música del Estado lo recibió con "La Marcha de Zacatecas".
Una hora más tarde, llegó Pepe y Toño Aguilar acompañados de la gobernadora Amalia García para montar una guardia de honor.
El charro se encaminó hacia su última morada entre vivas, muestras de admiración, muchas, pero también en medio de tristes recuerdos.
