El grupo armado de “Los Zetas” planeó atacar la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO). Su intento para golpear a la fiscalía mexicana antimafia contemplaba secuestrar y asesinar a los fiscales encargados de investigaciones en contra del cártel del Golfo y matar a los testigos protegidos que colaboran con la Procuraduría General de la República (PGR).
El plan de Los Zetas, los mismos que presuntamente emboscaron la semana pasada a un contingente de marinos en Tampico, Tamaulipas, estuvo precedido, según las declaraciones del testigo protegido “Karen”, de una labor de inteligencia desarrollada por una célula que comandó hasta antes de su captura José Luis Reyes Enríquez, El Rex o Z-12, y que tenía entre sus integrantes a taxistas de la ciudad de México.
Las declaraciones del testigo protegido que posee la PGR señalan que José Luis Reyes Enríquez, El Rex o Z-12, era el “comandante” de Los Zetas en la ciudad de México -“la ciudad del humo”, como le llaman-, y quien se encargaba de obtener toda la información gubernamental sobre operativos que fuera a realizar la SIEDO contra el cártel del Golfo.
“También sacaba las credenciales de la AFI que nosotros utilizábamos, placas para vehículos, guardaba cocaína que llegaba del sur y luego la trasladaba a la frontera, primero a Valle Hermoso y de ahí a Nuevo Laredo para pasarla posteriormente a Estados Unidos”, de acuerdo con el testimonio de Karen.
La versión del ex miembro de Los Zetas señala que en abril pasado tuvo información de que el grupo criminal se encontraba “reclutando muchos soldados en diferentes lugares y que se estaban reagrupando en Coatzacoalcos, Boca del Río y Cardel, en Veracruz, y en Campeche, para posteriormente llegar a la ciudad de México, donde se encontraba El Rex o Zeta-12 hasta antes de su arresto ocurrido en junio pasado.
La intención de ello, según declaró Karen a los fiscales de la PGR, “era ponerse en contacto con El Rex o Zeta-12, porque él ya tenía ubicados a las oficinas y a los agentes del Ministerio Público Federal de la SIEDO, así como a testigos entre los cuales me encuentro yo, para que nos mataran, que iban a hacer ‘un baile grande’”.
“El Rex o Zeta-12 trabaja con varias células de sicarios en la ciudad de México y el estado de México, cuenta con alrededor de 25 a 30 hombres, quienes no todos andan armados ya que realizan labores de inteligencia, como es el de hospedarse en hoteles cercanos a la SIEDO y las casas de seguridad donde están los testigos protegidos, a efecto que nos vigilen y recabar la información de nuestras actividades y saber si portamos armas”, explicó Karen.
Tienen, aseguró, a gente trabajando como taxistas, quienes vigilan el edificio de la SIEDO y siguen a las personas que les indican para que ellos posteriormente, con esta información, pueden actuar y atentar en nuestra contra, así como contra el personal de la SIEDO.
