Autoridades del ISSSTE recomiendan no comer en la calle, para evitar diarreas.
El Siglo de Durango
El ISSSTE ha detectado en los últimos cuatro meses 759 casos de gastroenteritis, producida por microbios que se contagian debido principalmente a medidas sanitarias deficientes que incluyen drenaje, agua potable y por comer alimentos en la calle.
Así lo informó el director del Hospital “Santiago Ramón y Cajal” del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) Antonio Díaz Guerrero, quien añadió que de estos casos solamente 35 son en niños de uno a cuatro años de edad, y recomendó a los padres de familia extremar el cuidado en menores de edad, que son los más vulnerables en este tipo de enfermedades.
LAS CONSECUENCIAS
Agregó que en el niño con gastroenteritis se le conoce también como el síndrome diarreico por lo cual debe evitarse la deshidratación, ofreciendo suero oral, tanto como sea necesario, vigilando estrechamente las condiciones clínicas y el peso del pequeño. Los síntomas de deshidratación que deben vigilarse continuamente son: irritabilidad, mollera hundida, ojos sin lágrimas y hundidos, poca orina.
El especialista añadió que al niño con síndrome diarreico debe evitarse la desnutrición y es muy importante saber que la enfermedad empeorará un estado previo de desnutrición, que llevará a un crecimiento físico y neurológico deficiente.
“Es indispensable que durante la enfermedad, el niño continúe alimentándose, y siempre manteniendo una calidad y balance de sus necesidades, evitando una conducta muy generalizada que lleva a que los niños con síndrome diarreico reciban una alimentación a base de carbohidratos (como té, atoles, pan blando, sopa de pastas, etc. ) y no reciban alimentos con proteínas y grasas que llevan a malnutrición o desnutrición y agrava un estado físico deficiente”, puntualizó.
TRATAMIENTO
Por otra parte, indicó que si este tipo de enfermedades reinciden en un niño hay que acudir de inmediato a consulta con su médico familiar ya que puede presentarse un cuadro de desnutrición que afecta el sano desarrollo físico y mental en el infante.
“La clave para un crecimiento sano y un desarrollo óptimo en los niños es la responsabilidad directa de los padres, quienes deberán cuidar los alimentos que sus hijos consumen dentro y fuera del hogar, inculcándoles buenos hábitos alimenticios, llevándolos periódicamente al médico familiar o pediatra para controlar su peso, talla y desarrollo en general”, manifestó.