Monseñor José de la Soledad oficiando una misa en la Catedral del Sagrado Corazón de Jesús en Obregón, Sonora, en 1960.
El Siglo de Durango
EL SALTO, P.N., DGO.- Sus ilusiones y proyectos para difundir el Evangelio eran muchos, pero Dios tenía otros planes: lo quería a su lado. Monseñor José Soledad de Jesús Torres Castañeda, primer obispo mártir de México.
Como cada primer domingo de marzo en la ermita erguida en recuerdo de Torres Castañeda se celebra una misa en memoria de quien fue el primer obispo de la Diócesis de Ciudad Obregón, Sonora, y además sirvió en Gómez Palacio y Tepehuanes.
Ya se cumplen 41 años de la muerte de este servidor, primer obispo mártir de México, nacido en Río Grande, Zacatecas, el 29 de marzo de 1918. Hijo de don Leovigildo Torres y doña María de Jesús Castañeda.
UN MÁRTIR
Pocos años permaneció en su Diócesis en el cumplimiento del mandato de Cristo, ya que después de una visita que hizo a Durango partió de regreso en su automóvil con rumbo a Obregón, ciudad a la que nunca llegó.
Es de recordar que después de varios días de buscar al prelado, sin ningún resultado positivo ni negativo, el periódico El Siglo de Torreón, con sede en Torreón, Coahuila, el 16 de marzo de 1967, señalaba: “No hallan al prelado. Se robustece la creencia de que fue secuestrado”; así quedaba descartada la posibilidad de que el Obispo de Obregón haya sufrido algún accidente.
“Lo anterior se puso de manifiesto anoche, cuando de hecho terminaron las investigaciones que centenares de personas venían practicando con el objeto de localizar al desaparecido... pues se peinaron todas las quebradas y barrancos sobre la carretera Durango-Mazatlán y los resultados fueron negativos”.
El 26 de marzo de 1967, el matutino anuncia: “Hallan el cadáver del obispo Torres C. Falleció estrangulado. Su cuerpo estaba enterrado en un aserradero llamado Los Bancos, situado en el kilómetro 11-21 de la carretera Durango-Mazatlán por el campesino Leopoldo Medina Martínez, jefe de cuartel de Los Blancos, y su pariente Juan Santos Molina”.
“En esta forma termina la primera etapa de la sensacional búsqueda del prelado, iniciada desde el cuatro de marzo cuando ocurrió su desaparición...”.
Fue secuestrado, torturado y asesinado en la carretera Durango-Mazatlán, cerca del Espinazo del Diablo y llevado a la Sierra de Los Altares.
ALGO DE HISTORIA
Monseñor Torres Castañeda nació en Río Grande, Zacatecas, el 29 de marzo de 1918; fue ordenado sacerdote el 4 de abril de 1943 y consagrado primer obispo de la Ciudad Obregón, Sonora, el 25 de febrero de 1960.
Desde la edad de 15 años ingresó al Seminario Conciliar de la ciudad de Durango, en 1933 y poco después José de la Soledad se fue a refugiar a San Juan de Guadalupe con el padre don Tomás Delgado, debido a la persecución religiosa provocada por los presidentes Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas, pues el Seminario cerró sus puertas.
En 1935 siguió sus estudios sacerdotales de seminario en San Luis Potosí; en 1943, canta su primera misa el 8 de abril en la parroquia de Santa Elena de la Cruz, de su tierra natal, en tanto que la parroquia de Santa María de Guadalupe, en Gómez Palacio, fue su primer destino, donde permanece como vicario cooperador del cura José Ángel Andrade.
En 1951 su virtud y celo apostólico le valieron el ser designado párroco y vicario foráneo de Santa Catalina de Tepehuanes, donde permaneció cinco años. De ahí fue cambiado a la ciudad de Gómez Palacio, a la parroquia de Santa María de Guadalupe.
Fue el 30 de noviembre de 1959 cuando el papa Pablo VI lo designó como primer obispo de la nueva Diócesis de Obregón, siendo consagrado el 25 de febrero de 1960 por el delegado apostólico de la ciudad de México, Monseñor Luigi Raimondi, en la Catedral del Sagrado Corazón de Jesús.
Luego de varios años de pastorado y constante acercamiento con El Vaticano, el 24 de febrero de 1967, celebra el séptimo aniversario de su consagración episcopal y acepta la invitación para asistir al cantamisa del recién ordenado sacerdote Rafael Gaytán Corral, a quien el Obispo obregonense conoce desde que eran niños.
LA GREY LE RECONOCE
Monseñor José Soledad de Jesús Torres Castañeda fue defensor de los pobres y obreros, además de distinguirse por su amor, justicia y caridad para todos.
Destaca su amor extraordinario a la santísima Virgen y su adhesión inquebrantable al vicario de Cristo, Juan Pablo II.
Trabajó con enorme intensidad en los lugares en donde le tocó servir y amó sobremanera a sus sacerdotes y religiosas.
Sus allegados refieren que constantemente ejercitó la piedad, el celo apostólico, la fortaleza y la paciencia.
Invitación generalizada
Desde el sábado comienzan a llegar personas de diversos lugares a la ermita que se erigió a pie de la carretera Durango- Mazatlán, en territorio de Pueblo Nuevo.
El lugar se ubica antes de llegar a El Palmito, hay una cruz grande y está a pie de carretera. En estos días es difícil no dar con el sitio pues la gente comienza a llegar desde el sábado con peregrinaciones y arreglos florales a rendir pleitesía a monseñor José Soledad de Jesús.
Sobre todo, el lugar se llena de ciudadanos de El Salto y en muchas ocasiones hay quienes vienen desde Obregón, Sonora, a la ermita erguida en honor de quien fuera obispo de dicha Diócesis.
Este domingo en punto de las 12:00 horas se llevará a cabo una misa en memoria del siervo de Dios de origen zacatecano, por lo que se hace una invitación generalizada a participar en ella.
A detalle
Lugares donde sirvió el prelado.
Río Grande, Zacatecas
Tepehuanes, Durango
Gómez Palacio, Durango
Obregón, Sonora
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.