BANDERAZO DE SALIDA.- Sue Vickford era una vecina mía de 17 años de edad en Corpus Christi, Texas, que fue a Londres con su hermano Jerry y sus papás, y cuando regresó escribió un resumen de las impresiones de su viaje... Escribió un buen número de cuartillas, y tuvo la gentileza de dármelas a leer. En la primera página escribió lo siguiente: “Escribo este diario para contestar a las preguntas que nos harán todos ustedes sobre nuestro viaje. Ustedes querrán saber qué hicimos, a qué lugares fuimos, qué comimos, qué nos gustó más y qué no nos gustó, cómo estaba el tiempo, qué nos sorprendió, a cuáles espectáculos asistimos. Bien. Aquí están contestadas todas esas preguntas, y muchas más. Así, hagan el viaje con nosotros”.
CURVA PELIGROSA.- A continuación, comienza a narrar su viaje desde el momento en que salieron de casa rumbo al aeropuerto, volar a Nueva York y de allí a Londres, el ambiente en el avión, lo que comieron, el tiempo que hicieron volando a la capital inglesa, su impresión sobre algunos pasajeros... Y después, ya en Londres, hace pequeñas anotaciones sobre lo más importante o curioso de cada día. Un ejemplo típico es el siguiente: “Julio 6. Hoy nos levantamos tarde. Desayunamos jugo de naranja, huevos tibios (mamá los pidió con tocino y Jerry con salchichas), pan con mantequilla y mermelada, y café con leche. Papá y mamá se fueron al Museo Británico y Jerry y yo preferimos volver a Oxford Street a hacer más compras. Como siempre, seguimos el sistema que nos impusimos: separarnos para que cada quien ande a gusto y encontrarnos dos horas después en un lugar predeterminado. Yo compré una falda escocesa y una gorra con pompón que envidiarán todas mis compañeras, y Jerry compró un bombín, que lo hace ver muy inglés. Comimos sándwiches en un restaurante griego y a las cuatro nos reunimos con nuestros padres para comer en forma. Por la noche todos fuimos a ver Los Miserables, una obra teatral que a mí no me gustó aunque la crítica la alaba mucho. Jerry estaba fascinado”.
RECTA FINAL.- Junto con el relato de su viaje, Sue Vickford muestra algunas fotos que tomó y tarjetas postales que compró. No tomó muchas fotos, y no se preocupó de museos y estatuas, pero sí de las calles londinenses, de la gente comprando, charlando, abordando los autobuses de dos pisos, todo lo que da idea de la agitada vida de la capital inglesa, así como de vendedoras de flores, de castañas asadas, de jóvenes punk (uno le sacó la lengua)... Hace un relato completo del hotelito donde se hospedaron y del entorno que lo rodea. Habla de sus impresiones del río Támesis, de la visita que hizo con Jerry a varios pubs, de la comida que comieron en varios restaurantes... Le dije a Sue que hacer aquel diario había sido una idea magnífica, y la animé a ampliarlo con más detalles.
META.- Ella se quedó pensando en lo que le dije, y me contestó, algo apesadumbrada, que entonces iba a escribir un libro, y yo le dije que sí, que de eso se trataba porque tiene una bonita redacción, sus impresiones son frescas y animadas, y uno disfruta realmente su viaje llevado de su mano... Sue me dijo que lo haría, y hablamos sobre eso durante un buen rato, y ella se interesó en saber cómo podía desarrollar su obra... Mi familia y yo regresamos a México y perdí el contacto con Sue Vickford. Creo que nunca escribió su libro. Lo he buscado en las librerías, pero no lo he encontrado hasta hoy.
