BANDERAZO DE SALIDA.- El autor de los dos mejores libros que se han escrito sobre La Habana vivió en Londres hasta su reciente muerte. Se trata de Guillermo Cabrera Infante cuyas obras Tres Tristes Tigres y La Habana Para un Infante Difunto captan, como pocas obras, el ambiente de la capital cubana antes de Fidel Castro, su gente, el caló natural de los cubanos, el ritmo de su música, sus tristezas y sus alegrías... Cabrera Infante murió a los 76 años de edad, vivió con su esposa Miriam durante 40 años en el barrio Kensington de Londres. Cerca vivían sus hijas y nietos, y él solía reunirse con viejos amigos a cenar y a charlar... Le gustaba caminar por el barrio, de varias plazas arboladas, y vivía a sólo dos manzanas de la casa de Ava Gardner, a la que veía a menudo siempre mal vestida. Por allí también se hospedaban Gene Kelly, Orson Welles y la princesa Diana, cuyos hijos eran asiduos a una pizzería cercana.
CURVA PELIGROSA.- Cabrera Infante se autoexilió en la capital inglesa cuando Castro se apoderó de Cuba, y aunque se naturalizó británico siguió siendo tan cubano como siempre. Sus libros, por supuesto, están prohibidos en Cuba, pero él siguió fumando sus grandes puros y hablando como el mejor cubano de la Vieja Habana... Poco antes de morir escribía otra novela Ninfa Inconstante, que es también del más puro ambiente cubano y se desarrolla en el barrio de El Vedado. Escribió el principio y el final, y estaba trabajando en el cuerpo de la obra... El laureado escritor, que dio charlas sobre su obra y literatura en colegios y centros intelectuales de Inglaterra y otros países europeos, siempre escribió en su vieja máquina de escribir. “No me acostumbro a la computadora”, solía decir. “Cada vez que veo la pantalla del monitor espero ver una película”.
RECTA FINAL.- Opinaba: “La literatura es un ejercicio individual y un gran campo de juego. No importa la realidad que rodee al escritor, sino su versión personal, pues de otra manera la literatura sería una monotonía espantosa”... Hijo de padres muy pobres, con su hermano Sabá se aficionó desde muy chico al cine. “Vivíamos en una casa muy humilde en el pueblo de Gibara, y mi madre nos decía en la tarde: ¿Sardina o cine?, y siempre preferimos al cine, aunque nos quedáramos sin cenar... Después nos fuimos a La Habana y vivíamos también muy pobremente en la calle Zulueta 408. Allí descubrí el encanto de la literatura, cuando un profesor nos contó la historia de un viajero que había dejado durante muchos años la isla donde vivía, y al regresar sólo lo reconoció su perro. Siempre me han gustado los perros y quise leer la historia. Entonces supe que se trataba de La Odisea y la Aventura de Ulises al Regresar a Itaca”.
META.- A pesar de su larga permanencia en Londres, y a que vivía bien, Cabrera Infante soñó siempre con volver a Cuba, pero decía que lo haría cuando terminara el régimen comunista de Fidel Castro. “No seré de los primeros en volver, porque eso es lo que deben hacer los economistas, ingenieros, profesores, constructores, los capitanes de la industria privada para reconstruir al país. No los escritores”... Cabrera Infante era un apasionado del cine, y con su hermano Sabá produjo varios documentales. Cuando su hermano murió, él se retiró al poco tiempo de esa industria... De este genuino escritor cubano se han publicado artículos y entrevistas en los principales periódicos de Estados Unidos y Europa. El último libro biográfico que se escribió de él es de Raymond Saouza y se titula Dos Islas y Muchos Mundos.
