BANDERAZO DE SALIDA.- Posiblemente: No, en cinco sílabas. * La mujer ha evolucionado mucho en los últimos cincuenta años y, curiosamente, siempre han sido las artistas de cine las que han determinado sus principales características de belleza, forma de vestir, estilo, peinado, y hasta la forma de actuar y comportarse. Por eso, para conocer la transformación de la mujer y sus avances más notables, sólo hay que echar una ojeada retrospectiva a las grandes actrices del cinematógrafo... En los años 40, por ejemplo, la mujer era muy romántica y formal, y la actriz que mejor la representaba en aquellos años fue Vivien Leigh, cuando todavía era muy jovencita Elizabeth Taylor.
CURVA PELIGROSA.- En los años 50 hubo dos tipos de mujer: la clásica, como Grace Kelly e Ingrid Bergman, y la sensual y voluptuosa como Brigitte Bardot, Kim Novak y la inolvidable Marilyn Monroe, con curvas, cabello rubio, y mucho sex appeal... En los 60 se puso de moda la mujer elegante, y la imagen de Jacqueline Kennedy tuvo mucho que ver. También en esos años algunas inglesas influyeron en la moda y la imagen de la mujer, como la súper delgada Twiggy, la modelo Juan Shrimton, y la sensual rubia Julia Christie. Fue una época de gran revolución, porque las modelos tuvieron que estilizar y adelgazar su figura.
RECTA FINAL.- En los 70 hubo una figura que destacó sobre las demás, Farrah Fawcett, de la que muchas mujeres copiaron su peinado y ropa. El peinado en capas al estilo Farrah, sus ojos azules y sus grandes dientes fueron la imagen femenina de esos años, en los que en mucho se parecían también Faye Dunaway y Goldie Hawn... En los 80 comienza a notarse un cambio, y las mujeres que llaman la atención no son tan glamorosas ni espectacularmente bellas como sus antecesoras. Y así destacan Jessica Lange, Isabella Rossellini, Paulina Porizkova y Sonia Braga. Ahora parece que lo importante es la inteligencia y la personalidad.
META.- En los 90 se da un cambio completo. Ya no son importantes la belleza de la cara y del cuerpo, y lo feo se hace bonito. Angélica Houston tiene una nariz rarísima y a veces se ve realmente fea; la actriz Elien Barkin tiene un rostro totalmente asimétrico, pero sexy, la altísima Sigourney Weaver es la antítesis del glamour femenino: filma sin pizca de maquillaje, y acepta que la vean con ropas arrugadas, despeinada y al natural... Hoy, definitivamente, la imagen de la mujer que triunfa es original, rara, diferente y llena de sorpresas. Hoy nadie quiere parecerse a nadie ni de imitarla, sino ser única aunque, como siempre, nunca faltan mujeres sin imaginación que se convierten en copias al carbón de otras.