BANDERAZO DE SALIDA.- De todos los restaurantes elegantes de París, el más famoso y antiguo es sin duda alguna “La Tour d’ Argent”, construido en 1581 en un lote baldío, junto al convento de los Bernardinos... Al principio funcionó como simple cabaret, y era visitado por gente del campo, pero poco a poco fue mejorando tanto en su presentación como en clientela y comida. Se dice que el espaldarazo definitivo se lo dio el rey Henry III, quien se presentó varias veces a comer allí, y a quien por distinción servían en una mesa con manteles finos, loza y cristalería especial... Cuando Henry III se casó con Catalina de Médicis, comenzó una época llamada de “arte florentino” que se extendió a la mesa, y por eso las visitas del rey a “La Tour d’Argent” fueron de gran importancia para la fama de dicho establecimiento.
CURVA PELIGROSA.- Se afirma que un libro entero no bastaría para describir todo lo que ha sucedido en ese restaurante, ni para mencionar a todos los personajes famosos que han ido a comer allí... La cocina de “La Tour”, como es llamado el lugar entre sus habituales, ha ido cambiando. Su actual propietario, Charles Terrail ha logrado lo que para los gastrónomos es la perfección misma, y los platillos que ofrece ahora son, como alguien dijo, finos y frágiles, y van desde las más ricas carnes hasta los más deliciosos pescados y mariscos, pasando por sus sopas, aves, ensaladas, entrantes y postres... Algo tradicional en “La Tour d’ Argent” siguen siendo sus patos preparados en forma secreta y sensacional, cuya receta nadie ha revelado jamás.
RECTA FINAL.- Los patos que se sirven en “La Tour” están numerados según se sirven, y la última visita del Aga Khan a dicho restaurante, hace ya varios años, fue para que disfrutara el pato número 801,176... La genialidad de monsieur Terrail consistió desde un principio en imprimir en una elegante tarjeta el número del pato y el nombre del comensal que lo ordenaba, y entregar la tarjeta en el momento de servir el platillo. Muchos clientes guardan esa tarjeta con orgullo y como muestra de elegancia, para demostrar que estuvieron en “La Tour” y que fueron atendidos como un cliente especial... El famoso restaurante está ahora ubicado en lo alto de un edificio con una vista magnífica de los canales del río Sena, la isla de San Luis y Notre Dame... Otra de sus tradiciones obliga a los clientes, una vez terminada la cena, a bajar a sus cavas a tomar una copa de vino o de coñac cortesía de la casa. Allí se añejan 200 mil botellas de las mejores y más variadas marcas en un ambiente impresionante.
META.- Un periodista francés escribió que la bodega de vinos de “La Tour” contiene botellas que aportan alegría, sueño fácil y ardores encendidos, y agregó que en más de una ocasión el vino relajó allí la rígida virtud del austero Catón... “La Tour d’ Argent” es tan famoso que varios empresarios norteamericanos y europeos han tratado de comprarlo, pero el restaurante se ha mantenido siempre francés y se dice que así seguirá... Es como un símbolo de Francia, dice su propietario el señor Terrail, como la Torre Eiffel, el río Sena o el Arco del Triunfo. Allí está la mejor cocina francesa, y allí seguirá. Y un símbolo así no puede morir ni venderse a ningún extranjero.