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A Cien por Hora...

Ricardo Rubín

BANDERAZO DE SALIDA.- Frase para pensar y sonreír: “Hay dos palabras que te abrirán muchas puertas: Jale, y Empuje”. * A sólo cuarenta minutos por tren de Londres, está la ciudad rural de Stansted, donde se encuentra el colegio Arthur Findlay en el que se estudia muy seriamente si hay vida después de la muerte, y la forma de ver y comunicarse con los espíritus de los seres queridos... Se trata de una espléndida y elegante mansión, cedida en 1964 a la Unión Inglesa de Espiritualistas por el millonario escocés Arthur Findlay, donde se ofrecen sesiones de espiritismo, preparación de médiums, y pláticas sobre las varias teorías que sostienen que hay vida después de la muerte... El colegio Findlay alberga a medio centenar de estudiantes de toda Inglaterra y países europeos, y también ofrece sesiones públicas de espiritismo.

CURVA PELIGROSA.- Las personas que acuden para comunicarse con el espíritu de algún familiar “que está del otro lado”, son llevadas a una especie de santuario acompañadas de una médium y estudiantes del colegio, para que presencien la sesión espiritista... Las luces del santuario se apagan, y sólo se crea una leve penumbra. La médium entra en trance, y después de algunas palabras y oraciones ininteligibles que pronuncia, y de algunos minutos de silencio y expectación, comienza a agitarse y habla con la voz aparente del espíritu de la persona muerta con quien se quiere entablar comunicación... Por supuesto, el espíritu no habla nada sobre su vida familiar o su relación con la persona querida que quiere entablar comunicación con él. Casi siempre, a través de la médium, dice cosas que no se entienden, y una que otra palabra que identifica al espíritu con la persona que lo convocó.

RECTA FINAL.- Otra de las pruebas que se practican a menudo en la escuela Findlay, es hacer que cada alumno envuelva en un trapo grueso algún objeto personal, que se mezclan en una caja para evitar que se sepa a quién pertenece cada uno... Cada alumno pasa por la caja, y toma uno de los objetos, y por el sólo tacto debe adivinar de qué se trata y, principalmente, a quién pertenece, y revelar algún dato de dicha persona. Éste es un experimento difícil, y no siempre se adivina qué objeto es, y mucho menos algo relacionado con su propietario. El ejercicio es parte de un estudio sicométrico que se sigue muy seriamente en el colegio... El director de la escuela hace también diversas demostraciones cuya autenticidad no se ha podido comprobar, como es demostrar cierto poder de levitación, y el mostrar una fuerza superior a la normal humana. En parte, la falta de comprobación se debe a que dichos ejercicios se hacen casi en la oscuridad, con el amplio salón alumbrado sólo por una tenue luz roja, y porque se prohíben cámaras y grabadoras.

META.- El periodista inglés Robert Goodman estuvo como alumno en el colegio Maitland, y dice que los habitantes del pueblo lo llman “La escuela de la muerte”, y que cuando llegó sufrió un susto terrible porque vio una sombra que cruzó delante de su automóvil. Más tarde comprobó que se trataba de la broma de un alumno del colegio, porque esa noche se celebraba una “Fiesta de espíritus”, en la que se valía de todo para dar una idea de una manifestación fantasmal... El colegio ofrece, a personas de otros países que no hablen inglés, sesiones espiritistas en su idioma para quien quiera comunicarse con algún familiar o amigo que esté en el más allá.

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